«El hipócrita político de Mario Vargas Llosa»

Leyendo su prólogo en «el estallido del populismo», coordinación de su hijo Álvaro Vargas Llosa, Mario, textualmente escribe en la página 10:
"En Filipinas, el populismo del presidente Duterte muestra un perfil sanguinario: pretende acabar con el narcotráfico asesinando traficantes y drogadictos; ya hay cerca de ocho mil cadáveres y, qué duda cabe, entre ellos, gran número de inocentes."

Después de esta sentencia del gran intelectual, pues hubiésemos esperado una opinión de reconocimiento ante lo que ocurrió en Culiacán con Ovidio Guzmán, líder de uno de los carteles más poderosos del mundo, que controla este mercado negro alrededor del globo y que posee ejércitos brutales para defender sus intereses oprobiosos. Pero no, aquí no caben esos señalamientos porque Andrés Manuel debe ser el villano dentro de la concepción de Vargas Llosa, porque evidentemente atenta contra los intereses que Mario protege y defiende.

Bueno, puede ser que porque no fue galardonado por el presidente Duterte, entonces Mario Vargas Llosa haya decidido criticarlo ferozmente. Y tal vez por eso, al contrario, decidió el escritor peruano no decir nada de Felipe Calderón, porque este último sí lo condecoró con el águila azteca, una distinción de máximo galardón que el país entrega a otros personajes de otros países, para expresar agradecimiento, admiración y cariño del respeto del pueblo mexicano.

Así, Mario Vargas Llosa demuestra su gran hipocresía en favor de luchar por los ideales de la libertad, y que en cambio, trabaja para intereses particulares, como puede ser para George Soros, ó en su caso, para Josefina Vázquez Mota, a quien salió a promover en México en 2012 después del fracaso del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa. Después de la masacre terrible, peor que la ejercida que Duterte en Filipinas, peor que esas lamentables muertes de ocho mil cadáveres que cita Vargas Llosa en su prólogo en favor de la libertad y en contra absoluta del populismo nacionalista que supuestamente acaba con todo.

Ciertamente, se le olvida al "liberal" Vargas Llosa que lo que menos abona a la democracia liberal, es justamente el manejo de retórica demagógica del miedo para hacer perder adeptos a movimientos políticos y sociales por no convenir a los intereses de las pocas manos que manejan grandes capitales y controlan muchas naciones.

En la página 14, del «estallido del populismo», Vargas Llosa escribe: "...las bravatas nacionalistas y racistas del presidente Trump han tenido por lo pronto la virtud de poner a la cabeza de las encuestas presidenciales al candidato populista Manuel López Obrador, que si llegara al poder, representaría una regresión izquierdista radical al proceso de democratización que México experimenta desde hace unas dos décadas."

¿Sabrá Vargas Llosa de la corrupción ejercida por Salinas de Gortari? ¿Sabrá de lo intocable que era el sindicato de trabajadores de petróleos mexicanos con Carlos Romero Deschamps al frente? Digo, Romero Deschamps pasó por las flores del PRI, por Salinas, Zedillo, por Fox, por Calderón, por Peña; y fue hasta Andrés Manuel, que ese régimen dictatorial terminó para abrir paso a la democracia sindical. Pero Vargas Llosa no gusta de esa realidad, gusta de su ficción.

¿Sabrá Vargas Llosa de la corrupción que ocurrió con Peña Nieto? ¿Sabrá de los más de quince gobernadores corruptos que estaban con Peña Nieto gobernando México? ¿Qué hay del fomento a regiones controladas por el narco bajo el régimen de Felipe Calderón?

¿Qué dijo Vargas Llosa de los más de cien mil muertos de Calderón en México donde justamente un gran número de inocentes fueron asesinados, entre ellos migrantes centroamericanos? ¿Qué dijo Vargas Llosa de los cientos de fosas clandestinas donde enterraban a inocentes durante el sexenio de Calderón?—No, nada, porque se trata de una moral de liga, que cuando conviene a intereses del burgués de Vargas Llosa, entonces se puede defender la libertad, y que cuando no alcanza la cartera para comprar ideas, entonces es populismo.
¿Qué dijo Mario Vargas Llosa de la dictadura perfecta del PRI con Peña Nieto?—Que ya no habría de regresar porque México había alcanzado cierta estabilidad democrática gracias al pacto y refuerzo que se hizo en convenio con su partido político mexicano favorito, el de Acción Nacional, con ejemplo emblemático, —el de José Antonio Meade, que puede llevar la hacienda y los intereses económicos, tanto para el PRI, como para el PAN. Si se une, el PRI y el PAN, para Vargas Llosa, eso sí es libertad.

Con Mario Vargas Llosa sólo hay buenos y malos, nunca hay matices.
Mario Vargas Llosa puede escribir muy bien la ficción, pero reconoce de mala gana la realidad. Tanto que escondió dinero en las islas vírgenes británicas, para que no lo pudiera fiscalizar España, ni la gran unión europea que tanto presume.

¿Qué dijo de los más de cien mil muertos que sumó Peña Nieto al final de su gestión?-Que López Obrador no llegara al poder. Que Andrés Manuel López Obrador es un peligro para México y que con él sí hay riesgo de que vuelva la dictadura perfecta del PRI.

¿Qué dijo de los cuarenta y tres estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa?
¿Qué ha dicho de la cifra de feminicidios que ocurren en México? ¿Qué dijo del fomento y de la pérdida de estado de derecho frente al imperio del estado del narco en el país? ¿Qué ha dicho del sometimiento que ha provocado los Estados Unidos de Norteamérica a México, imponiendo gerentes y abusando del país vecino para fomentar la producción de drogas y usarlo como mercado para comerciar armas con los grupos narcotraficantes? ¿Qué dijo de la terrible crisis económica que ocurrió con Calderón y del desastre que pasó con Peña Nieto?

Poco puede decir Vargas Llosa.
Hace omisión de la revaluación del peso mexicano frente al dólar y cómo es la única divisa que se ha movido con tendencia positiva en el mundo.

Ah, para él Obama es bueno, Trump es malo. Peña Nieto es bueno, Calderón es bueno, pueden tener matices, pero no, Obrador es malo. Y poco opina, dice ó reconoce los esfuerzos y además notorios avances democráticos y libertarios que ha fomentado en menos de un año, la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, que además de todo, ha venido a ejercer un liderazgo importante para la región, un liderazgo que no se había venido a asumir, ante el racismo y discriminación que ha hecho los Estados Unidos de Norteamérica desde Barack Obama con todos los migrantes latinoamericanos, de Cuba, de México, de Centroamérica, y ahora de África también. Qué pena que poco diga el propio Obama de tantos africanos que buscan cruzar México para obtener una vida mejor en el país de Will Smith.

Se indigna Mario Vargas Llosa, por ocho mil cadáveres de Duterte, mientras Estados Unidos sigue matando a diestra en oriente, y en América.
Para Vargas Llosa, Le Pen en Francia es un peligro, pero de los campos de concentración hechos por Macron para contener migrantes y deshacerse de ellos, no dice nada.

¿Si se ha enterado Mario Vargas Llosa que en la propia tierra del "libertador" Vicente Fox, reina un narco estado y la entidad es primer lugar en homicidios dolosos en la república?

Es gravísima la elección de Andrés Manuel López Obrador para México y para América Latina,—sentenció Vargas Llosa. Y poco dice, del cambio de mando y estrategia de operaciones con mando civil de la guardia nacional, y que al senado como nunca antes, se le entregó un análisis y procedimientos de estrategia para combatir al narcotráfico en el país, cosa que nunca había pasado. Pero no dice nada. Ni tampoco dice de los fomentos a migrantes que obligan a México a conciliar toda una batalla multidimensional y de diversos frentes ante masas migrantes que cursan nuestro territorio y presionan a Trump por intereses políticos oprobiosos en su territorio, para que vuelvan a ganar adeptos un grupúsculo farsante que se encuentra dentro del partido demócrata.

Rodrigo Duterte es un chiste comparado a lo que hizo Peña Nieto y Calderón en México, en los pasados doce años en México. De la decena trágica del Partido Acción Nacional al frente de la república mexicana, hace omisión Vargas Llosa. Pero Vargas Llosa eligió a Rodrigo Duterte como mejor emblema para poder describir lo que significa el populismo atroz y vil que destruye la libertad. Eso es a lo que más llegó Vargas Llosa en 2017, en sus reflexiones y en su pensar para escribir el inicio del libro del «estallido del populismo».

Y ha continuado buscando estigmatizar a López Obrador como el nuevo Chávez de América Latina, en el mismo estilo de Vicente Fox. A ese grado ha llegado el premio Nobel peruano a sobajarse con tal de atentar contra el movimiento que desterró al bipartidismo en México.

Ah, habría que recordar los escándalos que envuelven a Mario Vargas Llosa, acusado en los panamá papers de lavar dinero, y de estar asociado también a los mismos participantes de esta crítica en contra de las mimas líneas de argumentación que conducen a descalificar ahora a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, como Castañeda y como Enrique Krauze.

Ya se arrepintió Mario Vargas Llosa se haber sido en su juventud, comunista. Pero ahora no reprime ni ejerce una pizca de autocrítica ante su fanatismo con el estalinismo neoliberal.

Qué hipócrita.

Erick Xavier Huerta

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