La Octava Repercusión


La Octava Repercusión
2013-2019



«Los labios de la sabiduría están cerrados, excepto para los oídos del entendimiento»
El KYBALIÓN

La historia comenzó en el año 2013.
Ahora grabé capítulos en Cuba, en la Riviera maya, y al otro lado del mundo, en Nepal. Y conocí a más personas, personas más bellas, más increíbles, grandes personalidades de todos los ámbitos. Ha sido una aventura fascinante. Y siempre, cada que pasa un año, pienso que ya se ha terminado, pero no, siempre continúa, siempre algo me hace regresar. Tal vez es la magia del periodismo. Tal vez es una misión de vida. Cierto es que siempre el micrófono encuentra voces que deben ser escuchadas. 

Cuando comprendes el beneficio, realizas el esfuerzo y el sacrificio, y el esfuerzo adquiere otra perspectiva y entonces—el esfuerzo se transforma en entusiasmo. Por eso me gusta perseverar y seguir. He encontrado el camino correcto, justo, en el principio de la rebeldía. Porque me rebelé a seguir las mismas pautas que todos, e irónicamente muchos piensan que he seguido lo más lógico, pero no. No fue así.

Ya era profesionista, ya había terminado estudios de posgrado. Ya tenía maestría. Ya tenía incluso estudios ejecutivos, pero yo me quería dedicar a otra cosa, emprender negocios, otra cosa, menos hacer periodismo, menos dedicarme a producir contenidos de noticias, opinión y debate. Y mucho menos quería contar noticias locales o de algún estado. Pero los caminos de dios son misteriosos. Lo que es cierto, es que buscaba pagar mi hipoteca social, darle a mi comunidad y a mis padres por lo que ya me habían dado. Sí estuve en el camino de hacer cumplir los designios de mi alma mater, de regresar a mi comunidad y ayudar a que hubiese progreso, desarrollo. 
Digo, era terrible la falta de debate, opinión pública, información que había al respecto de lo que estaba aconteciendo en una comunidad, en un pueblo, en un estado. Esa falta de información, y sesgos daban poco empoderamiento a la población y los que estaban en el poder podían seguir haciendo lo que querían. Incluso por eso también salté a la arena política, porque ya había estudiado administración pública y política pública para incursionar justamente en esa carrera, y que mejor momento que el de 2018 para abonar a un cambio radical por nuestros movimientos sociales.
Estoy orgulloso de haber estudiado en el tec de monterrey mientras el rector fue Rafael Rangel Sostmann. Sí puedo decir que fue uno de mis mentores de vida. La misión era formar personas íntegras, con visión humanística, para desarrollar nuestras comunidades en lo social, en lo económico y en lo político. Había que ayudar al desarrollo del país. Y así lo hice. Digo, sí estudié géneros periodísticos y mi maestra Malena Hernández también fue mentor de mi vida, y clave para desarrollar después los proyectos de opinión y libertad. Porque Malena me inspiró a tratar de seguir su estilo periodístico, aquel que siempre busca tomar partido por la justicia, por ser contra—poder. 

Y después, tú puedes seguir al maestro que tú quieras y fundar tu propia escuela. Así lo hice. Y me inspiré también en comunicadores como Jorge Ramos, Jaime Bayly, Ismael Cala, Carmen Aristegui. Me inspiré en líderes del gremio periodístico como Oriana Fallaci.

También me inspiré en Axel Kaiser, gran combatiente en la batalla de las ideas, pugnando siempre desde su perspectiva y fundamentos, en beneficio de la libertad. Lo conocí, de hecho, y me dio clases en un foro de agenda para libertad, organizado por Armando Regil en el Instituto de Pensamiento Estratégico Ágora. Ese foro me marcó y fue fundamental para mis días consecuentes, donde todavía no nacía el proyecto que habría de emprender, de periodismo, opinión, debate y libertad.

Cuando me gradué con honores de la universidad y después seguí con triunfos académicos en la maestría, pues pensaba que en automático las cosas serían más fáciles ó cómodas. Lo digo con humildad y rigor. La paciencia y la disciplina dan frutos dulces. Lo cierto, es que aplacé esa misión. La asumí en un momento. Decidí no quedarme a vivir ni en Querétaro, ni en Monterrey y luego tampoco, en ciudad de México. Lo tenía todo. Pero no estaba a gusto. No me quería ir de mi país tampoco. Muchos amigos siempre se quejaban del país, pero yo siempre entrañé un amor patriota. Siempre me he considerado patriota. Y me gusta y amo a mi país. Tampoco quería ganar y tener dinero por tener dinero. Sí quería buscar pasión en lo que hacía, y tenía que encontrar mi propia voz y mi propio camino. El rector Sostmann siempre nos dijo que hiciéramos lo que nos apasionara. Y era muy inquieto, lleno de energía, y en el tec me había acostumbrado al proceso autodidacta y emprendedor, creativo e innovador que nos habían inculcado.

Después de cuatro años, en 2017 tuve la revelación de que había una razón más elevada en mi regreso al querer pagar mi hipoteca social, y ese era el amor. Y creo que no me equivoco cuando así lo manifiesto.
Una vez, un sabio me dijo que a partir de los 28 años, la vida va enserio. Ya no es un juego. Y justamente en el año 2015, cuando cumplí 28 años, yo ya había consolidado una carrera como figura pública, como promotor de debate plural, como productor, conductor y con incidencia de liderazgo en el ámbito de la opinión pública.

Me tomo en serio mi responsabilidad, y siempre me entusiasma cumplir con mi deber y mi responsabilidad.

Me ha apasionado lo que hago. Me esfuerzo en hacerlo bien. Le dedico todo lo que el tiempo puede apremiar. Y he llegado a sacrificar grandes pasiones. Ha pasado el tiempo, pero creo que no ha sido en vano, he construido en todo lo que hago, a mi propio ser. Y eso me llena de satisfacción.

Siempre me ha gustado escuchar. Y he guardado silencio mucho tiempo. Tal vez piense la gente que he sido un parlanchín desde siempre, pero no. He querido saber, pensar, reflexionar, escuchar lo que otros saben, lo que otros piensan de la vida, para formar mi propio criterio. Es difícil encontrar la verdad. Poco a poco tuve que ir fluyendo hacia una extensiva comunicación. Lo cierto es que también, desde niño he tenido fuertes inquietudes por comunicar. Desde siempre, quise producir. Cuando era niño le dije a mi padre que me permitiera producir «telecable noticias niños». Gerardo López y Enrique Martínez, quienes fueron conductores de ese noticiero, me llegaron a grabar. Después producía series con mis amigos. Hice una serie de luchadores, de máscaras, como el santo, blue demon, que luchaban contra los malos, enemigos de México. El villano del santo era Carlos Salinas de Gortari, que en mi serie era apodado «Chalinillo». Todavía pueden encontrar algunos videos en internet. También filmé una serie, cuando estaba en preparatoria (según recuerdo) sobre pandillas y cholos. Me acuerdo que había visto la película de sangre por sangre, y me había entusiasmado esa historia, y quería emular lo que había hecho Taylor Hackford como director.

Durante toda mi vida participé en concursos de oratoria, en concursos de canto, en teatro, y en comedia. Facilidad tenía para imitar a la gente, a mis maestros, directores y hacía shows para toda la escuela, para primaria, secundaria, preparatoria y universidad. Pero quería ser más serio. Desde siempre me interesó la política. Hay videos cuando era apenas un bebé, que me ponía de pie para saludar a la bandera. Y siempre me gustó saludar a mi bandera. Siempre me apasionó la historia. Me apasionaba escuchar del Che Guevara, de Hidalgo, de Morelos, de Cárdenas, de Porfirio Díaz. Veía las novelas históricas, me gustaban las clases de historia, de ética, de valores y civismo.

Quería ser político, pero también quería ser empresario y también quería ser artista. Y en ciencias de la comunicación estaba todo. Pero en el tronco común, que compartíamos con los licenciados en relaciones internacionales, pues estaba llena de política local, estatal, nacional e internacional. Justamente así creé mi programa con una agenda para darle importancia a todo ámbito y ver y tener perspectiva y panorama general de todo lo que ocurre en el mundo y cómo lo universal afecta lo particular y cómo lo particular transforma lo universal. Y por eso quise volverme mejor político a productor como Adal Ramones. Estaba inspirado, y me gustaba ser deportista. Y quise prolongar eso con mis estudios de posgrado, más estudio y más deporte. Y quise estudiar el doctorado, pero también quise hacer una pausa. Y en eso regresé a la ciudad que me vio crecer. Creo que fue un proceso de justicia, de reencuentro, de pago por la hipoteca social.

Siempre he pensado que en algún momento me convertiré en director de cine. Es un sueño, es un impulso, es algo que siempre he querido hacer. Incluso siempre quise convertirme en actor de cine, y si hubiese seguido por ese camino, también en ese camino hubiese surgido el deseo de hacer cine como director.

Pero los temas siempre estaban ahí. Apremiado por el interés por la justicia, la libertad y el honor. No me gustaban esas cosas de racismo, de discriminación por clase social, raza ó religión. Sobre todo en mi municipio, esas cosas eran muy evidentes. También fue algo que vine a hacer, a quitar esos estigmas de la mente, a quitar esos pensamientos desastrosos que dividían y lastimaban a la sociedad. Y todos empezaron a reclamar con mi programa de opinión, debate y libertad. Reclamaron las familias del PAN, reclamaron las familias del PRI, reclamaron las familias del PRD. Ahora hasta reclaman los de Morena. Reclamaron siempre los que estaban en el poder y estaban acostumbrados a que no les dijeran nada. Y por supuesto, había yo tomado la dirección del canal de televisión de la empresa familiar, y la situación se convirtió en un reto que afrontar, hasta la fecha, pero yo siempre estaba y estoy seguro de mis convicciones, principios y ética profesional. Desgraciadamente sí hubieron represalias en contra de mi familia, y el miedo invadió el hogar, pero siempre seguí y sigo firme en decir lo que pienso y pensaba, en decir mi opinión, en investigar y en expresar lo que creo y creía correcto e incorrecto acorde a los principios que han fundado nuestra república y nuestra dinámica social. Hay cosas, principios inamovibles que marcan lo que está bien y lo que está mal.

Creo que desde siempre he hecho lo que me gusta.
Siempre he hecho lo que he querido.
Grabo lo que quiero, lo produzco y lo muestro al mundo.

Mi camino siempre ha sido el de comunicar.
Incluso hoy, me afirma más el universo que he venido para comunicar. Más cuando he conversado con personajes como Álvaro Delgado, Gilberto Lozano, Fernández Noroña, Jorge Castañeda. Más cuando en este año el perfil que he construido es el mismo que ha venido recorriendo grandes personajes como Cecilia Alegría, Samar Yorde y por supuesto, Ismael Cala.
Ismael Cala se ha inspirado en Tony Robbins. Y es gracias a la comunicación, que se pueden emprender grandes movimientos sociales, en beneficio del progreso y el desarrollo humano.

Mi destino está muy claro.

Siempre escuché voces negativas que atacaban la carrera de ciencias de la comunicación, pero justamente hoy todo lo que vende, es la comunicación. Mira a Cala, mira a Tony Robbins, a Osho, al Dr. Alfonso Ruiz Soto, a grandes de la comunicación y el lenguaje como Umberto Eco. Múltiples ejemplos hay de lo que la comunicación logra. El propio Jesús de Nazareth era grande por su gran capacidad de comunicar. Son las grandes empresas, las que lucran con la comunicación. Facebook, Google, Amazon, twitter. Todo es comunicación. Y son más los que ganan ayudando a las personas a que se puedan conocer mejor. La gente quiere verdad, libertad, justicia. Y es la comunicación, el camino que alimenta el ser del hombre.

Hoy más que nunca urge verdad y justicia.

Nos nutrimos siempre, unos de otros. Por eso es importante saber siempre que está comunicando el corazón, qué sacamos del corazón.

Si eres perseverante, dice en las antiguas escrituras herméticas, y tu mente está preparada para recibir estas enseñanzas, serás capaz de desarrollarlos para mantener fielmente, el altar de la verdad, sobre el que se mantiene encendida la lámpara perpetua de la sabiduría.

Estoy muy agradecido por este año, de tremendas sorpresas, y de grandes emociones. Yo pienso que es un año que me enseñó a tener y a incrementar más mi fe. Y eso es muy valioso, tal vez es el pensamiento más hermoso que pueda encontrar en mi saber.

Ha sido un gran año. Una gran campaña de una nueva temporada, la octava repercusión, de la conversación, de la opinión, del debate, de la libertad. Y esto me ha permitido conocer nuevas y grandes personalidades, donde he podido compartir con todos estas conversaciones que pienso siempre sirven para abonar al desarrollo de nuestra mente, de nuestra reflexión, para conocernos mejor, para tomar mejores decisiones, para siempre hacer cosas en beneficio del bien y siempre estar conscientes, de vivir en paz y para bien de nosotros y los demás.

Doy bienvenida, con bendición al nuevo año. Casi nunca pido nada, ni bendigo mucho menos un nuevo ciclo. Pero hoy quiero estar consciente, de que ya estoy en mis tiempos serios, donde cada pequeño detalle tiene una repercusión inimaginable, donde se abre un portal, la década donde habré de definir grandes cosas en el camino de mi destino, que serán de tremenda repercusión para toda la humanidad. Por eso bendigo, por eso pongo el corazón en todos los deseos que surjan en mi nuevo ciclo, y que siempre, mi experiencia en el nuevo sol, sea de amor.

Gracias


Erick Xavier Huerta Sánchez


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