«EL TRIENIO PERDIDO DEL BIPARTIDISMO»




«EL TRIENIO PERDIDO DEL BIPARTIDISMO»


Un partido, de pronto, en tres años surgió y se convirtió en la primera fuerza política de México. Ganó abruptamente, como ningún otro partido político en la historia de México, y así se consolidó como la plataforma que logró que el Presidente López Obrador fuera el presidente más votado en la historia y con mayor legitimidad. Se habla de uno de los grandes líderes desde tiempos de Lázaro Cárdenas. Pero esto se logro gracias al pueblo de México, y a los hombres y mujeres que se comprometieron con el movimiento y todos los días empleaban su entusiasmo por organizar esta articulación en favor de comenzar la transformación de la república. 

Movimiento de Regeneración Nacional se convirtió en el artífice y articulador social del descontento de los mexicanos, en busca de la reivindicación de la emancipación de México y en busca de acabar con el régimen de impunidad y corrupción. Sin embargo, el partido político quedó congelado después del triunfo histórico; desarmado, con desorden, sin estructura, en desventaja frente a los otros partidos de siempre que llevan cien años, ochenta años, con estructuras sólidas pero cuya estructura rígida acabó por romperse y el resultado acabó con el peor resultado para el PAN en los últimos treinta años, y reducido a su poder en Guanajuato donde vive el ex presidente Fox y donde por supuesto, no iba a permitir que ese poder se lo arrebatara el hombre al que más ha odiado, López Obrador.

De igual forma, el PRI perdió como nunca. El PRI-gobierno de Enrique Peña Nieto legó la peor imagen presidencial, —el presidente con menos credibilidad en la historia, una tasa de corrupción protagonista en el mundo, con la tasa más alta de periodistas asesinados en el mundo, y decenas de gobernadores en escándalos de corrupción, todos ellos del PRI y del PAN. 

La era progresista que pretende acabar contra el ciclo neoliberal, reactivó la oleada nacional latinoamericana y la nueva articulación de estos países de América Latina pretendendiendo una misión fundamental: «articular un nuevo esfuerzo por acabar con la tremenda desigualdad y violencia que les aqueja a sus pueblos». Y se sabe, porque ha sido evidente, que el grupo pequeño de poderosos que habían secuestrado el gobierno para sus intereses, se encuentra agazapado esperando el golpe final para acabar con la esperanza de la cuarta transformación de la vida pública de México. Dicen que no es cierto, pero ciertamente la primera transformación fue la independencia, después la guerra de reforma, después la revolución y ahora el fin del bipartidismo y de la era de la economía globalista denominada «neoliberal» que ponía de colonia a México para servir a los intereses de capitales extranjeros—siguiendo la agenda de Washington, poder concentrado en unas cuantas manos, a tiempo de ver cómo se iba incrementando la desigualdad y la pobreza y cómo el crecimiento económico se estancaba año con año en México.
Está avanzando este gobierno, pero está en riesgo; y lo único que permite salir adelante es la movilización. A pesar de eso, el partido que debería ayudar al presidente, revisa cuestiones internas mientras continúa la desmovilización.

¿Y mientras tanto qué ha hecho el PRI?
El PRI se puso a elegir de presidente a Alejandro Moreno Cárdenas, sin peso, sin fuerza. No ha hecho nada el señor Cárdenas, ni ha abonado nada al debate. Al contrario, lo que se ha puesto a hacer es fingir demencia y señalar que el PRI es moderno, como Peña Nieto y ahora sí cumplirá a los mexicanos.

¿Y qué ha hecho el PAN?
Bueno, asomemos la cabeza al reducto de poder, Guanajuato. Digo, yo sí me acuerdo de todo el desastre del PAN en Guanajuato, asesinatos a candidatos, políticos, estudiantes, niños, mujeres. Robos y robos, extorsiones y falta de infraestructura,  fuga de inversiones, violencia al por mayor en el estado católico conservador. Ahí, el señor Marko Cortés carece de discernimiento político porque es lo único que puede presumir. Expulsó el PAN a sus dos capitales más importantes políticos, a Fox y a Calderón. Sin embargo, Fox no sufría tales repercusiones porque él hacía negocios y era consejero de Peña Nieto, mismo al que ayudó a llegar al poder porque además eso le convenía a Fox, tanto que luego ha venido todo el gabinete de Peña a Centro Fox a platicar cómo va de bien el país en esos tiempos del Peñismo. Y gracias a Fox, Márquez Márquez tuvo una buena relación con Peña, por eso nunca lo criticaba y decía que todo estaba bien y venía Peña a inaugurar las plantas armadoras automotrices y carreteras de cuota. Y gracias a Fox, el PAN no perdió su poder. Porque Fox se lleva bien con el PRI y con el PAN. Después de ayudar a Peña Nieto a llegar al poder, y después de servirse de ese poder, aquí en Guanajuato se llevaba bien con Márquez Márquez y luego le ayudó a que Sinhué ganara la contienda. Recuerden cómo Fox se pronunció a favor de Maeade, pero cuando las encuestas le pusieron como perdedor por el segundo lugar ante Anaya, Fox fue a abrazar a Ricardo Anaya.

Y ahora, ya hasta le vino a saludad y a abrazar a Vicente Fox, Marko Cortés.

Hoy, otra vez, aunque se unan PRI y PAN, van a perder frente a morena, que no se ha articulado. Y es que, otra vez, Guanajuato es ejemplo emblemático de lo que ha hecho el PAN.
El PAN en Guanajuato perdió su trienio imponiendo a su fiscal a modo para la impartición de justicia, con las cifras todos los días y todos los meses a tope, comandando la mayor cantidad de homicidios dolosos en el país. Y matan estudiantes, niños y mujeres. Hay un desfalco a la refinería de Salamanca por culpa del huachicol y una absoluta ingobernabilidad.

El pecado del PRI y del PAN es ese, no aprovecharon nada, y eso que desde que comenzó el gobierno de López Obrador comenzaron a atacarlo para desestabilizarlo, y no lo lograron y no lo logran aún sin la fuerza puesta en marcha de «morena»

En lo que ha tomado su tiempo el gobernador de Guanajuato, Sinhué, es en ratificar, aumentar y promover más y nuevos impuestos en la entidad con la justificación de los recortes federales. Después presume que tiene mucha inversión aquí, pero no puede con la seguridad pública; luego le echa la culpa al gobierno federal, pero finge demencia del pasado reciente inmediato donde gobernaron sus socios del PRI y del PAN.

Y en eso se le fue el trienio al gobernador Diego Sinhué y a sus compañeros diputados y alcaldes—ratificar a Zamarripa como fiscal, imponer a Cabeza de Vaca en seguridad pública, y adquirir deuda con más y nuevos ratificados impuestos.

¿Dónde está el ingenio de Fox y sus amigos ex gobernadores? ¿Dónde está su ingenio de gobernar por más de un cuarto de siglo en Guanajuato? ¿Dónde está la fuerza moral? ¿Por qué desesperan entregar tantas y tantas despensas, de frijol y aceite a la gente si aquí supuestamente no hay pobreza? ¿Dónde está el compromiso de los empresarios en Guanajuato que tanto presumen el derroche de riqueza por el producto interno bruto?
¿Por qué andan tan movilizados los alcaldes y los diputados entregando despensas como si fueran tiempos electorales? ¿Por qué no los vimos así en tiempos de la crisis económica mundial desde 2008? ¿Por qué no los vimos así con tantos negocios que clausuraron actividades ahora por las repercusiones de la violencia?

Y es que el gobernador Diego Sinhué no tiene justificación.
Sólo por poner de ejemplo a Celaya, podemos saber lo que es el panismo. Desde siempre el PAN gobierna Celaya, que dista mucho del crecimiento y del desarrollo que ocurre en su estado vecino, Querétaro. Están pegados Celaya y Querétaro, comparten una fuerza de inversiones en esta zona del país, es estratégicamente una zona atractiva para las inversiones por su ubicación en la denominada zona diamante, y por su cercanía con la ciudad de México que concentra todo. Y a pesar de eso, mire usted la grandeza de México en Celaya cómo desarrolla a los capitales humanos. Ya en esta zona crece el consumo de drogas en la juventud, el tráfico de armas, de drogas, de cristal, de coca, de mota, de marihuana, de alcohol, de todo. Y la violencia se dispara. Y pudiese usted pensar que otro alcalde panista no pudiera superar los resultados mediocres de los anteriores alcaldes que hasta develaron el sistema de moches que impera en el panismo de esos grandes líderes que gustan de hacer fiestas en casas de playa de narcotraficantes contratando prostitutas.

No hay gobernabilidad en Guanajuato, ni en sus partidos políticos. Digo, Alejandro Moreno no tiene injerencia alguna en la fuerza del PRI nacional, y Marko Cortés tambalea a cada momento y se contradice con sus pronunciamientos. No quiere que el presidente incurra en propaganda política ni politice en tiempos de pandemia, pero en Guanajuato todo el panismo está a diestra y siniestra haciendo todo lo que puede para presumir su entrega de despensas y gel anti—bacterial con sus sellos de congreso local y federal por un PAN más poderoso. Y no fingen, lo hacen con total descaro y yo me imagino que no tienen miedo alguno porque controlan al instituto electoral del estado a su antojo; a lo mejor por eso se arrojan a tomar las candidaturas con tanta confianza y ni esfuerzo alguno realizan por ganar, porque todo lo negocian y todo lo controlan.


Subrayo y enfatizo, otra vez, que el PRI y el PAN, perdieron su oportunidad ante «morena» que estuvo congelado en este trienio por arreglar asuntos internos, y esa oportunidad y la dejaron ir y sirvió para que dieran parte a la población de su nula propuesta, creatividad y liderazgo. Gracias a esa oposición desfigurada, resulta más interesante ver a Felipe Calderón levantar a su partido político «México libre», que nuevamente nos alerta a no permitir que el narco se vuelva a infiltrar en política como pudiese ocurrir con este organismo, pues tiene de sombra el dinero y el poder de Genaro García Luna y de los señalamientos al propio ex-presidente Felipe Calderón de haber comandado reuniones con narcotraficantes.

A la población le toca tener alerta sobre esta situación. Movilizarse y actuar.

Sin liderazgo. Y con mucha necesidad de apoyo a los que ya son alcaldes y diputados y gobernadores, «morena» el partido del Presidente, está congelado, sin acción. Es un partido que todavía no acaba de nacer, pero que esta nueva creación sin duda, pone como revelación el fin de vida de los partidos que ya son viejos y que evidentemente, su vejez no demuestra consonancia con adquirir sabiduría política, pues se acostumbraron en el último trecho a ganar solamente con un sistema de corrupción e impunidad.

Desde que ganó la elección Andrés Manuel López Obrador, la fuerza del establishment mexicano (PRI, PAN) arremetió contra este, para buscar desestabilizarlo en el principio, y ganar contundentemente el territorio en 2021, y en 2024 regresar al poder por la vía de alguno de esos dos partidos políticos.

El Presidente, en cambio, sigue con un apoyo de parte de la población de México mucho mayor a todos los millones que votaron por él, consolidando su liderazgo a nivel mundial. Esperemos ahora, que «morena» nazca, active y movilice la gran fuerza del país para encauzar el bien común en una era ya denominada, la cuarta transformación de la vida pública de México.

Lástima por el trienio perdido del bipartidismo, que además, poco abono al progreso de México, pues donde gobiernan, está infestado de narcos, violencia y pobreza y desigualdad. De nada sirvió su permanencia.

Erick Xavier Huerta

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