«Nuestro diálogo por un mejor Futuro»



«Nuestro diálogo por un mejor Futuro»

Sindicalismo. 
Para Margaret Thatcher en los años 80's los sindicatos eran el enemigo. Así se vino planteando en todo occidente, la misma idea, que fue abriendo paso al neoliberalismo, basado en las ideas vanguardistas de los Chicago Boys, comandados por Milton Friedman, y auspiciados en su ejecución por gobiernos representativos, como el de Thatcher y el de Ronald Reagan.

Thatcher se volvió famosa por reprimir las huelgas de los mineros y de los sindicatos en los años 80's y por invadir a las islas Malvinas de Argentina. Y dicen que el imperialismo no existe.

Los sindicatos fueron menospreciados y socavados en su estatus como pilares de un modelo social por la propia globalización y el neoliberalismo. A nivel global se reconfiguró la cuarta revolución industrial. El momento más disruptivo de la historia. Los líderes mundiales se sienten abrumados, sin poder qué hacer, así han surgido liderazgos que además, luego se enfrentan a brutales persecuciones judiciales por parte de los que quieren seguir haciendo prevalecer el modelo fracasado de Thatcher y de Reagan en Occidente.
El movimiento sindical está amparado por el sistema de los derechos humanos que garantizan la libertad sindical.

Vamos de la crisis a la transformación.

Grandes economistas del mundo vieron a México con decepción, pues señalaron la máxima: «México dejó pasar la gran oportunidad de usar su bono demográfico para trascender a ser una primera potencia económica». Con Enrique Peña Nieto, la base de la pirámide poblacional durante las últimas seis décadas, la población de México se cuadruplicó y aumentó la edad promedio de 23 a 29 años.
La forma de resolver las interrogantes más grandes, para que esas respuestas nos ayuden a desafiar el pensamiento convencional de nuestra época, sólo puede conseguirse aprendiendo de nuestras reflexiones en las experiencias del pasado. ¿Qué pasó? ¿Dónde estuvimos? ¿Cuáles fueron los resultados?

Nace la Confederación Internacional de Trabajadores. Y la misión es clara, de apoyar a todos los trabajadores y hacer campaña de forma activa por la protección y progreso de los principios laborales de los derechos de los trabajadores internacionales y de derechos humanos. Y esta confederación plantea un nuevo modelo de representación y poder colectivo. Buscamos una nueva política y una transformación económica, política y social de México. Queremos reconstruir el mundo del trabajo para hacer respetar los derechos de los trabajadores. Un sindicato internacional que tiene representación en México. Pero claro, por supuesto que sabemos de la mala fama que tienen los sindicatos en nuestro país y en las terribles prácticas de corrupción, y servicio al presidencialismo que ha venido a afectar la democracia y la libertad. Pero con el nuevo nacimiento de esta confederación de trabajadores, se busca cambiar por completo aquel pensamiento convencional de nuestra época que sólo puede conseguirse aprendiendo de nuestras reflexiones del pasado y consolidando sistemas que resguarden y defiendan los derechos democráticos y de libertades que deben ocurrir en un sindicato, eso si pensamos en querer modernizar a nuestro país. Buscamos reivindicar los derechos de los trabajadores, de la seguridad social y de la agenda pública.

Cebe subrayar el sistema de contrapesos internacional que posee la organización, en beneficio de tener observadores por la principal misiva: el bienestar de la clase trabajadora. Tanto es así que se ha logrado incorporar esta confederación a la organización sindical más grande del mundo que alberga a más de 270 millones de trabajadores de más de 163 países. Las personas que se afilian a la CIT reciben apoyo técnico e inteligencia estratégica para sus negociaciones colectivas. Es una organización de apoyo en los conflictos laborales y una plataforma de colaboración entre sindicatos. Es que se requiere organización, diálogo y ampliación de la voz del acuerdo frente al poder de gobierno y de las corporaciones. Queremos y tenemos la visión de ser una organización democrática independiente y con la fuerza suficiente para influir en las decisiones trascendentales.  Queremos lograr una vida digna para toda clase trabajadora.
El sindicalismo es un derecho humano. Y hay una tremenda preocupación por falta de representatividad.

Tanto es la diferencia entre este sindicato y los demás, que ha quedado incorporado, se dice fácil, pero es verdaderamente un logro trascendente, quedar adherido, incorporado a la Organización Sindical Internacional, cuya sede se encuentra en Bruselas, Bélgica—la más grande del mundo con más de 270 millones de trabajadores en 163 países. De ese tamaño es la visión, el respaldo, la organización y el rumbo que toma la Confederación Internacional de los Trabajadores en México.

Ahora, hablemos de la juventud.
Nosotros buscamos solidarizarnos con la juventud trabajadora del país, a nivel internacional y ser una gran alternativa para la clase trabajadora. Porque el reto es responder ante la coyuntura atípica que ha desarrollado diferentes formas de organización social. La juventud es el futuro de los sindicatos. Es utilizar esa gran dinámica y energía motora que se encuentra en la juventud para formar parte de algo importante, participando.
Queremos un cambio, y ese cambio es luchar por derechos que han sido arrebatados, productos de las políticas neoliberales, que prometían el progreso, que prometían la evolución, el desarrollo, y que hoy nos tienen en un estado de rezago educativo, de rezago económico, recesión y crisis en la credibilidad de nuestras instituciones democráticas, sin garantías de un estado bienestar. Y es que los jóvenes, más en México, eran el bono demográfico y el país prometía un cambio sin precedentes en su historia. Pero, ¿Qué fue lo que pasó?— hubo desigualdad, la desigualdad creció y México quedó marcado como uno de los países más desiguales del mundo y del continente americano, así lo ha marcado el más reciente estudio de la CEPAL, que entre otras cosas revela la gran injusticia que se albergó en México sin justicia salarial, aplastando los ingresos de los trabajadores para atraer inversión extranjera, una injusticia que aplastaba los salarios por debajo de todo el continente, de Centroamérica, de América Latina. . Los jóvenes con frecuencia y con regularidad, perciben un menor salario que los demás de edad. Así, por medio de la subcontratación, han logrado crear una mano de obra de tres categorías, así lo presumo yo, «de jóvenes, de la tercera edad y los promedio» y así es probable que reciban el salario mínimo.

Es cierto, el mundo se movió a que los jóvenes tuvieran empleos como «freelancers», empleos temporales y mal pagados, y de esa manera creció la frustración entre los jóvenes preparados y eso orilló a que cientos y miles de nuestros jóvenes quedaran orillados a estar en filas del crimen organizado. El crimen organizado creció y la economía informal creció desbancando nuestras instituciones de derecho, y todo ello por no dar oportunidades a los jóvenes. Porque los empleos de los jóvenes carecen de estabilidad laboral y es más probable que les contraten de forma temporal y especialmente si el contrato es por vía del outsourcing.

En este movimiento, por reclamar nuestro derecho a un presente y un futuro digno, vamos a reencauzar la fuerza productiva de los jóvenes, impulsando el cambio y la transformación de nuestra república. Lucharemos por la equidad salarial, sin que la edad sea condición para discriminar y marginar ante salarios dignos. No es posible que personas de la tercera edad y jóvenes, sean abusados por su edad forzándolos a recibir un menor salario. No es posible que se haya creado una mano de obra de tres categorías, los de derecho porque ya se han ganado la facultad de respeto a ganar salario digno y después, los jóvenes y los de la tercera edad. Porque esa ha sido la realidad, que jóvenes y hombres y mujeres de la tercera edad sean acreedores por su condición cronológica, ante el menor salario, que reciban el salario mínimo. Por eso la gran apuesta por incrementar el salario como no había sucedido en México en los últimos treinta años, apostando por un incremento del 20%, era de resaltar por su urgencia y por las propias condiciones dinámicas que ya se estaba replanteando en el nuevo tratado de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá, porque no había equidad en la dinámica comercial. Porque, como dijimos, en México se aplastaban las condiciones de los trabajadores, aplastando su salario para sopesar ganar la inversión extranjera sobre cualquier otro país de la región. Y los que perdían eran México, y sus trabajadores.

Uno de los recientes logros fue la votación unánime que se logró en el Senado de la república para aprobar la ratificación del convenio 189 de la OIT sobre las trabajadoras y trabajadores domésticos, un logros reconocido por la Organización de las Naciones Unidas. Para poder garantizar los salarios, las prestaciones, bonos, vacaciones y estrategias para mejorar la productividad.

La juventud quedó orillada ante la falta de estabilidad laboral. La subcontratación ahora exige un nuevo modelo para que los trabajadores puedan ir labrando futuro y tengan estabilidad. Muchos jóvenes por eso, ahora no importan mucho de los derechos y no están sindicalizados. Hay cifras que apuntan que apenas el 10% de trabajadores en el país están sindicalizados. La eventualidad y la incertidumbre han incrementado las enfermedades que provienen del estrés. La salud pública es un imperante en nuestra sociedad, porque una sociedad sana, es una sociedad fuerte, productiva. Y no hay nada más digno que dignificar la vida a través de la vocación. Pero no puede haber vocación sin salud.

Esta educación, importante y basada en el aprendizaje y respeto que entraña el diálogo social, nos puede permitir que la juventud ahonde en otros umbrales de armonía, paz, y grata convivencia que arroje el progreso y desarrollo que tanto nos ha faltado, y desprendernos por completo de aquel pasado vil y mezquino que nos hizo daño como una humanidad. Porque no queremos pobreza, opresión, destrucción del medio ambiente ni injusticia social. Para ello es imperioso comprender la importancia del diálogo social, y dejar para siempre atrás aquel siglo XX que nos antecedió, que fue el camino para entrar a este nuevo milenio, a un nuevo siglo. Debemos marcar esta nueva era, y esta nueva tercera década del siglo XXI y del nuevo milenio, como una década para trabajar en beneficio de erradicar los frenos que inhiben nuestra inteligencia y creatividad colectiva para producir progreso y bienestar.
Trabajaremos en los años consecuentes y desde el inmediato presente para eliminar la discriminación, el racismo, el clasismo, las barreras de la comunicación que dividen a los trabajadores. Fomentaremos el internacionalismo y apoyaremos a todos los trabajadores para hacer campaña de forma activa por la protección y progreso de los principios laborales internacionales y de los derechos humanos. Y cuando hablamos de trabajo, hablamos de todos, emprendedores, empresas, empresarios, seres que abonan por el progreso desempeñando una función y que buscan el bienestar de su integridad como personas, por sus familias, por sus comunidades, por su país y el de la humanidad.

La juventud se está haciendo un lugar  en el mundo en las condiciones más adversas. Y es tiempo de reclamar nuestro destino. Para ello sigamos apostando a la apertura comercial, pero con dignidad en condiciones de intercambio, con la calidad y con la competitividad de las empresas.

Hoy las cosas son dinámicas, y los trabajadores deben mostrarse dispuestos a cambiar de trabajo y a capacitarse continuamente. Las condiciones han cambiado, la transformación es dinámica, y este modelo ha sido conformado por personas flexibles, ante las demandas de las empresas, y un estado capaz de garantizar prestaciones grandes protecciones sociales para compensar los desajustes del mercado. Se trata de un modelo de flexible seguridad social de los trabajadores en el que nos tenemos que enfocar para lograr salir adelante ante la era de automatización que desplaza funciones y profesiones rápida y continuamente en la nueva era de la cuarta revolución industrial.
Este movimiento es un movimiento solidario entre toda la clase trabajadora del mundo, una nueva alternativa para generar relaciones por el cambio.
Y este movimiento está comprometido con promover y consolidar la democracia sindical, la libertad y la justicia laboral con la misión absoluta de mejorar las condiciones de vida de todos los trabajadores mexicanos. Es momento de apostar por la transformación de la realidad económica de México, reclamar nuestra dignidad, agrupar el esfuerzo por la unidad, para lograr la transformación también de la política y de la sociedad en México.

Un mejor presente y futuro es posible.

Derribemos los muros, y digamos sí a la construcción de alianzas entre los trabajadores del mundo en beneficio de la justicia por nuestros movimientos sociales para lograr una vida mejor.

Podemos demostrarlo.

Erick Xavier Huerta Sánchez
Secretario de Juventud de la Confederación de Internacional de Trabajadores CIT, Guanajuato


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