¿POR QUÉ FALLA LA POLÍTICA?

¿POR QUÉ FALLA LA POLÍTICA?    



                                                                              

                                                                                       G. SAÚL GARCÍA CORNEJO*                                                                                                                                                               

 

“En la simple justicia, no es lo mismo un hombre bueno, que un buen ciudadano… ” 

Ética a Nicómaco (Aristóteles de Estagirita)** 

Estimados lectores, sin importar condición, no se trata de una cuestión de Perogrullo, la Política, desde tiempos ancestrales y cuya evidencia más notable viene desde la época dorada de la Filosofía Griega; se puede inferir que una gran mayoría de los seres humanos, han visto o al menos sabido que Sócrates, Aristóteles y Platón, fueron sus exponentes más conocidos, aunque hubo otros como Protágoras, o Pitágoras, incluso, Pericles o Cicerón, mismos que hicieron su esfuerzo por entender para explicitar qué es y para qué sirve pues, la Política. 

La pregunta que salta a la vista es: ¿Lo lograron? O Sólo disertaron, sin óbice de ideales, teorías, propuestas, experiencias y todo aquello que pueda valer o influir en ese análisis intelectual, que lo que sí, a estas alturas, sabemos es que ha sido paradigmático, útil y, que sigue en debate. De Sócrates por ejemplo, los analistas y estudiosos, tienen una queja común: No hay una prueba indubitable de cuál fue su propuesta directa, existen sólo inferencias y suposiciones derivadas de sus alumnos, entre esos, Platón. Y luego, está sembrada una iniquidad: su juicio por “corrupción a la juventud”, desde luego plantada por sus detractores: las élites, a las que no convenían, las sentencias, precisamente, de corrupción, que se supone, hizo el filósofo, e invitaba en particular a sus jóvenes seguidores –que no alumnos-.

Mientras, Platón, más condescendiente con esas mismas élites, hizo propuestas idealistas, siendo la más representativa, “La República”, tildada, incluso, de Utópica, al igual que sus “Diálogos”, un tanto más críticos, pero sin perder su visión idealista de la Política (Entendida, como la Civitas, o la “Ciudad-Estado”).

Luego, Aristóteles, fue un paso más de la mera abstracción, y sus propuestas fueron más realistas. Entonces, se debe decir que, aunque, su preocupación por dar una solución al ejercicio y entendimiento de la Política, tuvo una visión distinta a la de Platón: 1. Propuso un sentido empírico a la “República de Platón”, lo que equivale a que el ideal, pueda ser realizable a través de la experiencia y las Leyes hechas con antelación. Siendo revolucionaria esa proposición, que hoy, vemos plasmada en nuestra Constitución Política en su artículo 14; 2. No está de acuerdo en una simple exposición de las ideas sobre este tópico, lo considera un engaño si no tiene aplicación práctica; 3. Deja la postura dogmática (Irrefutable), para abrir el debate con otras ideas y propuestas, lo que significa un cierto principio democrático de libre expresión y participación cívica, en aras de enriquecer la propuesta. Hoy, al igual, esta proposición se plasmó en los artículos 6, 7, 25 y 26 de la Carta Magna Federal. Hay que puntualizar que Aristóteles, mantenía sus propias ideas, y hay según sus analistas, alguna contradicción con ese discurso, en razón de que el filósofo, al contrario de su antecesor Sócrates, dejó Atenas en cierto momento por temor a un “juicio ideológico”, ni que aceptara todas las otras ideas –esto es un argumento inútil, pues deja fuera el usual debate- cuando se empeñó el Estagirita, en dar preminencia a la Educación, la Ciencia y la búsqueda de la verdad. Otra idea significativa del filósofo señalado, fue sobre la igualdad, aunque la veía gradual, es decir, proporcional, pero sí, equitativa. Que no huelga decir, que también se reconoce en nuestro Estatuto Máximo.

¿Llegaron pues, esos filósofos a alguna conclusión o concordancia? Parece que no. Sin embargo, en particular Sócrates y Aristóteles, coincidieron en una circunstancia: La condición humana, la falibilidad natural. Esa no permitía, ni lo hace aún ahora, que se concrete el ideal. 

Vale explicar, aunque parezca evidente. Las ansias de Poder, de control y dominio de unos cuántos hacia muchos. La visión torcida de la demagogia, usada como una forma de convencer con la falsa bandera política, las promesas falsas fincadas en una oportunidad personal o de grupo, (Lo que se ha llamado, con eufemismo: “intereses creados”), y sobre todo, la ignorancia popular, inducida o aderezada de la indiferencia, tal vez, precisamente, por otra idea griega: Que la Ciudad-Estado, debería ser gobernada por “filósofos”, no en sentido estricto, sino en una perspectiva de sapiencia, de conocimiento, y entonces, el ciudadano común no debería tener acceso al ejercicio político. Lo que nos lleva al otro extremo y engañifa del discurso “democrático”, que cualquiera por el hecho de ser ciudadano, pueda acceder a un cargo político, y claro, sin que interese si sabe o no, que deberá hacer. Lo que desde luego, trae aparejada otra situación a veces subrepticia: La manipulación. En fin. ¿No hay solución todavía?

En el tiempo que nos tocó vivir y además a lo largo de la Historia Política, se ha visto de todo: Sátrapas, Dictadores, Mártires, Héroes, Caudillos, Demagogos, etcétera. Pero, ello sólo confirma una cosa: La naturaleza humana, es la que sigue dando la última pincelada y, hasta ahora, fallida. ¿Será por eso que en el fondo, permanece la esperanza de un cambio? 

Mis estimados, el tema es muy amplio, también, Aristóteles habló de algunas formas, hoy clásicas de gobierno, unos buenas y otras deleznables. Ya en otra oportunidad, igual de manera muy sintetizada y con intención de que sea comprensible, dejando el lenguaje técnico o académico, los trataré.  ¿Qué opinan?


*Gerardo Saúl García Cornejo, abogado y notario (S/N), conciliador y mediador certificado, Maestro en Administración y Políticas Públicas, con enfoque en Gestión Política, Doctorando en Derecho Constitucional, Derechos Humanos y Derecho Comparado; político y politólogo, periodista de investigación, novelista y ensayista, embajador del idioma español de México, por la Fundación César Egido, (Museo de la Palabra) Madrid, España, entre otras actividades. 

**Aristóteles: Biografía, aportaciones y obras. (2017) Marián Ortiz. Especialista en Medios Audiovisuales, dice: “Aristóteles es uno de los filósofos griegos más influyentes de la tradición occidental. Vivió durante el siglo IV a.C., y se interesó en distintos campos del saber, de ahí que sea considerado un polímata. Escribió unas 200 obras, aunque solo 31 se han mantenido a lo largo del tiempo. A él se deben grandes aportes en distintas disciplinas como la biología, la física, la astronomía o la política, entre otras. Aristóteles es considerado el fundador de la lógica, gracias al planteamiento un sistema de silogismos, y el padre de la biología, al ser la primera persona en hacer una clasificación de los seres vivos. Asimismo, organizó conocimientos sobre anatomía comparada y fue el primero en desarrollar hipótesis sobre la forma esférica de la Tierra. Sus contribuciones permanecieron vigentes durante siglos, incluso hasta nuestros días.” Consultable: https://www.culturagenial.com/es/aristoteles/, Recuperado: 20-08-24.

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