PARTIDO DE LA VERGUENZA DE MÉXICO PVEM

Recientemente fui al congreso del Estado de Guanajuato.

No acusaré a nadie.

Simplemente, puedo decir que no hay compromiso por el medio ambiente. Matizan las labores del estado y de los poderes para excusarse de responsabilidades y compromisos. Trabajan en un recinto que hicieron rápidamente en menos de diez años con un costo de más de 800 millones de pesos, pero no pueden destinar lo mismo a nuestro medio ambiente.

Un legislador debe prever trabajar por su medio ambiente, por legislar a favor de la preservación del medio, de nuestra tierra, de nuestra agua, de nuestro aire. Ni eso, moralmente, quieren asumir. Todavía con desfachatez y cinismo me dicen en mi cara que mi municipio no fue contemplado para esas acciones en el presupuesto que se ha forjado para su aplicación en 2019. 

—Un legislador debe ser representante de la voz de los intereses de la ciudadanía en el congreso, velar por ellos, defenderlos. Pero no, lo que ocurre con estos congresistas es que sólo se están cuidando las espaldas, y matizan sus funciones, su trabajo, y lo llenan todo de burocracia y acusan a los ciudadanos a que resuelvan lo que el gobierno echó a perder. El río es nuestro derecho y lo queremos devuelta, todo. 

Un diputado es importante en democracia porque amplifica la voz de los ciudadanos, fiscaliza y busca el buen ejercicio del gasto público. Reorienta el presupuesto hacia lo que más se necesita; hace, propone y aprueba leyes. Y no hay nada de eso por nuestro río. 

El diputado regula, frena, vigila la implementación de políticas públicas.

Y se les paga por eso. 

Y no es posible que cuando vas a verlos para que se sumen a una iniciativa moral, justa y precisa por lo que verdaderamente importa.

Los diputados no están haciendo su trabajo, y se excusan en sus límites y facultades de legislador para poder hacer algo. Además, es una vergüenza, que los partidos ecologistas del país, estén en esa línea impotente.

Esto es muy sencillo. 

Queremos todo el río, porque es nuestro derecho. Y donde vivo, quiero el rescate del Puente Colgante por su valor histórico, patrimonio bio-cultural en conjunción con nuestra parte del río laja. No quiero limpiar cien metros, ni un perímetro. No quiero recoger basura, barrer, y cortar maleza en un pedazo. Quiero todo el río. Quiero que fluya agua limpia por ahí, quiero que viva el río. Quiero la vida del río, y quiero nuestro puente reconstruido.

Los gobiernos y las corporaciones acabaron con nuestro río.

El gobierno nos lo arrebató, que el gobierno lo devuelva. Para eso son los impuestos. Yo no voy a hacer su trabajo. Su representación, su gestoría y su poder han servido para destruir, ahora que sirva para la reconstrucción y para la sustentabilidad. No más pretextos, no más contratiempos.

Nuestro río es nuestro derecho.

Erick Xavier Huerta S.

Ahora anexo la carta convocatoria donde he buscado que legisladores, activistas, artistas, líderes se sumen a levantar la voz por nuestro patrimonio.

Algunos diputados la recibieron; unos la ignoraron y otros dijeron que no entendían.