Andrés Manuel, pido su ayuda

Andrés Manuel López Obrador
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos


Fuimos codo a codo, compañeros de campaña, y fuimos quienes creímos en el movimiento de transformación de la vida pública de México rumbo a nuevos bríos y por el cambio de régimen. Hoy, el triunfo se ha consolidado con su victoria.
Hoy, ante la confianza de haber servido por la lucha democrática para cambiar al régimen imperante que venía cargando con saldos insuficientes y negativos en el desarrollo de México, me permito pedir su apoyo y su voluntad puesta en convertir prioridad el rescate de nuestro río laja en Guanajuato, donde varias comunidades, pueblos y el propio estado de Guanajuato sufren una pérdida de dignidad, valores y potencialidad debido al maltrato y daños irreversibles que se han causado a nuestro río.

Sin embargo, nuestro río alberga la esperanza, y aún puede vivir.
Su voluntad, su liderazgo y su decisión serán fundamentales, esenciales y precisas para levantar el gran rescate que merece nuestro derecho por el río que hemos venido perdiendo. Porque nuestro río es fundamento del levantamiento de nuestra civilización en esta región. Así como el río, nuestras demás zonas ecológicas sufren. Es la gran zona laja-bajío donde la industria ha venido a lastimar con creces nuestro patrimonio bio-cultural. Aún nos seguimos preguntando cómo fue posible que en la época de post-guerra, el Presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, haya tenido el recurso para levantar la construcción de nuestro puente colgante en Cortazar Guanajuato, un monumento histórico que además todavía sirve de uso y da valor al pueblo, a la comunidad, al estado. Hoy, las condiciones son deplorables. Han robado terreno del río y desde hace años se lucra con esos robos y se incrementa la corrupción además con venir solapando la contaminación gigantesca que vienen haciendo plantas industriales de leche, por ejemplo. No podemos permitirlo más. Tenemos que levantar una acción contundente.

No es posible, que durante años la Comisión Nacional del Agua sólo se haya puesto a ver cómo muere lentamente nuestro río.
La Comisión Nacional del Agua tiene una deuda pendiente con nuestro pueblo, porque nos arrebataron nuestro río a la mala. Nosotros tenemos derecho sobre nuestro río, de tenerlo, de gozarlo, de cuidarlo, de preservarlo. Su maltrato es un maltrato a nuestra condición intrínseca como seres vivos y humanos.
Hoy, la Comisión Nacional del Agua sigue sin dar apoyo a los pueblos de Guanajuato que se levantaron por causa y fundamento del río. La Comisión Nacional del Agua en México debe saldar ya la restauración, la preservación, cuidado y resguardo de nuestro río para volver a dar vida y dignidad a nuestra comunidad que hoy vive sumida en violencia, justamente también por esta perdida de respeto a la naturaleza y nuestro medio ambiente.

Seguimos orgullosos de haberle apoyado, por su mira y su visión y su valor de cuidar lo más valioso que es nuestro medio ambiente. Hoy, Guanajuato, lamentablemente goza con más de cinco ciudades en protagonizar la mayor contaminación en la república, como es Silao, León, Celaya, Irapuato, Salamanca; compiten todas ellas contra grandes urbes como son Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Si rescatamos el río laja, estoy seguro de que rescataremos la seguridad pública.
La salud del río es nuestra salud, no sólo física, sino también, espiritual y metafísica.

Andrés Manuel, vivir en un estado de derecho, implica respetar y hacer justicia a nuestro río. Tan sólo en la India los ríos comparten el mismo estatus legal que los seres humanos. Su respeto es un valor constitucional, legal, por derecho. Tenemos derecho a nuestro río. Y han pasado los años, las décadas, y sólo ahora sigue sirviendo como foco de infección y de depósito de basura y residuos tóxicos. A su orilla vivimos cientos y miles de familias. A unos cuantos pasos del río está el centro, por ejemplo, del municipio de Cortazar Guanajuato, donde yo resido. Su imagen es nuestra imagen, es nuestra entrada principal y es nuestro recorrido cotidiano para hacer nuestras actividades de todos los días. Aplicar acciones contundentes por nuestra naturaleza, por nuestro medio ambiente, tierra, agua, cielo, aire, son las acciones que dejarán un verdadero legado por nuestro presente y por nuestro futuro.

Queremos que sea prioridad en la acción de gobierno y en la agenda presupuestal. Que nuestros recursos estén destinados a ello, a garantizar nuestro aire, nuestra agua, nuestra tierra.

Sé que sabemos de su importancia. Pero hablo por esta región, por el río que no se ha querido escuchar en nuestro Estado, incluso en la república. Su abandono lastima, hiere, deprime. Tenemos que hacer valer legislaciones por garantizar salud y bienestar a nuestros ríos, como ha ocurrido en Nueva Zelanda., con su río Whanganui.

Somos un todo indivisible.
Los ríos han sido venerados en la antigüedad, como ancestros, madres, símbolos sagrados.
El río aún sigue siendo sustento de nuestro pueblo, causa y fundamento de nuestra vida. Aún sirve para nuestras crías, becerros, reces, vacas. Su bienestar es el bienestar indivisible de todo lo que somos.
Rescatar nuestro río debe ser ahora.
Es una decisión firme, urgente que se debe tomar ahora.
El poder solo tiene sentido cuando se pone al servicio de los demás. El río es eje de nuestra vida, de nuestra existencia, fundamento y causa del asentamiento de nuestra civilización en esta región.


De la existencia de nuestros ríos, depende el desarrollo de nuestros pueblos, de nuestras culturas y de nuestra forma de vida.

Presidente Andrés Manuel, si el medio natural se degrada, se destruye o se contamina, impactará de manera contundente la forma de vivir, las prácticas culturales, las redes de relaciones sociales, y los significados espirituales de las comunidades que de él dependen.
Hoy podemos rescatarlo, restaurarlo, resurgirlo, con una acción colectiva fundamental en arraigar un sentido de cultura educativa en todo nivel para cuidar la importancia de cuidar nuestro río, de protegerlo siempre, de vivir con él, en armonía, como legado y patrimonio de lo que somos y seremos.


Nuestro río es inspiración y ahí reside la nueva oportunidad para construir una nueva oportunidad para el territorio, para el pueblo, para la gente. Porque la violencia en nuestro estado se ha exacerbado, producto de esta lamentable pérdida. El tiempo en que nos han quitado el río, ha sido el tiempo en que se exacerba la violencia en nuestro estado de Guanajuato.
Y el río es una entidad viviente que carece cuatro principios y derechos fundamentales: conservación, protección, restauración, mantenimiento.

Juntos, unidos, podemos hacer historia, rescatando nuestro patrimonio bio-cultural...
El río laja sufre, y nuestro pueblo en sintonía.

Presidente, ayúdennos a salvar el río, rescatemos nuestro río.

“Yo soy el río, y el río soy yo.”


Erick Xavier Huerta Sánchez




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