Guanajuato: «Que todo siga igual»

Guanajuato: «Que todo siga igual»

Los panistas en Guanajuato no ganaron nada, dividieron al pueblo para vencerlo.

¿Eso es lo que festejan?

Gracias a su gran maniobra de división deliberada al pueblo—, por su estrategia «divide y vencerás al pueblo», los panistas siguen en el poder en Guanajuato, la tierra cumbre de feminicidios, homicidios, estado de impunidad. Otra vez, Guanajuato sigue siendo el reducto del PAN con una elección de Estado.

Y es que el supuesto triunfalismo del PAN en Guanajuato nos estaría marcando como mensaje del mandato popular del pueblo en su gran mayoría, como ha sucedido  con el resultado obtenido para el congreso local, —es, que se está muy contento con los índices de inseguridad que se habita en la entidad, como los homicidios, como las desapariciones, como la impunidad, como el huachicol encubierto hasta hace poco, como el asentamiento de varios grupos del crimen organizado en la entidad.

Sin elección de Estado, el PAN estaría en una verdadera debacle, pero subsiste en el lugar que controla arbitrariamente a su antojo, de manera fascista. 

Ya de plano, dieron chance para que ganara otro partido en Moroleón, porque asesinaron a la candidata de Movimiento Ciudadano; el voto entonces ahí se convirtió en uno de protesta contra la violencia que se padece en el estado, como en 2018 ocurrió con Remedios Aguirre en Apaseo el Alto. 

¿Cambió algo? No es ningún mérito ni celebración democrática que en el estado de la impunidad se alcen los mismos en el reducto totalitario del PAN.
Lugares donde según la votación marca que todo debería seguir igual, por ejemplo, es en Valle de Santiago, Guanajuato capital, Celaya, en Villagrán, en Cortazar, en Salvatierra, en León, entre otros casos.
En Celaya otra vez ganó el PAN, pese a sus oprobiosos resultados y manejo mezquino de la política. Y ni fue tan arrollador, otra vez la mayoría del padrón electoral de ese municipio votó en contra del PAN; y apenas logró quedar 10 puntos arriba de morena, al partido que le quitaron más de un mes de campaña. ¿Cambió algo? A mí me llama la atención que Villagrán, cuna del narco, cuna del huachicol, corazón del corredor industrial con tremenda pobreza y desigualdad, no tenga arraigo ahí el Partido Acción Nacional, y que haya quedado tan abajo en los resultados y en cambio de manera triunfalista se levante por encima de otros mejores partidos y candidatos, el propio Partido Nueva Alianza con Juan Lara. 

En Villagrán sigue gobernando el mismo, Juan Lara, con el 30% del padrón a favor, y la mayoría votó en su contra. En Cortazar, igual, sigue gobernando el mismo, Ariel Corona, con el mismo porcentaje que Juan Lara, y la mayoría votó en su contra. ¿Esa es legitimidad? Digo, en Cortazar, a penas hablamos de un diez por ciento de la totalidad de la población que vota por el PAN ahora, una tragedia si es que piensan que eso es legitimidad para ejercer el puesto. Tienen un grave problema, y se engañan así mismos con ostentar un ficticio aval social, pero ni siquiera piensan en esto. En Salvatierra, pasa casi lo mismo en Celaya, por un porcentaje de más del 36% sigue el PAN en el poder, pese a sus oprobiosos resultados. No llegan ni al quince por ciento de convencimiento de voluntades en los pueblos de Guanajuato para poder permanecer en el poder, por eso se burlan con mezquindad de su propia miseria democrática. No parece entonces ningún mérito ni logro que permanezcan en el poder dividiendo al pueblo para vencerlo, en una entidad insegura, violenta, corrupta e impune.

Digo, es que estamos hablando que menos de la mitad de la población de Guanajuato fue a votar, y de ese porcentaje una ínfima parte votó por panistas que continúan en el poder, que proyectan prácticamente el mismo escenario que hemos venido viendo, una réplica exacta de lo que ha venido sucediendo con el reducto de poder del panismo en la república. 

Sin este bastión no pueden sobrevivir. 

Los señores feudales del PAN siguen manteniendo a disposición total, el congreso. Por eso están tan felices. Se quejan que en la federación la mayoría vote distinto y dé paso a un consenso nacional por el cambio, pero en cambio aquí gozan y osan disfrutar su dictadura parlamentaria del último cuarto de siglo. Arriba quieren contrapesos, aquí el totalitarismo. Es decir, las cosas siguen igual. Aquí se vota porque hay mucha idea de que se está de acuerdo en que el fiscal prevalezca hasta el 2028. Mismo congreso que aprobó las deudas en víspera electoral, y ratificó y encubre y protege al fiscal carnal, mismo congreso que ahora sigue con conocidos y socios de siempre. Y la violencia, y la delincuencia y la inseguridad no pararon, no se detuvieron, alcanzaron a ciudadanos y a candidatos, pero hoy festejan su oprobio con bombo y platillo. 

¿Esta es la ruta correcta?

Erick Xavier Huerta S.