FRANCISCO ¿UN PAPA DIFERENTE?

FRANCISCO ¿UN PAPA DIFERENTE?


G. SAÚL GARCÍA CORNEJO*


"Hermanos y hermanas, en una cosa podremos estar todos de acuerdo: En esos mares y desiertos mortíferos, los migrantes de hoy no deberían estar. Pero no es mediante leyes más restrictivas, no es mediante la militarización de las fronteras, no es mediante rechazos como lo conseguiremos…"

Papa Francisco**


Una situación innegable es que Jorge Bergoglio, hoy el Papa Francisco, asumió su función con diversa perspectiva que la tradicional. Esto por supuesto, incluso al interior del Vaticano le ha acarreado oposición, ya abierta o, en su mayor parte subrepticia. 

El grueso de católicos y hay que decirlo con todas sus letras, en lo que toca a la América Latina, no conocen a fondo su Religión y les puede parecer inusitado que un Vicario de Cristo, quiera precisamente, seguir con más fidelidad el mensaje del Nazareno. Lo que es o debe ser lo natural, o lo normal. 

Pero ¿cuáles son esos cambios que impulsa el Papa Francisco? Tal vez ya los conozcan ustedes estimados lectores y se puede resumir en que quiere que los fieles sean en verdad considerados, fortalecer el mensaje evangélico, que los sacerdotes salgan y tengan contacto más directo con su grey, -sin entrar en la polémica por su definición etimológica, pudiera atentar contra la dignidad humana- y por supuesto, el mensaje de Paz, de Solidaridad, de mejor Educación, Trabajo y Diálogo. En tal sentido, los Valores Éticos, Morales y cristiano-católicos, son torales. Por supuesto, igual  conmina a los gobiernos del mundo a cambiar su visión para ir hacia el Bien Común. Sin exclusión, es decir, no es condición ser católico, basta simplemente ser una persona humana, y va más allá al proponer medidas en favor de la naturaleza y los pueblos originarios –en su proporción de existencia, ya que cada día es menor ese sector-.

De ahí se inspira esta colaboración, porque no hace mucho refirió el Papa Francisco que, hay un pecado más agravante, que los siete tradicionales y es el tráfico de seres humanos. Los llamados migrantes, que en no pocos casos exponen su vida en esa aventura desesperada por alcanzar una vida mejor para sí mismos y sus familias; que son prácticamente abandonados por sus gobiernos de origen y atacados por otros, lo que repudian su llegada. Y las “soluciones” no de buena fe, como dice el epígrafe de hoy: Bloqueo fronterizo y vejación en las rutas migratorias, hambre, desolación; persecución, demagogia, populismo negativo e intervención militar, leyes contradictorias con los Derechos Humanos, como resulta la Xenofobia. ¿Les parece conocido?

Es más grave, dice Francisco, cuando esas acciones u omisiones de los gobernantes, son a plena conciencia. Cualquier ruta, precisamente clandestina, es altamente peligrosa, más aun con la intervención de criminales, que dejan a veces a su suerte a los migrantes en desiertos o la mar océano. No falta quienes los entregan a la autoridad migratoria-policial, ya sustraído el “pago de sus honorarios”. Por supuesto, estimados lectores, como seguro ya lo pensaron, genera corrupción. ¿Podría equipararse a un genocidio? ¿Parece exagerado? 

Dirán los más ortodoxos: No es en esencia una acción directa de exterminio sistemático, ni tiene tinte político, no hay intención manifiesta de destrucción física parcial o total. Pero, al final el resultado es negativo o de menos contradictorio a los Derechos Humanos de los migrantes y no tiene caso explicitar, pues el daño individual, de grupo, incluso, social es notorio. Otra cosa es que no se quiera aceptar o “ver”. Y por supuesto, no se queda o se ciñe a la acción, porque igual se trata de omisiones. Y estas, la acción u omisión, traen un resultado jurídico: Violación a los Derechos Humanos, de los migrantes. 

Y desde el lado religioso, ético o moral, se puede asimilar, como dice el Papa, a un pecado: Si lo definimos por su etimología, significa “errar el blanco”, es decir, no atinar a hacer lo correcto; si lo queremos entender desde su origen teológico, tenemos que el pecado, peccātum, en Latín,  es la infracción voluntaria y consciente de la Ley Divina; por su parte, la Biblia, señala que, el pecado, es el rompimiento de la Ley Divina, la rebelión contra Dios. (1 Juan 3:4, Deuteronomio 9:7 y Josué 1:18, para quienes quieran abundar). 

Por supuesto y por fortuna, hay buenos Samaritanos, como las organizaciones civiles o no gubernamentales que ayudan en el tránsito de los migrantes, aunque no es, siendo realistas, suficiente, ni menos aún, ataca el fondo del edema social.  Es un paliativo, loable sí, pero, insisto, no basta. 

Los gobiernos entre sus deberes es evitar ese problema, y dirán ustedes que estoy inventando el agua tibia, pero no, las condiciones en que viven o vivimos en Latinoamérica, desde luego, incluyendo México, Centroamérica y Sudamérica, lo que por cierto, magnifica el asunto; son críticas, inseguras, de grandes sectores de pobreza, malos salarios, vida indigna, etcétera, y “vista gorda” de políticos y funcionarios, que le dan la vuelta al asunto, incluso no sólo por sus acciones, sino por ser omisos, hasta en el simple discurso. 

La postura “clásica” es echar culpas a otros.  Aquí va a seguir la 4T, guste o no, que no ha sido precisamente actuante a solucionar el edema, sin dejar de lado que el recrudecimiento, viene con más énfasis del Sur de nuestra frontera, lo que en principio dificulta el problema pues tampoco podemos cerrar los ojos y creer que corresponde nada más a los países más allá de esa línea imaginaria y jurídica, al Sur de México. 

Tampoco debemos dejar fuera, lo que implica para el país o países –si ve como lo dice el Papa, un asunto “global”- la carga en todos sentidos, la llegada de cientos de miles de migrantes desesperados, y que en su situación son “pasto” de las organizaciones criminales, desde muchos ángulos. Encima, serán tratados como delincuentes o gentes en la ilegalidad migratoria, al final la misma cosa. Luego, se trata de lograr acuerdos entre los países implicados. Ojalá un giro se dé por la “nueva ola” de la 4T, y que olviden por un tiempo –seis años, sería el mínimo- su empoderamiento personal, o llegar a enriquecerse y dejar de lado a los más pobres, usados como carne de cañón político, al igual prescindir con acciones contundentes y realistas, la demagogia populista, en este caso, un “populismo” negativo. En fin. 

Acotamiento actual: En la transición, ya empiezan a “marearse” los vástagos, de la señora “C”, y aquí en la patria chica, ojalá sus papás les pongan límites y no caigan en los excesos conocidos de los hijos del virrey de Palacio. Cierto es que el “poder” puede envilecer, pero a sabiendas se puede evitar. ¿Qué opinan?

 * Abogado y notario (S/N), conciliador y mediador certificado, Maestro en Administración y Políticas Públicas, con enfoque en Gestión Política, Doctorando en Derecho Constitucional, Derechos Humanos y Derecho Comparado; político y politólogo, periodista de investigación, novelista y ensayista, embajador del idioma español de México, por la Fundación César Egido, (Museo de la Palabra) Madrid, España, entre otras actividades.

** Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, es el Vicario de Cristo  266.º y actual papa de la Iglesia Católica. Jesuita. Jefe octavo del Estado Vaticano. Nacimiento: 17 de diciembre de 1936 (edad 87 años), en Flores, Buenos Aires, Argentina. Padres: Regina María Sívori, Mario José Bergoglio. Hermanos: María Elena Bergoglio, Oscar Adrián Bergoglio, Marta Regina Bergoglio, y Alberto Bergoglio. Organizaciones fundadas: Dicasterio para la Comunicación, John Paul I Vatican Foundation. Cargo: Pontífice del Vaticano, y Jefe del Estado, en ciudad del Vaticano desde 2013.

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