El ÉXITO POLÍTICO DE LÓPEZ OBRADOR: «LA RABIA DEL BIPARTIDISMO»

Uno de los éxitos de López Obrador fue el rescate del valor de la política en la vida pública de México. Se dice fácil, pero fue un verdadero triunfo, y en poco tiempo. 

Incrementó con su propia participación social, política y sus candidaturas por la presidencia, un incremento en la participación social por la democracia en la república. Y al tiempo, más de treinta millones de personas, como nunca en la historia fueron a votar por todo su movimiento. 

El presidente más votado en la historia de México.

El presidente con mayor legitimidad. Y es natural, que la minoría aplastada del establishment mexicano, ahora esté repelando por todo desde el primer minuto en que asumió la presidencia Andrés Manuel López Obrador.

La minoría racista y clasista se queja sin fundamentos, y optan por la estrategia de hacer ver al presidente como uno más de su casta corrupta para que en los próximos comicios engañen a la población con la recurrente estrategia del PRI: «fingir demencia». Y lo hacen con una percepción muy mediocre del panorama del ejercicio del estado en la república, aludiendo a que si el presidente gobierna para todos, es igual a todos, en todos los rubros, clasistas, financieros, mediocres, soberbios, injustos y justos. Así, desperdigan ideas sin ser objetivos en lo más objetivo de todo: el gobierno es del pueblo. 

Esta consigna de pervertir la noción conceptual de la política, acabó por socavar el ejercicio del estado y reducirlo a su máxima expresión como misiva de la época neoliberal, al tiempo de dar todo el adepto de desarrollo al denominado libre mercado. Y desde el primer instante, los panistas alegaban la reducción del costo y precio de combustibles cuando firmaron el pacto por México, aludieron a las grandes reformas de Peña y entregaron junto con su co-gobierno del PRI un estado reducido, minúsculo y quebrado. Una sociedad en la plenitud de la decadencia financiera, moral, social. Y toda esa deuda a saldarla López Obrador. Y la oposición prudente política de México, que no existe, empuñaba la espada de la justicia exigiendo que el Presidente saldara la magnitud de la deuda en tan solo un año. 

Y es que es la suma del agravamiento de los problemas, porque gracias a los gobiernos del PAN y del PRI, la pobreza no se redujo, no disminuyó y al contrario, creció. Creció y creció la desigualdad. ¿Y qué entregaron con la banda presidencial a López Obrador?—Un T-MEC en crisis, con latente problemática y tendencia a desaparecer, una sociedad clasista apelando al mismo esquema para derrocar al nuevo gobierno, racismo y xenofobia con los hermanos centroamericanos.

De esa minoría clasista, los que arremeten contra López Obrador, estaban apoyando a los Chuchos, y a narco políticos, por obtener favores. Ahora, se creen grandes estrategas políticos por criticar de forma simplona y vulgar al gobierno federal, sobre todo al representante del ejecutivo— al tiempo que esperan que el PRI ó el PRD, o el PAN vuelva a acudir a ellos en la embestida de contra ataque contra la revolución que está en marcha. Y es que no se han dado cuenta, los peñistas, los narcos y los panistas, y los chuchos, que lo que ocurrió en 2018 fue una revolución que ya venía marchando desde antes, y sigue su rumbo, sigue el camino. Estos no fueron comicios normales, mucho menos cotidianos. El Presidente López Obrador cimbró al mundo, con un movimiento social político sin precedentes que triunfó de forma histórica, y que además ha venido a ser uno de los grandes referentes en gobiernos de primeras potencias mundiales. Al tiempo, el propio Donald Trump ya emula la estrategia de comunicación política del Presidente de México, y da conferencias, no matutinas pero sí vespertinas a las cinco de la tarde, todos los días, y se enfrenta directamente con la prensa, con quien además no hay muy buena relación. El Presidente Trump ocupa, ya cuando se refiere a México, el reconocer la inteligencia del mandatario e incluso, apelar a que gusta y quiere de su amistad. Por su parte aquí, los periodistas de renombre de antaño que controlaba y sigue controlando el mainstream, han dejado ver su negligencia, su desgracia al estar inventando noticias y luego para acabar siendo desmentidos por autoridades, instituciones y por la propia población en general. Y lo peor, que hasta acaban por llamar falsos a los representantes y encargados de gobierno federal que sólo están pugnando por seguir y hacer valer las normas de consideración por el bienestar de la población, indicadas por la Organización Mundial de la Salud. 

Poco dijo Jorge Ramos en el diario donde escribe su columna reforma, sobre la corrupción de Keith Raniere y su organización de esclavitud sexual «NXIVM» y del contubernio de negocio por perversiones de trata de blancas que ha ocurrido en México bajo el mando de Emiliano Salinas Occelli, hijo del político al que gusta entrevistar Jorge Ramos para provocar polémica, Carlos Salinas de Gortari; Grupo Reforma— en donde colaboraba directamente con Rosa Laura Junco de la familia directiva y dueña de tal medio de comunicación. Poco, más bien nada dijo al respecto Denise Dresser del mismo caso.

Hoy, en Guanajuato, alcaldes priístas no hacen mucho por la democracia en el rubro donde se ejerce más: el municipio. En Guanajuato, los lacayos y serviles de narco políticos y propios panistas aluden a criticar al gobierno federal en busca de que el desprestigio les ayude a esa consigna fundamental: hacer ver al presidente de la república como uno más del gremio para que si no cambia nada, es porque todos somos iguales. A eso alude la oposición política de minoría que osa ser clasista para favorecer a la aspiración de que los de abajo tengan ilusiones de creer que por apoyar a alguien de perfil clasista, algún día será parte del club. Pero eso no funcionará en tiempos donde la conciencia e ha abierto caminos espectaculares.

Hoy tenemos una sociedad con mucho mayor conciencia, y por eso ocurrió la revolución, no sólo en México, sino en el mundo. Y el cambio sigue su marcha. Y el nuevo pacto social y el nuevo consenso van en busca de la transformación por el bienestar general.

Erick Xavier Huerta