Año Cero
Refundar, reconstruir, rehacer al país.
Ciertamente sí comenzó una nueva era, después de haber finalizado la época del bipartidismo.
Como si fuese año cero, la imaginación de la oposición a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador se centra en eso, pensar que la era comienza ahora, en año cero, sin geo-política, sin repercusión de años y daños anteriores. Sin consecuencias de la depreciación de la moneda por el mal desempeño económico anterior de la presidencia de Enrique Peña Nieto, sin el auge del narcotráfico en tiempos de Vicente Fox, sin estelas de la declaración de guerra contra el narcotráfico por Felipe Calderón.
Cuando aludes a esos movimientos sociales, de los cuales muchos se cuelgan para ganar elecciones y permanecer en el poder, cuando viene la crisis se deslindan de responsabilidades de las consecuencias que provocan las decisiones de un grupo mafioso que cobra moches. Y entonces, cada quien estaba en su trinchera haciendo lo que podía, pero vienen de nuevo elecciones, y se hacen amigos del PRD, y de movimiento ciudadano, y doblan las manos ante quienes han desviado recursos de cámara de diputados para hacer precampaña. Ese es el nivel de hipocresía y la falta enorme que hay en asumir responsabilidades en la esfera política del país.
No solamente eso, se unieron para ungir la presidencia de Enrique Peña Nieto, y ahí aplaudían todos hasta que Carmen Aristegui desmanteló el conflicto de interés del beneficio de la constructora Higa cuando había dado una casa al presidente a través de su esposa por garantizarle contratos de obra pública que habría de hacer el Estado. Incluso uno de esos escándalos provocó que cesara la construcción del tren México-Querétaro, por falta de transparencia en su licitación engañando a los gringos, y beneficiando a los chinos, y todo ello sumó para una crisis diplomática con ambos países.
Pero si ellos saben muy bien qué hacer, uno de los ejemplos emblemáticos, la casa de Vicente Fox, no gozaría con los niveles con los que goza en materia de robo a combustible, de pérdida al patrimonio, de violencia, de miedo. Guanajuato es emblema, y hoy justamente su gobernador quiere ir por deuda pública. ¿Dónde están las finanzas sanas del panismo federal y estatal de Guanajuato cuando hoy se amenaza en Guanajuato de adquirir deuda pública? ¿En dónde está su súper ideología liberal de gobierno pequeño cuando osan adquirir más deuda pública? ¿Dónde está el emblema en Guanajuato como partido de oposición que sabe gobernar cuando es el estado con mayores homicidios en la república mexicana? Tanta es la ineficacia del gobierno panista hegemónico en Guanajuato, que hoy tenemos revelado, la incapcidad de controlar su propio territorio, y la impunidad que ha venido imperando en Villagrán Guanajuato, tierra del Marro, lugar donde se ubica Santa Rosa de Lima, el lugar donde no habita el estado de de derecho. Si de estado de derecho vamos a hablar, pues la tierra de Vicente Fox, carece de tal, y tal vez por esta ideología donde el gobierno no debe hacer nada, donde simplemente debe liberar y ver desde lejos lo que hacen todos. Esa idea de "liberalismo" de la derecha mexicana sólo ha inducido a que haya falta de gobernabilidad. Lo único que hacen los ostentadores de poder es proteger sus ésferas y proteger sus derechos de poder, y cualquier amenaza en contra de ellos, es eliminada, destituida, acosada y perseguida.
¿Dónde está la sapiencia de quienes ya estuvieron en el poder por más de doce años y luego solaparon al PRI fungiendo como socios en el pacto por México? ¿Dónde está la sapiencia de la continuidad del PAN en Guanajuato por más de un cuarto de siglo cuando su entidad está inmersa en violencia y miedo?
Y cuando se trata de culpar, el Presidente López Obrador hoy es enemigo mortal del círculo rojo, que sigue en la ésfera de poder pero ahora desde la oposición. Esos opositores que fueron parte del músculo que permitió que creciera el narcotráfico, el huachicol, y que hubiese recesión, crisis y devaluación, son los que hoy exigen al presidente resuelva en menos de seis meses, todas esas estelas y repercusiones de sus actos. Pero siguen sin tener cuenta el respaldo social, no de grupo político que ocurre en el país a favor del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El Presidente está consciente de eso, y de los grupos fácticos que también osan querer desestabilizarlo a través de sus financieras y sus discursos especuladores sobre crecimiento económico y valor monetario, la gran mano invisible de quienes osan querer seguir controlando todo, al mundo y a cada país. Especuladores financieros, la mano invisible.
Los que mantuvieron un sistema de crecimiento mediocre económico, hoy saltan llenos de indignación porque en el segundo trimestre del año 2019 el crecimiento es de 0.1%. Ese es el nivel de hipocresía de quienes estuvieron en el músculo que destrozó al país, que promovió la falta de estado derecho que provocó por ende las consecuencias catastróficas de crecimiento de corrupción, impunidad y violencia, garantizando entregar un estado fallido y quebrado al nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Año Cero.
Erick Xavier Huerta
Ciertamente sí comenzó una nueva era, después de haber finalizado la época del bipartidismo.
Como si fuese año cero, la imaginación de la oposición a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador se centra en eso, pensar que la era comienza ahora, en año cero, sin geo-política, sin repercusión de años y daños anteriores. Sin consecuencias de la depreciación de la moneda por el mal desempeño económico anterior de la presidencia de Enrique Peña Nieto, sin el auge del narcotráfico en tiempos de Vicente Fox, sin estelas de la declaración de guerra contra el narcotráfico por Felipe Calderón.
Cuando aludes a esos movimientos sociales, de los cuales muchos se cuelgan para ganar elecciones y permanecer en el poder, cuando viene la crisis se deslindan de responsabilidades de las consecuencias que provocan las decisiones de un grupo mafioso que cobra moches. Y entonces, cada quien estaba en su trinchera haciendo lo que podía, pero vienen de nuevo elecciones, y se hacen amigos del PRD, y de movimiento ciudadano, y doblan las manos ante quienes han desviado recursos de cámara de diputados para hacer precampaña. Ese es el nivel de hipocresía y la falta enorme que hay en asumir responsabilidades en la esfera política del país.
No solamente eso, se unieron para ungir la presidencia de Enrique Peña Nieto, y ahí aplaudían todos hasta que Carmen Aristegui desmanteló el conflicto de interés del beneficio de la constructora Higa cuando había dado una casa al presidente a través de su esposa por garantizarle contratos de obra pública que habría de hacer el Estado. Incluso uno de esos escándalos provocó que cesara la construcción del tren México-Querétaro, por falta de transparencia en su licitación engañando a los gringos, y beneficiando a los chinos, y todo ello sumó para una crisis diplomática con ambos países.
Pero si ellos saben muy bien qué hacer, uno de los ejemplos emblemáticos, la casa de Vicente Fox, no gozaría con los niveles con los que goza en materia de robo a combustible, de pérdida al patrimonio, de violencia, de miedo. Guanajuato es emblema, y hoy justamente su gobernador quiere ir por deuda pública. ¿Dónde están las finanzas sanas del panismo federal y estatal de Guanajuato cuando hoy se amenaza en Guanajuato de adquirir deuda pública? ¿En dónde está su súper ideología liberal de gobierno pequeño cuando osan adquirir más deuda pública? ¿Dónde está el emblema en Guanajuato como partido de oposición que sabe gobernar cuando es el estado con mayores homicidios en la república mexicana? Tanta es la ineficacia del gobierno panista hegemónico en Guanajuato, que hoy tenemos revelado, la incapcidad de controlar su propio territorio, y la impunidad que ha venido imperando en Villagrán Guanajuato, tierra del Marro, lugar donde se ubica Santa Rosa de Lima, el lugar donde no habita el estado de de derecho. Si de estado de derecho vamos a hablar, pues la tierra de Vicente Fox, carece de tal, y tal vez por esta ideología donde el gobierno no debe hacer nada, donde simplemente debe liberar y ver desde lejos lo que hacen todos. Esa idea de "liberalismo" de la derecha mexicana sólo ha inducido a que haya falta de gobernabilidad. Lo único que hacen los ostentadores de poder es proteger sus ésferas y proteger sus derechos de poder, y cualquier amenaza en contra de ellos, es eliminada, destituida, acosada y perseguida.
¿Dónde está la sapiencia de quienes ya estuvieron en el poder por más de doce años y luego solaparon al PRI fungiendo como socios en el pacto por México? ¿Dónde está la sapiencia de la continuidad del PAN en Guanajuato por más de un cuarto de siglo cuando su entidad está inmersa en violencia y miedo?
Y cuando se trata de culpar, el Presidente López Obrador hoy es enemigo mortal del círculo rojo, que sigue en la ésfera de poder pero ahora desde la oposición. Esos opositores que fueron parte del músculo que permitió que creciera el narcotráfico, el huachicol, y que hubiese recesión, crisis y devaluación, son los que hoy exigen al presidente resuelva en menos de seis meses, todas esas estelas y repercusiones de sus actos. Pero siguen sin tener cuenta el respaldo social, no de grupo político que ocurre en el país a favor del presidente Andrés Manuel López Obrador.
El Presidente está consciente de eso, y de los grupos fácticos que también osan querer desestabilizarlo a través de sus financieras y sus discursos especuladores sobre crecimiento económico y valor monetario, la gran mano invisible de quienes osan querer seguir controlando todo, al mundo y a cada país. Especuladores financieros, la mano invisible.
Los que mantuvieron un sistema de crecimiento mediocre económico, hoy saltan llenos de indignación porque en el segundo trimestre del año 2019 el crecimiento es de 0.1%. Ese es el nivel de hipocresía de quienes estuvieron en el músculo que destrozó al país, que promovió la falta de estado derecho que provocó por ende las consecuencias catastróficas de crecimiento de corrupción, impunidad y violencia, garantizando entregar un estado fallido y quebrado al nuevo presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Año Cero.
Erick Xavier Huerta
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