La política, hasta en la sopa.
La política, hasta en la sopa. G. Saúl García Cornejo Hoy, sábado que escribo estas líneas, que espero sean del interés de mis estimados lectores –sin importar condición, género, creencias, ideología-, intento de nuevo, ser imparcial, aunque sí con el sentido ciudadano, me había propuesto no tratar temas partidistas. En fin. Vi en las calles del centro de Celaya, un cúmulo de personas, la mayoría de la tercera edad y, aparentemente, es decir, a la vista, su notoria precariedad, al mismo tiempo que su cansancio, fastidio y, claro, un tanto o relativamente insolados. Y no fue difícil, imaginar que fueron forzados, por su propia circunstancia envuelta con la famosa “esperanza” : No perder los apoyos que reciben de manera periódica, sin entrar por ahora sobre la pertinencia útil para abatir, esa precariedad inocultable. Verlos deambular –a esas personas dichas- me dio tristeza. Y ese sentimiento, trajo otros a mi mente. Cayendo en la realidad: El engaño y demagogia vertida con toda natural