Desde la Cuna de la Independencia: «Cuarta Transformación»

En un momento crucial para la vida de la república mexicana, era menester participar en la agenda política de México, como protagonista, además, de uno de los movimientos socio-políticos más importantes de la era contemporánea en occidente, para la globalidad, en América, en México y desde México.



Desde la propia publicación de mi último libro, «voces rebeldes» vaticinábamos en las conclusiones el fenómeno político que representaba el movimiento de regeneración nacional encabezado por Andrés Manuel López Obrador. Sí, un fenómeno político y social, como institución política y como movimiento alternativo para el proyecto nuevo de nación en el curso donde México cobra importantes responsabilidades:

1) La integración de América. Sin México, Estados Unidos y Canadá no pueden competir comercialmente contra China. Sólo con la triada, con América del norte unida, se puede establecer un bloque económico fuerte y competitivo para impulsar tremendas transformaciones en inversión de capital intelectual, tecnológico y social que vengan a dar nuevos cauces al orden mundial. Así mismo, México, está obligado a unir a las Américas. América Latina es un factor primordial para reforzar la cultura mexicana, impulsarla y agremiarla dentro de un bloque total de territorio en el continente que imponga nuevas dinámicas de asociación cultural y políticas y económicas que den realce a lo que requiere el bloque del norte, y con ello, establecer pautas de ordenamiento y de progreso en los países del sur, como bien se ha venido trabajando, impulsando el respeto a cada soberanía y a la visión uniforme de un continente, que respeta idiosincrasias y que además, coadyuva en el trabajo de establecer la paz social, que es lo más importante que requieren las Américas. La unión, y el esfuerzo en la visión única de las responsabilidades que nos apremian hoy, se trabajan desde la responsabilidad compartida, desde la convergencia de nuestras marchas en la obligación multilateral que implica América. Sólo así podremos establecer las pautas que reduzcan los problemas que nos aquejan en occidente y que no se han podido resolver en la Europa Moderna y que afectan notoriamente a Medio Oriente.




Desde el reto que implicaba ganar la presidencia de la república, había la misiva de hacerlo contundentemente, y no obstante, el movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador, destruyó cualquier especulación. Se posicionó por encima de encuestas, de pronósticos y de especulaciones. Ganó más de lo esperado y siguió creciendo. Para esto, el movimiento arrasó en todo el país y desbancó por completo al «mainstream» y a las fuerzas políticas tradicionales. Terminó con el oficialismo. Sin embargo, no todos los estados fueron permeados por el fenómeno político al mismo grado, y eso por emular el oficialismo del partido del estado que desde hace tiempo venía practicando el PRI y el PAN. Así lo vivió Guanajuato.

Cuna de la independencia, cuna de los gritos de Miguel Hidalgo y Costilla por terminar con los malos gobiernos y quitarnos el yugo de la impunidad y de la corrupción y de las injusticias;  y también tierra del ex-presidente Fox, declarado operador a favor de la campaña de Ricardo Anaya, hoy, esa misma cuna, es la cuna de la violencia y de la injusticia, alejada de los principios y del orden por el cual luchó el ejército insurgente alentados en un momento histórico por la voz del cura Hidalgo. En Guanajuato, en la era contemporánea, el yugo continúa. Pues se dice fácil que México sea segundo lugar en el planeta en materia de violencia después de Siria. Geográficamente, es un fenómeno. Miremos dónde se ubica Siria, y los países de alrededor, y su posición geográfica; en cambio México, sufre condiciones totalmente inexorables y a favor para no permitir seguir viviendo el estado barbárico en el que se encuentra y en el que termina heredando a la actual administración federal. Caso de Guanajuato, donde el territorio, es el más violento del país, con casos de corrupción también en materia de salud pública, de inversiones, de contratistas y del mismo estilo plutocrático que se ha venido manejando, con autocracia, con cinismo, con el poder dictatorial y antidemocrático.
Es una plutocracia, a todo nivel, y en forma oficialista la que se vive en Guanajuato, y se aplaude y se solapa. Y eso tiene que ver también con que no se había despertado del letargo en que se se encontraba la sociedad, de haber estado padeciendo crímenes de lesa humanidad no reconocidos en territorio, en el país, desde por lo menos el crimen en 68 contra estudiantes hasta los 43 normalistas de Ayotzinapa. Todo ello y lo acontecido, no terminó por frenar el apartado de estado controlado por el mismo partido en Guanajuato, primer lugar en homicidios dolosos, donde impera el terror. El mismo aparato, sigue controlado por el mismo grupo cletptocrático.

Los mismos de siempre, se sienten aludidos si se les demuestra y se les pone en un espejo la realidad de su gobierno anti valores democráticos.

Desde el propio análisis del desempeño del movimiento en la república, en Guanajuato se vaticinaba la gran penetración del movimiento. Tanto es así, que durante mis largos e intensos recorridos por el territorio, nunca encontré voces a favor del sistema político imperante en Guanajuato y la imagen del candidato del oficialismo gubernamental no auguraba ninguna audiencia ni favor del respaldo social. Una vez más, la imagen construida en torno al candidato del oficialismo del partido del estado estaba en marcha para asegurar un bastión que además, ya se había negociado con el candidato a la presidencia de la república de su partido, evidentemente. Pero ni así, con todo ello, con toda esa desvergonzada maniobra del uso del aparato del estado para favorecer su plutocracia, pudieron arrebatar tantos votos en materia general al movimiento federal. En el interior del estado, la historia fue distinta, fue de resistencia y de un gran sacrificio. Sin embargo, como ya he mencionado, desde la propia comentocracia internacional y desde los propios analistas y registros del movimiento al interior de la república, en Guanajuato, estado ultra conservador, la penetración del movimiento era remarcable.

Al final de uno de mis discursos, un día, un joven se acercó a mí a rectificarme que la sociedad guanajuatense ya no estaba en condiciones de creer lo mismo; me dijo que la sociedad había despertado y por ende, había cambiado para exigir cuestiones sustanciales, fundadas y de hechos. Y qué bueno haber estado escuchando tales manifestaciones de participación social, y de parte de las juventudes. Así, con gente de la juventud prolongada, con miembros de distinta clase social, se pronunciaban todos a favor de un cambio, y si estaban en desacuerdo, se rectificaban por el debate, y los que se pronunciaban en contra del movimiento, tampoco favorecían el régimen del presente.

Desde el propio periodismo, tomar partido a favor de la justicia, alzar la voz era un reto rebelde. Y como candidato por el movimiento opositor al régimen oficialista, la misma premisa me abanderaba, "el decir la verdad", y el de ser contrapeso y contra poder. No fuimos temerosos de tomar partido y así lo demostramos y así lo seguiremos demostrando como la figura que me tiene y me ha tenido como hombre público.

La tarea por delante de México es clara, y Guanajuato es objeto inmediato de la misma; la de la pacificación, misiva que el gobierno federal—emanado del PRI y el propio PAN, hicieron caso omiso y violaron las facultades y principios de la moral en la que se había manejado México internacionalmente. Porque México es gestor de establecer la paz, y donde los propios principios del tratado de Tlatelolco marcan, la de no poseer armas nucleares y trabajar en beneficio del progreso de nuestras naciones, de nuestra humanidad, de nuestras coincidencias en buscar el bienestar individual de cada uno de los que conformamos la gran familia del planeta.

Desde la trinchera como comunicador, en periodismo y en política, soy consciente de la trascendencia de ambas profesiones, y de la responsabilidad de siempre pugnar en la voz por la verdad.
Quienes empezamos esta contienda, estamos agradecidos, de estar hoy aquí y haber sobrevivido a la calamidad que impera en el estado de Guanajuato, donde el clima de violencia, la inseguridad, la incertidumbre, la inequidad de condiciones entre el partido oficialista del estado y los demás, favorecieron más la imposición del oficialismo a la democracia, por obsesiones y por mezquindad. Tanto es así, que las figuras más desgastadas del panismo fueron usadas para hacer permanecer al régimen que ya ha venido fraguando desde hace más un cuarto de siglo en el estado. Y se quejaban del régimen priista, pero coordinaron un co-gobierno desde los ochentas con el mismo, y replicaron las atrocidades más desagradables en la función del oficialismo plutocrático en el que hoy nos seguimos encontrando, con la comodidad de la falta del debate y de acciones corruptas. No obstante, quienes degradaron la función política y de partido, fueron premiados con el continuismo, y eso acabaron por ofertar a la ciudadanía, sin negociación, con absoluta imposición de que seguiría lo mismo, con el peso de sexenios anteriores sumidos en la corrupción. Así fueron esos, los mismos, que pregonaron las reformas fallidas del sexenio de Peña Nieto, los entreguistas del país en materia energética y quienes callaron voz ante humillaciones y faltas de respeto a la soberanía nacional. Por las sobras de su fallidas decisiones, bajo la dictadura de un joven obsesivo, el Partido Acción Nacional doblegó a la misma casta desgastada bajo la condicionante de apoyar la obsesión de su líder por hacerse de la presidencia de la república en contubernio con el partido corrupto del PRD y de las cenizas de movimiento ciudadano.
Quienes participaron en las últimas administraciones que degradaron la función de las políticas públicas y de labores institucionales de partidos en el ámbito de una lucha por la incipiente democracia en México, fueron premiados en Guanajuato.

Quienes estuvimos al pie del cañón, en el movimiento, sabemos con orgullo de la campaña honesta que hicimos, inteligente y de valor. Y con profunda tristeza, observamos cómo el imperio estatista de Acción Nacional, en su plutocracia, mantiene con opresión la libertad de expresión. Porque sólo aquellas voces emanadas del contubernio del PAN con el PRD, eran aceptadas por el periodismo oficialista del estado.  Y es algo que tenemos que subrayar, la opacidad y falta total de apertura plural a los medios de comunicación. Quienes estábamos en la oposición, única, del movimiento que triunfó en la república, tristemente, éramos censurados y marginados. Ante esa desgracia, hoy más que nunca, el periodismo libre debe ser una lucha, en todo el país, para que no exista más injusticia como la cometida diariamente contra el gremio, y para ello es más necesario incidir en la posición política para hacer valer en la agenda y en el gobierno, la importancia de la promoción del debate y del triunfo de la verdad sin miedo a represalias de dictadores y de oficialistas.

Nadie puede negar, en el estado, que fuimos al encuentro contra nuestros adversarios. Y que además exigimos y denunciamos la inequidad de condiciones de competencia política ante un instituto con falta de credibilidad electoral, controlado por el partido oficialista del poder y que además, como al igual que cualquiera de los miembros del congreso de ese partido, guardan silencio ominoso de las injusticias y de la violencia que se padece en el estado. No obstante, hoy, como todos los días, fue asesinado algún funcionario, algún civil, algún inocente en el estado, que suman decenas y decenas todos los días. Ingobernable, pero el señor del poder presume ser el más aceptado en el país, en uno comandado en su mayoría por corruptos e impunes.

Nadie nos puede acusar de cobardes ni de mentirosos. Sustentamos nuestras tesis siempre, desde la propia labor periodística, hasta la política. Por ello, nuestra credibilidad. Y sin duda, hoy, apenas comienza la marcha, sin retiros ni pretensiones, con simple menester y deber de hacer las cosas, por el bien de la patria, por el orden y por la generosidad que nos implica la figura del estado y del gobierno que queremos en esta tierra. Así comenzó una gran movilización ciudadana, que además pone bríos y visiones en la resistencia por derrocar la injusticia que nos cometieron en la cuna de la independencia. Porque en Guanajuato, aún, todavía no somos libres.

Luchamos contra el aparato grotesco oficial del estado en Guanajuato. Y con todo ello, no pudieron implicar en el triunfo sin precedentes e histórico que marcó el movimiento. Uno a uno, luchando, por convencer y por decir la verdad en pugna por traer justicia a nuestra tierra. Porque aquí no cesó el abuso al campesino, al agricultor, al pobre, al empresario. Aquí, siguen haciendo jugosos negocios al amparo del poder y así lo han heredado al músculo tradicional del mismo partido. Quienes se divierten en casas de narcotraficantes, bailan con mujeres del ámbito nocturno, hoy gobiernan, en el falso discurso de ser socios de la iglesia y de luchar por los valores de la familia. Hoy, esos mismos del silencio, comparsas del sistema, compadres del poder, siguen a beneficio de hacer imponer su capitalismo de cuates y su asquerosa plutocracia. Y por ello, se acreditó a miras de todos el gasto social que se dirigió a determinar el voto de los pobres; tanto así, miren las triangulaciones de terrenos que se dieron en garantía al inversionista extranjero, con omisiones, sin licitaciones; y con licitaciones sí, a carreteras, concesionadas al mejor postor para el negociante de gobierno, que cobra las más caras del país, y cómo, otra vez, la fusión y la confusión del partido oficial del gobierno que ha vivido la más desagradable vida antidemocrática del país. Aquí, donde Fox se quejó de fraude electoral, ahora lo volvieron una norma. Y muy contentos, siguen ahí arriba, haciendo lo que mejor parezca a su cómoda silla de impunidad. Y fue un gasto impresionante, hasta más de un millón de pesos diarios en promocionar al partido y al gobierno, eso sin contar el tremendo gasto social para condicionar el voto de los pobres calculando, de forma grotesca su impunidad.

Ese gasto, contra toda ley y contra todo derecho de condicionar y de dirigirse a comprar el voto de los electores. Por ello, en condiciones menores, en órdenes inferiores en el estado donde iban separados en competencia los partidos coaligados, fingieron, al punto de ponerse de acuerdo hoy y no generar escándalos por esa unión corrupta, en materia histórica, ideológica y de competencia política.
Hoy, valoramos esos hechos, que hacen más fuerte la misiva de acabar con el partido de estado que no da paso a la democracia, en la propia cuna de la independencia.

Hoy, en Guanajuato, no somos independientes.
Sin credibilidad institucional en el aparato de su estado, de funciones plutocráticas, ya no es soportable tolerarlo. Y si habla alguien de jactarse de triunfalismos en el estado de Guanajuato por la permanencia de ese régimen, cuyo candidato falta de oratoria, y goza de una trayectoria sin resultados formidables en sus funciones, sin estatura política y sin respaldo social; yo creo que, debe tener cuidado. Cuidado, porque la ciudadanía ha dicho "basta". Y ya no es soportable. Ya no se soporta al partido de estado que hace sus elecciones donde hay signos a todas luces, de violencia, de desorden, de inconformidad profunda. Aquí se impuso el sistema político en contra de los ciudadanos. Y se cobijan en el triunfo de la fuerza de oposición en la república por un bastión que ha perdido y que impusieron a la mala, por darle poquito de vida, más, a su partido y favorecer a su gran líder perdedor, cuyo coordinador de campaña, además, ha sido probado en ser perdedor; primero por independientes que abandonó, segundo por políticos que dejó y tercero por coaliciones que no funcionaron y donde perdió control y prestancia.

Aquí, la elección aplaudida por los cínicos, dejaron mayores signos de lo que han querido seguir haciendo prevalecer en materia de voto de dádiva, de cooptación, como dije en medios y en gobierno, y en competencia política; por toda esa corruptela que tanto nos ha hecho daño pero que hoy hace descansar a su clase establecida de siempre. Ellos, los del partido del estado, han asumido una posición triunfalista y desvergonzada ante la crisis social, cultural y económica que aún impera aún después del proceso electoral y del abuso por hacer controlar todo otra vez a favor. Pero los tiempos se agotan, y el pueblo no puede resistir más mentiras.Y por ello es menester desmantelar al partido de estado para que compita como partido auténtico.
Ellos ofertaron el continuismo, sí o sí, sin apelar a dar oportunidad al cambio inminente de la democracia al interior de nuestro estado. Pero estamos a pie firme, en la nueva dinámica, de la incipiente democracia de México en lograr dichas misivas y obligaciones que destierren a un aparato que no ha comprendido y que se ha sumergido en su obsesión por ser lo que ya es obsoleto y además dañino para la vida pública del país. Fue un voto impulsado por el miedo, y por el abuso de poder de sus sistema plutocrático. Y lo que necesita Guanajuato, no es cambio ni transformaciones hechas desde la propia oferta del oficialismo. Se requiere y es menester dar de baja en absoluto a ese sistema, en la oportunidad de buscar otra oferta política.

Desde la propia responsabilidad de la comandancia en la república, tenemos cuenta clara de lo que implica nuestra inherente condición geopolítica, de atender nuestra relación bilateral con Estados Unidos, primordialmente, en nuestra frontera norte, y atendiendo, de igual forma con igual prestancia, a la hermandad en el sur.

Pero en Guanajuato ha sucedido eso, la opresión y la sumisión de partidos de oposición que se venden al mejor postor y luego crean y crean más ofertas para fragmentar el voto del hartazgo, y así engañan al electorado de favorecer al régimen de impunidad en Guanajuato. Hoy, siguen en la alfombra roja, presumiendo lo impresentable. Por ello, tendremos, nuevamente que marchar firmes y voluntariosos en impulsar los cambios desde la oposición, desde la propia presión de la agenda mediática y forzar las pocas voces en el congreso para que hagan valer debate en el parlamento oficialista de la agenda política que busca la transformación y la justicia.

El error se halla en lo que dijimos, abanderado por un falso fenómeno mediático de alguien que no goza con credibilidad ante la ciudadanía. Y por eso Guanajuato, sigue en el centralismo autoritario, anti democrático, que hoy aplauden los infames que participaron en el legado que hoy también se hereda a las responsabilidades de la federación: combate a la impunidad, pobreza, injusticias, desaparecidos, corrupción y violencia. La sociedad ya se cansó y no aguanta más mentiras y más fraudes.

Desde nuestra propia participación en el movimiento y en los ecos y misiones del movimiento, tenemos en evidencia el triunfo histórico, cultural, político, moral y jurídico de luchar por bien a bien, ahora sí, de consolidar la instauración de lo que hemos necesitado siempre, una economía humanista. Economía humanista poco entendida o tal vez jamás tenida en cuenta en las nociones de gobierno en Guanajuato, porque es bajo actividades, tareas y responsabilidades el qué hacer por hacer de nuestra humanidad, una congregación respetable de convivencia armónica, de triunfos y dignidad cultural. Cosa que no saben aquellos que triangulan, que viven del cohecho y de la mentira atroz, el engaño anti democrático y sin labor social por entregar el territorio a los conquistadores y mercenarios económicos, sin resguardar el patrimonio y el bienestar de la gente. Todo ello por la plutocracia soberbia que enarbolan hasta el día de hoy en ejercicio de sus funciones atroces, de silencio comparsa de la corrupción que hace un pequeño grupo de pandilleros mercenarios, que ostentan poder y que se alimentan de la corrupción y la impunidad. Sólo nosotros, somos los que ofertamos la vehemente honestidad, por la campaña y por hacer de frente el qué hacer por despertar conciencias y conducirnos a un nuevo estado de humanismo y democracia y de participación política, sin simulaciones, sin artificios malhechores, que rebajen nuestra condición ciudadana y patriota. Nosotros somos, sólo nosotros, quienes presentamos congruencia en los hechos, sin pasado avergonzante, con futuro promisorio. Pues en un momento de su decadente oficialismo de partido de estado, de la violencia, de la mal hechura de sus condiciones políticas, es impensable considerar la mentira de su gran fenómeno de audiencia y promoción y aprobación del pueblo por una figura que jamás ganaría con tales cifras en este momento, con un delfín emulando los mejores tiempos de Fox en la cuna de la independencia.

No se puede entonces, afirmar, presumir ni hablar de un triunfo legítimo y transparente, a pesar de los esfuerzos por resguardar una jornada pacífica que no pudo consolidarse en Guanajuato. Ni desde el propio asesinato de Remedios Aguirre, hasta los que concurren en actualidad, como del regidor Agustín Banda, presidente previo municipal de Cortazar Guanajuato, por el PRD, director de desarrollo social de la misma entidad y regidor electo para la nueva administración. Ni tampoco, por la vergüenza que mostraban autoridades del Instituto electoral al darles pena en su rostro, sin mirar de frente y resguardando todo para trabajar con ansiedad y premura la constancia del elegido por el oficialismo partidario del estado.

Y no se trata de cuestiones por confrontación entre personas, ni la lucha de una persona contra otra. Es la lucha contra un sistema, en lo que se refiere, al mal uso del poder.

Y por ello seguimos aquí, y aquí estamos, por cumplimiento del deber ciudadano, por convicción y por vocación democrática. Porque habremos de poner rumbo, definición ante los embates que sufrimos, porque en política se trabaja para servir, servir para desarrollar y progresar, en bienestar de todos, de nuestra paz, de nuestro crecimiento. Y para todo ello, se requiere que día con día, trabajemos y vivamos con disciplina, honradez, generosidad y valor.
No ha sido sencillo descubrir y derrumbar las máscaras de la hipocresía, donde se resguardaban muchos incondicionales, falsos amigos y traidores, de esos que trabajan de los suyos para los suyos, por mezquindad y que no toleran la sinceridad. Y es tiempo, entonces, de terminar con el tiempo que ha sido para algunos y comenzar con el tiempo que es para todos. No nos esperemos más. Es tiempo, es hoy, porque el estado de Guanajuato, en eco con los gritos de la república, vive bañado en sangre. Hay un baño de sangre que no cesa, y a pesar de nosotros, una patria que busca su redención.

Nosotros tenemos que contribuir para que el progreso reine, para que sea pública la vida de tolerancia, de la convivencia armónica de las diferencias, en tiempos apremiantes, donde hay poca identidad entre los individuos de quiénes son y de cuáles son sus gremios y para qué fin, en fin de promover el bienestar integral de nuestros semejantes; es ahí donde cabe un reto de auto valorarnos y servir de la conciencia honrada que se subleva ante la injusticia y que lucha por una vida nueva y que trabaja por una patria nueva.

Hoy, somos honrados por todos los que nos confiaron su confianza, honrando el movimiento, con sentimientos encontrados por lo que ha sucedido; por habernos enfrentado a un sistema injusto, prepotente, arbitrario y tramposo. Ese sistema que se impone sin agravio a la falta de respeto de principios y de honra democrática.

Que no quepa duda, que el triunfo moral es nuestro.
Y hoy, justamente hoy, no podemos claudicar, porque tenemos la honra moral del triunfo. Y no estamos reprochando, ni mucho menos expresando algún rencor. Para nuestra alma no hay cabida para rencores y resentimientos. Para nuestra alma no hay nada negativo qué albergar. A tal modo, que hoy, somos la primera fuerza en el país, moralmente, de igual forma en el estado. Porque el pueblo miró, observó la forma en que hicimos frente a un sistema tramposo, de componendas, de perversión, de beneficios oprobiosos para los mismos de siempre.
El mensaje es claro, no desistir, menos ahora. Los datos nos alientan, el triunfo nos imprime fuerzas.
El hombre es patria que pasa, y la patria es hombre inmortal.
Hoy el pueblo vigoroso, nos ayuda a mantener lucha firme para desmantelar la porquería que sigue inundando y ahogando a la verdad y a la justicia. Es tiempo de abrir los medios de comunicación a la verdad, ahora, justo ahora. Terminar con la vergüenza que pudimos palpar, de su venta mezquina al poder fáctico, sin labor justa, sin cometido por la verdad. Sin rencores, y sí con alicientes de señalar los errores y la mezquindad que hay para poder superar. Nuestra tarea tiene que ser así, de frente, como lo hemos hecho y como lo hicimos en tiempos de barbarie, en tiempos de injusticia, donde autoridades de toda índole, no tuvieron ni honra para alzar la voz en pro de la paz y de la honra.
Si no falle como candidato, juren que menos ahora fallaremos como ciudadanos.

Porque optamos por el camino del derecho y de la paz. Porque para nosotros hay un deber moral de todo ciudadano de participar en política, y por eso estamos en primera línea, al pie del cañón para dar todo lo que podemos dar. Sin subestimarnos, ni tampoco sobre estimarnos, sino siendo justos en el uso de la conciencia honrada, viviendo cada minuto, cada instante, en plenitud.

Hoy nos sentimos bien, por la cabalidad, por la integridad, por la honra y por la fuerza acumulada de combatir moralmente porque somos capaces de realizar cuestiones concretas, con la congruencia que nos caracteriza. Porque la verdadera labor política es aquella conciencia moral que une mente y corazón, y así luchamos por el desmantelamiento de la opresión que impera, marcar división de poderes y continuar la lucha que se ha iniciado por la cuarta transformación de la república, desde la primera con la independencia que inició Hidalgo, pasando por la guerra de reforma, la revolución mexicana y el día de hoy que nos acompaña.
La lucha pacífica nos implicó el sacrificio de todos los miembros de buena voluntad en Guanajuato, donde dimos testimonio de los atropellos y la injusticia que nos marcaron pero que nos dio algo que vale mucho en un triunfo moral por haber estado en las condiciones que ya hemos señalado, tan inequitativas y a favor de su plutocracia; y que además de todo, nos implica no fallar. 


De tal manera, que a raíz de la vibrante jornada electoral, donde millones salieron a defender la decisión en contra de las perversas y tradicionales maniobras para favorecer a las mismas pequeñas y mafiosas pandillas, hoy se empuja hacia los nuevos bríso del destino, donde las dinámicas cobran importante rigor en los trabajos legislativos y de orden federal.

Se inició un proceso transformador, dinámico y congruente.
Por primera vez, la ciudad de México será gobernada por el mismo partido que ganó la federación. Los cambios y ajustes en el órgano militar, de resguardo de paz en todo territorio, como el combate a la corrupción y erradicación de la pobreza, se impulsan con un tremendo reto por delante, con una cifra abrumadora de más del 80% de población ubicada en condiciones de pobreza, pero también con una gran masa de juventud dispuesta a generar las transformaciones que se implican para el progreso y la nueva dinámica progresista del país.

Vienen nuevas elecciones en Estados Unidos de Norteamérica, y nuevos ajustes y dinámicas en la relación bilateral y multilateral que tiene México con el continente, en perspectiva ya de agremiarse también a pautas de asociación y progreso con el mundo.
Y lo que pone en perspectiva un camino, y un rumbo optimista, realista y claro, es que ahora hay una agenda clara de lo que se debe de resolver en la república, en todas sus orientaciones de proyectos y trabajos a cometer para solventar los sesgos históricos y las deudas aplazadas sin saldar para la república.

Defendiendo la libertad,
¡así comienza la cuarta transformación, y juntos haremos historia!


Erick Xavier Huerta S.

Comentarios

Entradas populares de este blog

MORENA UN CERO A LA IZQUIERDA.

VETADOS DE LA COORDINACIÓN: SHEFFIELD, HERNÁNDEZ Y PRIETO POR SU PROPIO PARTIDO «MORENA».