Las nuevas dictaduras: Romero Deschamps
Carlos Zamarripa fue ratificado como fiscal por otros nueve años en Guanajuato. Iría para dos décadas para ocupar tal puesto en una entidad cuyo gobierno no tiene legitimidad por el control político, territorial, económico, social que tienen dos grupos primordialmente poderosos y criminales en la entidad, el Cartel Jalisco Nueva Generación y el Cartel de Santa Rosa de Lima.
Un tocayo, Carlos Romero Deschamps, dirigió por los últimos 26 años de su vida al sindicato más poderoso del mundo, el sindicato de petróleos mexicanos. No ha habido negocio más jugoso en el mundo que el del petróleo, y Deschamps representaba a todo el gremio petrolero mexicano, que era un negocio de Estado, enteramente del gobierno después de que Lázaro Cárdenas lo expropiara, decreto anunciado el 18 de marzo de 1938.
Le acusaron de una riqueza inmensa, desde lamborghinis, mansiones en Acapulco, Cancún, Miami, yates, aviones; hijos que presumen yates, ferraris. Poder e influencia política. Si querías ganar, te tenías que ganar a Romero Deschamps.
Curiosamente, el lugar de encuentro, entre Joaquín Hernández Galicia "la Quina" y Romero Deschamps, fue en la refinería de Salamanca, en Guanajuato.
La Quina llevaba cinco sexenios al frente del sindicato. Carlos Salinas de Gortari terminó con el poder de la Quina. Esa fue una de las maniobras de Salinas para obtener legitimidad y hacer valer el estado de derecho.
Deschamps fue chófer de la Quina, y se convirtió en su ayudante seccional en la delegación de Azcapotzalco en ciudad de México. En 1989, la Quina es detenido y llevado a prisión y condenado a 35 años de cárcel. Deschamps saltó a ser interino del sindicato poderoso de Petróleos mexicanos, como relevo de Sebastián Guzmán. Deschamps cubrió su interinato un año. Comenzó a dirigir al sindicato de trabajadores petroleros en 1993, y en 1994 cuando era senador por el estado de Hidalgo, resultó electo por unanimidad de manera oficial como secretario general del sindicato y poder ocupar el cargo del año 1995 al 2000 y además tener la posibilidad de reelegirse por otro período. Y sí lo hizo, se reeligió otros cuatro períodos.
Además de este gran poder, Romero Deschamps fue diputado y senador por el PRI.
Luego, en 2001, se descubrió que más de mil millones de pesos del sindicato de trabajadores de petróleos mexicanos fueron destinados a financiar la campaña presidencial del PRI con Francisco Labastina en el 2000 para buscar la presidencia de la república. Este caso fue conocido como «pemexgate».
Hace poco vimos a Francisco Labastida en el senado de la república dando palabras de honra a Cuauhtémoc Cárdenas en el homenaje que le rindió Dante Delgado con su partido político «movimiento ciudadano». (septiembre 2019)
Deschamps llegó con su quinto presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador.
Y el presidente Andrés Manuel López Obrador siempre había denunciado que había corrupción e impunidad en Pemex. Siempre ha defendido a petróleos mexicanos, porque además «pemex» ha sido el gran motor de desarrollo de México a pesar de esta corrupción y desfalcos. De tal manera, que el Presidente Andrés Manuel López Obrador presentó dos denuncias en contra de Romero Deschamps, una oferta que no podría rehusar, y Romero Deschamps dimitió del cargo. Es decir, «vete por las buenas».
«Fue lo mejor, que Romero Deschamps se hiciera a un lado»—dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador este 17 de Octubre del 2019 en su tradicional rueda de prensa, denominada «la mañanera».
No debe haber sindicatos de estado, esta manera tradicional que había de poner ó quitar líderes sindicales al antojo del presidente de la república, dijo Andrés Manuel López Obrador, reflexionando sobre estos últimos tiempos donde convenían a intereses pactos de impunidad en la federación, de parte de quienes buscan retener y conseguir el poder.
De tal manera, se da fin a una era, dice el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, donde habían dirigentes sindicalistas que permanecían por largos períodos y se enriquecían al ámparo del poder.
Por fin, adiós, Romero Deschamps.
Erick Xavier Huerta
Un tocayo, Carlos Romero Deschamps, dirigió por los últimos 26 años de su vida al sindicato más poderoso del mundo, el sindicato de petróleos mexicanos. No ha habido negocio más jugoso en el mundo que el del petróleo, y Deschamps representaba a todo el gremio petrolero mexicano, que era un negocio de Estado, enteramente del gobierno después de que Lázaro Cárdenas lo expropiara, decreto anunciado el 18 de marzo de 1938.
Le acusaron de una riqueza inmensa, desde lamborghinis, mansiones en Acapulco, Cancún, Miami, yates, aviones; hijos que presumen yates, ferraris. Poder e influencia política. Si querías ganar, te tenías que ganar a Romero Deschamps.
Curiosamente, el lugar de encuentro, entre Joaquín Hernández Galicia "la Quina" y Romero Deschamps, fue en la refinería de Salamanca, en Guanajuato.
La Quina llevaba cinco sexenios al frente del sindicato. Carlos Salinas de Gortari terminó con el poder de la Quina. Esa fue una de las maniobras de Salinas para obtener legitimidad y hacer valer el estado de derecho.
Deschamps fue chófer de la Quina, y se convirtió en su ayudante seccional en la delegación de Azcapotzalco en ciudad de México. En 1989, la Quina es detenido y llevado a prisión y condenado a 35 años de cárcel. Deschamps saltó a ser interino del sindicato poderoso de Petróleos mexicanos, como relevo de Sebastián Guzmán. Deschamps cubrió su interinato un año. Comenzó a dirigir al sindicato de trabajadores petroleros en 1993, y en 1994 cuando era senador por el estado de Hidalgo, resultó electo por unanimidad de manera oficial como secretario general del sindicato y poder ocupar el cargo del año 1995 al 2000 y además tener la posibilidad de reelegirse por otro período. Y sí lo hizo, se reeligió otros cuatro períodos.
Además de este gran poder, Romero Deschamps fue diputado y senador por el PRI.
Luego, en 2001, se descubrió que más de mil millones de pesos del sindicato de trabajadores de petróleos mexicanos fueron destinados a financiar la campaña presidencial del PRI con Francisco Labastina en el 2000 para buscar la presidencia de la república. Este caso fue conocido como «pemexgate».
Hace poco vimos a Francisco Labastida en el senado de la república dando palabras de honra a Cuauhtémoc Cárdenas en el homenaje que le rindió Dante Delgado con su partido político «movimiento ciudadano». (septiembre 2019)
Deschamps llegó con su quinto presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador.
Y el presidente Andrés Manuel López Obrador siempre había denunciado que había corrupción e impunidad en Pemex. Siempre ha defendido a petróleos mexicanos, porque además «pemex» ha sido el gran motor de desarrollo de México a pesar de esta corrupción y desfalcos. De tal manera, que el Presidente Andrés Manuel López Obrador presentó dos denuncias en contra de Romero Deschamps, una oferta que no podría rehusar, y Romero Deschamps dimitió del cargo. Es decir, «vete por las buenas».
«Fue lo mejor, que Romero Deschamps se hiciera a un lado»—dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador este 17 de Octubre del 2019 en su tradicional rueda de prensa, denominada «la mañanera».
No debe haber sindicatos de estado, esta manera tradicional que había de poner ó quitar líderes sindicales al antojo del presidente de la república, dijo Andrés Manuel López Obrador, reflexionando sobre estos últimos tiempos donde convenían a intereses pactos de impunidad en la federación, de parte de quienes buscan retener y conseguir el poder.
De tal manera, se da fin a una era, dice el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, donde habían dirigentes sindicalistas que permanecían por largos períodos y se enriquecían al ámparo del poder.
Por fin, adiós, Romero Deschamps.
Erick Xavier Huerta
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