Una paz real: la necesidad de un Estado Palestino en el siglo XXI

Una paz real: la necesidad de un Estado Palestino en el siglo XXI



Por Erick Xavier Huerta, Agencia de Periodismo, Consultoría & Coaching «Transfórmate» Proyecto Desarrollo Integral

En el siglo XXI, donde los avances tecnológicos conviven con una violencia desgarradora en los conflictos bélicos, se nos presenta una encrucijada moral y estratégica en Medio Oriente. La situación en esta región, marcada por décadas de enfrentamientos y tensiones, demanda una solución que no solo promueva la paz, sino que también respete la soberanía de los pueblos. Proponer la creación de un Estado Palestino no es solo una cuestión política; es un acto de humanidad y un paso hacia una paz sostenible.

El conflicto israelí-palestino ha cobrado demasiadas vidas y ha dejado heridas profundas en ambas comunidades. No podemos permitir que las mismas dinámicas destructivas del siglo XX se sigan repitiendo en nuestra era, donde la violencia parece perpetuarse en una paradoja: un mundo hipertecnológico que coexiste con conflictos arcaicos. La historia nos ha mostrado que las guerras solo pueden existir entre estados soberanos que se reconocen mutuamente. Sin embargo, cuando un conflicto se plantea contra un "enemigo" difuso, como el terrorismo o un grupo sin respaldo estatal claro, la paz se vuelve inalcanzable.

La lucha contra un enemigo sin rostro ni identidad definida transforma la guerra en una espiral interminable. Se combate una idea, una sombra, un enemigo que parece existir y no existir al mismo tiempo, y es precisamente en esta indeterminación que el conflicto se alimenta y se prolonga indefinidamente. Es aquí donde la comunicación y la diplomacia juegan un papel vital. La comunidad internacional debe hacer un llamado enérgico y concertado para que Israel y Palestina se reconozcan como estados soberanos y puedan negociar en igualdad de condiciones.

La creación de un Estado Palestino permitiría que las demandas y necesidades del pueblo palestino se articulen desde una estructura estatal reconocida, con derechos y responsabilidades dentro de la comunidad internacional. Este reconocimiento no solo brindaría legitimidad a sus aspiraciones, sino que también establecería un marco claro para la negociación, evitando que el conflicto derive en una lucha de ideologías o de "terrorismo" sin fin. Con un estado palestino soberano, las tensiones y disputas se trasladarían de las calles y campos de batalla a las mesas de negociación, donde las palabras reemplazan a las armas y las ideas construyen, en vez de destruir.

Este llamado no es una simple apelación a la paz, sino una afirmación de que la paz es posible cuando los pueblos se reconocen y respetan mutuamente. En un mundo que lucha por avanzar hacia la cooperación y la justicia, la creación de un Estado Palestino no debería verse como una concesión o un compromiso político, sino como una necesidad ética y una obligación histórica.

La creación de un Estado Palestino es una oportunidad para que la humanidad demuestre que aprendimos de los horrores del siglo XX y que estamos dispuestos a construir un futuro donde la diplomacia y la comunicación sean los caminos hacia la paz. Porque si algo podemos aprender de la historia, es que la guerra, cuando es interminable, deja cicatrices que ninguna tecnología podrá sanar.


Erick Xavier Huerta
Agencia de Periodismo, Consultoría & Coaching «Transfórmate» Proyecto Desarrollo Integral

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