AMLO CRECE «SIN MORENA»
Al Presidente de la república todavía le aprueba más del setenta por ciento de la población. El presidente más votado en la historia democrática de México, con oposición, con el aparato mediático de México y de Norteamérica en contra, pudo ganar de forma histórica. Más de treinta millones de mexicanos votaron por Andrés Manuel López Obrador, y una vez que tomó posesión, ganó la aprobación de miles más que no votaron por él.
Es tremendo dato histórico. Pues Andrés, a diferencia de otros, ganó con todo el aparato en contra y varias fuerzas políticas «en contra», nacionales, y extranjeras. Recuerden, que Benito Juárez ganaba porque era el único candidato, y luego Porfirio Díaz era el único candidato, y luego el PRI era el único partido, y luego surgió el PAN y se convirtió en el satélite del PRI para instaurar el sistema bipardista en el país, porque siempre aspiran a ser como los Estados Unidos de Norteamérica.
Andrés Manuel López Obrador pudo eso y con más. Y ahora es Presidente, y siguen creciendo su popularidad y la aprobación de su gestión a nivel nacional e internacional.
¿Qué factores están interviniendo para que esto suceda?
El Presidente sigue creciendo. Pero lo importante aquí, es señalar, que crece y crece su aprobación sin el respaldo ni la fuerza del propio partido político que fundó. Pero creo que hay puntos importantes que ayudan a comprender también por qué el presidente sigue creciendo en aprobación e imagen pública.
Habría que recordar que Vicente Fox dejó que se debilitaran las instituciones por esta idea de libertinaje que apela a que el Estado no debe intervenir en nada, entonces dejar al libre albedrío a que los criminales vendan droga, trafiquen droga, compren armas a Estados Unidos de Norteamérica, a dejar que «EUA»haga negocios con los criminales y deje que su mercado de drogas crezca porque eso es lo que supuestamente dice la gran política de libertinaje: «no hagas nada». Al encontrar este escenario, Felipe Calderón quiso restaurar la institucionalidad con la guerra contra el narcotráfico, además porque la institución que representaba el presidente de la república, ya no servía para nada, nadie le respetaba y menos con un fraude electoral cometido contra Andrés Manuel López Obrador. De igual forma, Calderón quiso emular las prácticas de Reagan y de Thatcher y acabar con el sindicalismo mexicano, aunque hayan hecho alianzas con Elba Esther Gordillo y Elba Esther Gordillo haya aumentado su poder gracias a los gobiernos panistas, fundando su propio partido político «Nueva Alianza», y ahora, su partido «Redes Sociales Progresistas». Sin embargo, este montaje sólo acabó por agudizar la crisis económica, social y política de México, al tanto que el secretario titular de seguridad pública, Genaro García luna, siempre fue defendido a capa y espada por el Presidente Felipe Calderón. García Luna fue acusado por tener nexos y vínculos con el crimen organizado, y que el que verdaderamente gobernaba al país era justamente García Luna. García Luna fue acusado por periodistas, académicos, políticos, y nadie hizo caso. El Presidente Calderón siempre defendió a García Luna, que hoy está procesado en Estados Unidos de Norteamérica, por criminal. Y además, antes de esto, en el juicio del Chapo, se documentó las extorsiones y dinero que entregó el cartel de Sinaloa a estos presidentes del PRI y del PAN.
Bueno, tanto, que el PRI y el PAN nunca quisieron hacer nuevas refinerías, para quebrar deliberadamente el negocio del petróleo en México y entregarlo a los colonizadores financieros. Bueno, hasta Hillary Clinton supervisó de primera mano la reforma energética pactada por el PRI, el PAN y el PRD, para beneficiar a los norteamericanos.
Ahora, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya ha puesto en marcha las alianzas y proyectos de financiamiento para levantar nuevas refinerías en el país y ayudar ahora sí al enriquecimiento de la patria y bajar precios a los combustibles. Ha tenido acercamientos importante y ha venido construyendo una alianza con el nuevo líder de la economía mundial, China, pasando por encima del conflicto y pleito comercial entre el principal vecino del norte y el dragón. Pero es que el asunto, es que el PRI y el PAN desde antes de que tomara posesión Andrés Manuel López Obrador como Presidente de la república, lo han venido atacando con estos discursos de descalificación para desaprobarlo en todo y lograr que pierda legitimidad ante la opinión pública. Le acusaron de que convertiría a México en Venezuela, de que sería un dictador como Nicolás Maduro. Y en la propia toma de posesión en el Congreso de la Unión, el presidente recibió reclamos de los panistas para que inmediatamente bajara el precio a los combustibles cuando ellos pactaron con Peña Nieto hacer incrementos, que además vienen ocurriendo desde que era poder federal el Partido Acción Nacional. Qué hipocresía. Y es que es la rabieta de inconformidad, porque se acabó con el sistema bipartidista, utopía de estos políticos que quieren ser blancos como gringos.
Aún da mayor pena ver estas rabietas de estos partidos opositores a la nueva era de la república comandada por Andrés Manuel López Obrador, porque no hacen nada, ni un rasguño a su imagen. Le critican las cosas más inverosímiles, por si da cuenta a medios de comunicación de sus acciones, o si viaja en avión comercial, o si visita municipios abandonados por el PRI y el PAN o si busca dar mayor atención médica a los ciudadanos, o si quiere erradicar la desigualdad y la pobreza. Y no han podido, porque no tienen credibilidad. Estos líderes del PRI y del PAN participaron en las peores gestiones, de mayor corrupción y de impunidad y donde se incrementó la desigualdad y la pobreza, cuando en Centroamérica y en Latinoamérica se daban pasos agigantados en la materia de combate a la pobreza.
Ahí están los datos de la CEPAL de cómo aplastaron ingresos e incrementaron la pobreza y la desigualdad los gobiernos del PRI y del PAN, y lo hicieron deliberadamente porque heredaron la concepción de hacer lo que sea con tal de permanecer en el poder sin atender las verdaderas necesidades del país.
Un factor importante, es que verdaderamente, Andrés Manuel López Obrador se impuso ante Estados Unidos de Norteamérica, e hizo bajar el nivel de agresión de Donald Trump contra la clase mexicana, y además promovieron un acuerdo histórico de libre comercio que ahora sí viene a respetar los derechos de los trabajadores mexicanos, sin apelar a aplastar sus ingresos por conveniencia de gobiernos para atraer inversiones a costa de la dignidad del pueblo. Pues la lógica de los pasados gobiernos y actuales del PRI y del PAN es: «tener al hombre más rico del mundo y a más de sesenta millones en pobreza». Para el PAN y el PRI la lógica de crecimiento económico y progreso es tener a pocos ricos con millones de pobres; eso es bienestar según ellos.
Un dato. Andrés Manuel López Obrador es tal vez el presidente con mayor legitimidad en el mundo. Ni Donald Trump alcanza la mitad de aprobación que tiene López Obrador en México, por eso tiene que tener más cuidado con sus pronunciamientos, porque ahora se ha levantado de nuevo la institución del ejecutivo en la república mexicana. Es muy distinto a lidiar con alguien sin legitimidad como ocurría con Calderón y Peña Nieto.
También, Andrés Manuel López Obrador se convirtió en un líder para Latinoamérica, a diferencia de sus antecesores que sólo daban dádivas a nuestro continente hispano por quererse convertir en la nueva colonia de Canadá y Norteamérica. Ahora, el Presidente Alberto Fernández ha planteado con el Presidente Obrador gestar el eje de articulación latinoamericana para el progreso de la región y así ser verdaderamente una región de potencial económico importante y preponderante en el mundo.
Tan sólo, Pepe Mujica, gran líder mundial vino a visitar al Presidente Obrador con motivo de su primer informe de gobierno.
No han podido el PAN y el PRI lograr ese cometido de desprestigiar al Presidente. Y es que otro factor, es el gabinete. Marcelo Ebrard y Santiago Nieto, son funcionarios que han dado muestra y cátedra de ejercicio en la función pública. Hay varios secretarios que vienen a dar verdaderamente cobijo de funcionamiento al presidente, como puede ser también Olga Sánchez Cordero en gobernación, o Arturo Herrera en Hacienda, Javier Jímenez Espriú, Esteban Moctezuma, Luisa Alcalde, Alejandro Gertz Manero, Zoé Robledo, y hasta el propio polémico Manuel Bartlett.
También, la coordinación de Mario Delgado en el congreso ha mantenido el orden y el rumbo. De igual forma en el Senado, a pesar de todo, hay orden y rumbo. En el Senado está comandado por grandes líderes, Malú Micher, Antares Vázquez, Jesusa Rodríguez, Napoleón Gómez Urrutia.
Pero gobierno, y el Presidente López Obrador se han mantenido en la preferencia y en buena imagen pública sin la ayuda del propio partido político que cuenta con una gran legitimidad en el país. Es tanto, que además, es de varios conocidos, que el partido «morena» cuenta con varios conflictos internos en varias partes del país, y es que es natural, pues varios oportunistas y perversos mafiosos ahora quieren saltar al organismo para seguir la herencia de esa política de permanecer en el poder sin principios, valores, ética, y moral.
Andrés Manuel López Obrador, a la fecha, no ha necesitado de «morena». Y el partido ni siquiera se ha institucionalizado de manera formal y fuerte, a pesar de la gran legitimidad. ¿Imagínense ahora que lo pueda lograr con institucionalidad? ¿Imagínense que ahora cuando entre en debate?
¿Podrán sobrevivir los partidos chicos del PAN y del PRI?
Puede ser que hasta el PAN y el PRI pierdan el registro el 2021.
Cabría la posibilidad.
En política no hay recetas mágicas ni hay predicciones.
En política se convence, o se pierde.
En política nada está resuelto.
En política no hay predicciones futuristas.
Pero hay hechos, pasado y un pueblo.
Andrés Manuel López Obrador crece «sin morena». Pero lo cierto es, que Andrés y «morena» causaron un fenómeno mundial nunca antes visto como movimiento social y político, ganando de forma histórica.
Todavía esa historia puede seguir causando sorpresas mucho más poderosas. Y es que el movimiento se levantó bajo una consigna fundamental:
«juntos haremos historia».
Erick Xavier Huerta S.
Es tremendo dato histórico. Pues Andrés, a diferencia de otros, ganó con todo el aparato en contra y varias fuerzas políticas «en contra», nacionales, y extranjeras. Recuerden, que Benito Juárez ganaba porque era el único candidato, y luego Porfirio Díaz era el único candidato, y luego el PRI era el único partido, y luego surgió el PAN y se convirtió en el satélite del PRI para instaurar el sistema bipardista en el país, porque siempre aspiran a ser como los Estados Unidos de Norteamérica.
Andrés Manuel López Obrador pudo eso y con más. Y ahora es Presidente, y siguen creciendo su popularidad y la aprobación de su gestión a nivel nacional e internacional.
¿Qué factores están interviniendo para que esto suceda?
El Presidente sigue creciendo. Pero lo importante aquí, es señalar, que crece y crece su aprobación sin el respaldo ni la fuerza del propio partido político que fundó. Pero creo que hay puntos importantes que ayudan a comprender también por qué el presidente sigue creciendo en aprobación e imagen pública.
Habría que recordar que Vicente Fox dejó que se debilitaran las instituciones por esta idea de libertinaje que apela a que el Estado no debe intervenir en nada, entonces dejar al libre albedrío a que los criminales vendan droga, trafiquen droga, compren armas a Estados Unidos de Norteamérica, a dejar que «EUA»haga negocios con los criminales y deje que su mercado de drogas crezca porque eso es lo que supuestamente dice la gran política de libertinaje: «no hagas nada». Al encontrar este escenario, Felipe Calderón quiso restaurar la institucionalidad con la guerra contra el narcotráfico, además porque la institución que representaba el presidente de la república, ya no servía para nada, nadie le respetaba y menos con un fraude electoral cometido contra Andrés Manuel López Obrador. De igual forma, Calderón quiso emular las prácticas de Reagan y de Thatcher y acabar con el sindicalismo mexicano, aunque hayan hecho alianzas con Elba Esther Gordillo y Elba Esther Gordillo haya aumentado su poder gracias a los gobiernos panistas, fundando su propio partido político «Nueva Alianza», y ahora, su partido «Redes Sociales Progresistas». Sin embargo, este montaje sólo acabó por agudizar la crisis económica, social y política de México, al tanto que el secretario titular de seguridad pública, Genaro García luna, siempre fue defendido a capa y espada por el Presidente Felipe Calderón. García Luna fue acusado por tener nexos y vínculos con el crimen organizado, y que el que verdaderamente gobernaba al país era justamente García Luna. García Luna fue acusado por periodistas, académicos, políticos, y nadie hizo caso. El Presidente Calderón siempre defendió a García Luna, que hoy está procesado en Estados Unidos de Norteamérica, por criminal. Y además, antes de esto, en el juicio del Chapo, se documentó las extorsiones y dinero que entregó el cartel de Sinaloa a estos presidentes del PRI y del PAN.
Bueno, tanto, que el PRI y el PAN nunca quisieron hacer nuevas refinerías, para quebrar deliberadamente el negocio del petróleo en México y entregarlo a los colonizadores financieros. Bueno, hasta Hillary Clinton supervisó de primera mano la reforma energética pactada por el PRI, el PAN y el PRD, para beneficiar a los norteamericanos.
Ahora, el presidente Andrés Manuel López Obrador ya ha puesto en marcha las alianzas y proyectos de financiamiento para levantar nuevas refinerías en el país y ayudar ahora sí al enriquecimiento de la patria y bajar precios a los combustibles. Ha tenido acercamientos importante y ha venido construyendo una alianza con el nuevo líder de la economía mundial, China, pasando por encima del conflicto y pleito comercial entre el principal vecino del norte y el dragón. Pero es que el asunto, es que el PRI y el PAN desde antes de que tomara posesión Andrés Manuel López Obrador como Presidente de la república, lo han venido atacando con estos discursos de descalificación para desaprobarlo en todo y lograr que pierda legitimidad ante la opinión pública. Le acusaron de que convertiría a México en Venezuela, de que sería un dictador como Nicolás Maduro. Y en la propia toma de posesión en el Congreso de la Unión, el presidente recibió reclamos de los panistas para que inmediatamente bajara el precio a los combustibles cuando ellos pactaron con Peña Nieto hacer incrementos, que además vienen ocurriendo desde que era poder federal el Partido Acción Nacional. Qué hipocresía. Y es que es la rabieta de inconformidad, porque se acabó con el sistema bipartidista, utopía de estos políticos que quieren ser blancos como gringos.
Aún da mayor pena ver estas rabietas de estos partidos opositores a la nueva era de la república comandada por Andrés Manuel López Obrador, porque no hacen nada, ni un rasguño a su imagen. Le critican las cosas más inverosímiles, por si da cuenta a medios de comunicación de sus acciones, o si viaja en avión comercial, o si visita municipios abandonados por el PRI y el PAN o si busca dar mayor atención médica a los ciudadanos, o si quiere erradicar la desigualdad y la pobreza. Y no han podido, porque no tienen credibilidad. Estos líderes del PRI y del PAN participaron en las peores gestiones, de mayor corrupción y de impunidad y donde se incrementó la desigualdad y la pobreza, cuando en Centroamérica y en Latinoamérica se daban pasos agigantados en la materia de combate a la pobreza.
Ahí están los datos de la CEPAL de cómo aplastaron ingresos e incrementaron la pobreza y la desigualdad los gobiernos del PRI y del PAN, y lo hicieron deliberadamente porque heredaron la concepción de hacer lo que sea con tal de permanecer en el poder sin atender las verdaderas necesidades del país.
Un factor importante, es que verdaderamente, Andrés Manuel López Obrador se impuso ante Estados Unidos de Norteamérica, e hizo bajar el nivel de agresión de Donald Trump contra la clase mexicana, y además promovieron un acuerdo histórico de libre comercio que ahora sí viene a respetar los derechos de los trabajadores mexicanos, sin apelar a aplastar sus ingresos por conveniencia de gobiernos para atraer inversiones a costa de la dignidad del pueblo. Pues la lógica de los pasados gobiernos y actuales del PRI y del PAN es: «tener al hombre más rico del mundo y a más de sesenta millones en pobreza». Para el PAN y el PRI la lógica de crecimiento económico y progreso es tener a pocos ricos con millones de pobres; eso es bienestar según ellos.
Un dato. Andrés Manuel López Obrador es tal vez el presidente con mayor legitimidad en el mundo. Ni Donald Trump alcanza la mitad de aprobación que tiene López Obrador en México, por eso tiene que tener más cuidado con sus pronunciamientos, porque ahora se ha levantado de nuevo la institución del ejecutivo en la república mexicana. Es muy distinto a lidiar con alguien sin legitimidad como ocurría con Calderón y Peña Nieto.
También, Andrés Manuel López Obrador se convirtió en un líder para Latinoamérica, a diferencia de sus antecesores que sólo daban dádivas a nuestro continente hispano por quererse convertir en la nueva colonia de Canadá y Norteamérica. Ahora, el Presidente Alberto Fernández ha planteado con el Presidente Obrador gestar el eje de articulación latinoamericana para el progreso de la región y así ser verdaderamente una región de potencial económico importante y preponderante en el mundo.
Tan sólo, Pepe Mujica, gran líder mundial vino a visitar al Presidente Obrador con motivo de su primer informe de gobierno.
No han podido el PAN y el PRI lograr ese cometido de desprestigiar al Presidente. Y es que otro factor, es el gabinete. Marcelo Ebrard y Santiago Nieto, son funcionarios que han dado muestra y cátedra de ejercicio en la función pública. Hay varios secretarios que vienen a dar verdaderamente cobijo de funcionamiento al presidente, como puede ser también Olga Sánchez Cordero en gobernación, o Arturo Herrera en Hacienda, Javier Jímenez Espriú, Esteban Moctezuma, Luisa Alcalde, Alejandro Gertz Manero, Zoé Robledo, y hasta el propio polémico Manuel Bartlett.
También, la coordinación de Mario Delgado en el congreso ha mantenido el orden y el rumbo. De igual forma en el Senado, a pesar de todo, hay orden y rumbo. En el Senado está comandado por grandes líderes, Malú Micher, Antares Vázquez, Jesusa Rodríguez, Napoleón Gómez Urrutia.
Pero gobierno, y el Presidente López Obrador se han mantenido en la preferencia y en buena imagen pública sin la ayuda del propio partido político que cuenta con una gran legitimidad en el país. Es tanto, que además, es de varios conocidos, que el partido «morena» cuenta con varios conflictos internos en varias partes del país, y es que es natural, pues varios oportunistas y perversos mafiosos ahora quieren saltar al organismo para seguir la herencia de esa política de permanecer en el poder sin principios, valores, ética, y moral.
Andrés Manuel López Obrador, a la fecha, no ha necesitado de «morena». Y el partido ni siquiera se ha institucionalizado de manera formal y fuerte, a pesar de la gran legitimidad. ¿Imagínense ahora que lo pueda lograr con institucionalidad? ¿Imagínense que ahora cuando entre en debate?
¿Podrán sobrevivir los partidos chicos del PAN y del PRI?
Puede ser que hasta el PAN y el PRI pierdan el registro el 2021.
Cabría la posibilidad.
En política no hay recetas mágicas ni hay predicciones.
En política se convence, o se pierde.
En política nada está resuelto.
En política no hay predicciones futuristas.
Pero hay hechos, pasado y un pueblo.
Andrés Manuel López Obrador crece «sin morena». Pero lo cierto es, que Andrés y «morena» causaron un fenómeno mundial nunca antes visto como movimiento social y político, ganando de forma histórica.
Todavía esa historia puede seguir causando sorpresas mucho más poderosas. Y es que el movimiento se levantó bajo una consigna fundamental:
«juntos haremos historia».
Erick Xavier Huerta S.
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