LA REPERCUSIÓN DE GUANAJUATO—«EPICENTRO DEL HUACHICOL»



LA REPERCUSIÓN DE GUANAJUATO—«EPICENTRO DEL HUACHICOL»

En su campaña, Vicente Fox difundió videos asegurando que «Pemex sería de los mexicanos». También difundió varios videos promocionales de propaganda asegurando que nos habíamos confundido con las ideas de la macroeconomía y del neoliberalismo. Dijo que teníamos que preguntarnos «¿De dónde surge la inseguridad?, —dijo que teníamos narco política; dijo que teníamos políticos que se iban a Irlanda con el dinero de los mexicanos. Dijo que necesitábamos de política que enseñara con el ejemplo, empezando por el presidente de la república. Parece que describía todo el plan del actual presidente; parece que estaba describiendo justamente a Andrés Manuel López Obrador. Puede ser la diferencia que el presidente Andrés Manuel López Obrador en verdad ha obrado con el ejemplo, y no como Vicente Fox que sólo en campaña dijo eso y una vez como presidente, se convirtió en el más feroz defensor de la misma política neoliberal, apostando y dando parte a que se debilitara Pemex, a propósito; y no obstante, apoyando a Enrique Peña Nieto a convertirse en presidente de la república, y una vez instalado, fungir como principal asesor de su gabinete. Recuerdo que todos esos miembros estelares vinieron a cobijar CITEK 2015 en Centro Fox, hablando de las maravillas del progreso de Enrique Peña Nieto, una presidencia que indudablemente se convertiría en una de las más corruptas en la historia de México.
 Nunca les indignó el robo a Pemex. 

En cambio sí pactaron las grandes reformas, entre ellas, la energética, que favorecía a las directrices de Hillary Clinton, en ese momento vicepresidenta de Barack Obama. Misma reforma, ahora es presentada como una de las principales cartas de corrupción de ese régimen al favorecer a grupos de poder, a pago de favores, a influyentismo, a la compra de conciencias en los congresos a cambio de hacer lo que pedía Enrique Peña Nieto, sin principio alguno, sin valor alguno, sin labor patriota alguna de en verdad ver por los intereses de México. 

Por eso las personas ya estaban hartas, porque veían y palpaban cómo estos políticos estaban a merced de otros intereses ajenos al del país, al de su desarrollo y bienestar, negociando todo, entregando todo. La gente estaba harta de la política entreguista del régimen bipartidista del PRI y del PAN. 

Desde hace mucho tiempo se sabía que estaban robando combustible a Pemex, a la refinería de Salamanca—una de las más importantes del país— y desde la posición como candidato, Andrés Manuel López Obrador prometió combatir tal desfalco a Pemex, y rescatarlo y reforzarlo con la construcción de refinerías. Mismo compromiso lo repitió cuando le ungieron con el bastón de mando de los pueblos indígenas. Y en consecuencia, como presidente de la república, ha actuado Andrés Manuel López Obrador.

Ni siquiera el mainstream de periodistas sabía de la existencia del Marro. El propio Joaquín López Dóriga lo admitió en una de las emisiones de «tercer grado» transmitido por el canal de las estrellas de Grupo Televisa. Y así era, el Marro, era poco conocido en el país y estaba desfalcando a Pemex y el gobierno de Guanajuato tenía muchas distribuidoras de combustible que ya no le compraban a Pemex, y nadie decía nada. ¿Quién les encubría?

Guanajuato, fue durante decenas de años, objeto de desfalco, corrupción e impunidad, pero el PAN decía que estaba todo bien, al tanto que poco a poco infiltraron la política y controlaron territorios; y es hasta la incursión del Presidente Andrés Manuel López Obrador en la esfera del poder, y de la incidencia de la Guardia nacional en el territorio, que se destapa la cloaca de corrupción que habitaba en la entidad, y de lo cual muy pocos estaban abordando y trabajando para evitar el crecimiento de esta corrupción lacerante. 

Se habla que más de setenta mil millones de pesos se perdían al año por este robo. ¿Qué se podría hacer con todo ese ingreso en el país? ¿Cuántos hospitales se habrían cubierto? ¿Cuántos y qué tipos de programas se habrían implementado en el país y en el estado si no hubiese existido este tipo de desfalco? ¿Salamanca tendría esta calidad de vida? 

Indudablemente, el Cartel de Santa Rosa de Lima era el principal operador de robo de combustible a Pemex en el país. Y a pesar de este gran maquillaje implementado durante años por los gobiernos panistas, hoy queda de manifiesto la putrefacción que se dejó crecer. Y es por eso la desconfianza en este gobierno encabezado por Diego Sinhué, que prometió un «golpe de timón», aludiendo a que quitaría de la cabeza de la dirección de seguridad pública a Alvar Cabeza de Vaca y a Carlos Zamarripa de la fiscalía, pero una vez en el triunfo, cambió de parecer, al igual que Vicente Fox. Y ratificó a los mismos y siguió la misma política, pero además dejó ver una sumisión absoluta a los mismos de siempre, a esos que le eligieron por dedazo. 


¿Agarraron al Marro entonces a pesar del PAN en Guanajuato?

Lo que sabemos es que el Marro se fortalecía y estaba protegido por tres anillos de protección: el político, el social y el policial. 

¿Por qué  si sabían del robo y de la forma en que el Cartel de Santa Rosa de Lima operaba y se protegía, porqué no hacían nada al respecto los gobiernos federales y estatales panistas? ¿Por qué no destituían a los políticos que le daban protección? Es que hablamos de una red de corrupción, de un entramado de corrupción donde parece que todos estaban involucrados. Bueno, pues al tiempo hemos visto a propios políticos tener nexos con el crimen organizado y la fiscalía y el gobernador no podían hacer nada al respecto, y que acabaron muertos a manos de asesinatos que parecían ser ajustes de cuentas entre esos mismos criminales, y ahí quedaron las cosas, engordando la carpeta que tanto gusta engordar el gobierno, la de la impunidad. 


Ahora "el marro", o como les gusta llamar ahora a los comentócratas, "el Lozoya de Guanajuato", pondrá de manifiesto el qué hacer y formas y fondos de operaciones que controlaba junto a varios políticos y gobiernos municipales y estatales en Guanajuato para poder seguir asegurando el crecimiento de su organización delictiva. Pero no sólo este tipo desfalcó a Pemex. No. También lo hizo el prototipo itamita del buen político—Emilio Lozoya—, en el gobierno corrupto de Enrique Peña Nieto, impulsado por Vicente Fox, el ex presidente de la república que radica en Guanajuato, el epicentro del huachicol. 


Estos delitos, de estos dos hombres afectaron a la empresa estatal más productiva del país: Petróleos Mexicanos. Y era a propósito, para convenir su desaparición y entregarlo a trasnacionales extranjeras. ¿Qué le iba a quedar a México? ¿Qué le ha quedado a México?


Era imperante el rescate de la soberanía mexicana, del estado de derecho, del rescate a la credibilidad institucional incluyendo la investidura del presidente. Había mucho qué hacer, y los gobiernos recientes, de los últimos treinta años, se dedicaron entre otras cosas a hacer de todo menos política. La "política" que anduvieron promoviendo en los últimos treinta años no era propiamente "política", era perversidad, mezquindad, falsedad, engaño, cohecho, coacción, corrupción. Por eso las instituciones cayeron en una tremenda falta de credibilidad ante la opinión pública, y por eso la propia investidura presidencial cayó en la misma crisis. 

Tanto, recientemente, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, dio a conocer para Reuters, que el Cartel de Santa Rosa de Lima, en el que José Antonio Yepez Ortiz alias "el Marro", …—y líder de la organización delictiva, pudo operar durante años porque funcionarios de alto nivel del gobierno federal hicieron omisión a propósito del tema. 


Políticos le dieron licencia a "el marro", para operar libremente en la entidad. Y esto mucho se puede deber a esta reforma energética por entregar lo poco que le quedaba al estado, haciendo alusión a la misión de desaparecer el estado con miras a dar paso a la política del libertinaje, que nada sea para México, que ocupe el espacio la política del capital que posee en mayor parte un inversionista extranjero. Políticos estaban de acuerdo, no obstante el director de Pemex era Emilio Lozoya, y parece que al itamita neoliberal nunca le llamó la atención que distribuidores ya no le compraran el combustible a Pemex,—y nunca sospechó de algún desfalco o de alguna competencia ilícita, de robo al combustible a la misma empresa para revenderla a precios más bajos. 

Lo peor de todo, es que estos criminales operaron en procesos electorales, y financiaron a varios políticos, tal vez para hacer prolongar su membresía de operación en la entidad. El PRD en Guanajuato era totalmente un narco partido que posicionó a narco políticos, con ejemplos directos. ¿Qué pasó en Cortazar Guanajuato del 2015 al 2018 con Hugo Estefanía Monroy (qepd)? ¿Qué pasó en Villagrán Guanajuato con Juan Lara? ¿Qué ha sucedido en Celaya Guanajuato con Elvira Paniagua? ¿Y la impartición de justicia la hacen los mismos que fueron cómplices de Juan Manuel Oliva, Miguel Márquez Márquez y ahora de Diego Sinhué, y además todos respaldados por Fox y Romero Hicks?


Es una pena que Juan Carlos Romero Hicks, en reiteradas ocasiones se haya atrevido a invitar al presidente de la república a venir a Guanajuato a que se diera una vuelta para que él supiera cómo sí de gobierna. Y que cuando vino, dio cuenta del desfalco a Pemex. Y que cuando volvió a regresar, Diego Sinhué tuvo que arrepentirse de su declaratoria de no asistir a ninguna reunión de seguridad pública para efectos de la coordinación con la federación para mitigar la violencia que se ha padecido en el estado. 


Es una pena, que Guanajuato sea el estado con más asesinatos a policías, con mayores tasas de homicidios dolosos, que sea el epicentro del huachicol y que todavía se atreva Diego Sinhué a decir que por su gobierno Guanajuato es: «Grandeza de México».


Erick Xavier Huerta S.

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