PRIAN: «RED DE SOBORNOS Y SUS MEJORES TIEMPOS DE CORRUPCIÓN.»

 



PRIAN: «RED DE SOBORNOS Y SUS MEJORES TIEMPOS DE CORRUPCIÓN.»
Los que guardaron silencio ante injustos actos de gobierno, como contra José Manuel Mireles, que encarcelaron para evitar que “hablara”—entre otras cosas. O como el hostigamiento contra periodistas, como con Carmen Aristegui, desde los tiempos de la decena trágica del PAN con Fox y Calderón, hasta Peña Nieto, ahora fingen demencia, a propósito de una conveniencia de cumplir un solo objetivo: destruir políticamente al movimiento político que encabeza y representa el actual presidente de la república: Andrés Manuel López Obrador.

Ricardo Anaya, ahora implicado en corrupción que ya es insostenible evadir, implica que el gobierno lo quiere encarcelar injustamente porque es el gran líder que le ganaría la elección a «morena» en 2024. Sin embargo, es absurdo pensar que competiría Anaya en el año 2024, primero porque el mainstream de la cúpula del PRIAN no lo quiere, y en segundo lugar porque arrojó los peores resultados para la coalición de Movimiento Ciudadano, PRD y PAN, tan solo para el PAN los peores resultados en sus últimos treinta años. Ironiza bien el presidente de burlarse de esos ataques mezquinos de Anaya por buscar provocar a la autoridad para victimizarse, señalando que hasta convendría en todo caso que Anaya fuera el candidato en el 2024.

Por tanto, a lo que juega Anaya, es anticiparse al proceso judicial que ya tenía encima desde antes del proceso en 2018, y que ha estado evadiendo.

Javier Corral, Roberto Gil Zuarth, Ernesto Cordero, Felipe Calderón, Emilio Lozoya, Margarita Zavala, José Antonio Meade, Javier Lozano, fueron algunos que acusaron al propio Ricardo Anaya de corrupto. Hoy fingen demencia, en parte porque muchos de ellos están involucrados en el caso que se investiga de parte de la Fiscalía General de la República. El caso Odebrecth, no solo es de interés del gobierno mexicano. Importantes actores de la clase política encumbrada en Latinoamérica han si aprehendidos por la corrupción de este caso que el propio departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica calificó como uno de los casos de mayor red de sobornos extranjeros en la historia moderna.

Desde 2017, un año antesala del proceso electoral en México para la transición sexenal y cambio de poderes en la república; desde aquellos tiempos ya había explotado el escándalo de corrupción internacional que involucraba a la brasileña Odebrecth. En Perú, se registró la renuncia voluntaria de Pedro Pablo Kuczynski, antes de ser vinculado a proceso en un juicio político de voto de destitución de parte del congreso, y así se convirtió en el político de más alto nivel en verse destituido del cargo por el escándalo.
En el mismo país de Perú, aprehendieron al ex presidente Alejandro Toledo, quien fue acusado de recibir el soborno por parte de Odebrecht por aproximadamente veinte millones de dólares. Sin embargo, a diferencia de Ricardo Anaya, Toledo siempre presumió no ser fugitivo y no escaparse de su país—lo pueden verificar en una de las entrevistas que Toledo otorgó a BBC Mundo en mayo de 2016.

También, por su parte, el ex presidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia, estuvieron cumpliendo condena de prisión preventiva por tales delitos de lavado en detrimento del Estado y asociación ilícita para delinquir, también dentro del caso de Odebrecht.

En Brasil, también hay que recordar cómo este caso alcanzó a Michel Temer como a Dilma Rousseff y al propio Luiz Inácio Lula Da Silva. Luego, en Colombia, Otto Bula, ex senador quedó preso por haber recibido al menos 4.6 millones de dólares en sobornos de odebrecht, escándalo que dañó la imagen de campaña electoral por la reelección del presidente Juan Manuel Santos, año 2014.

Luego, otro caso en Panamá. Embajadoras de EEUU en ese país, como Barbara Stephenson ya habían marcado sospechas de intervención de Odebrecht en el financiamiento de la campaña presidencial de Ricardo Martinelli, esto filtrado por Wikileaks. Así, la propia BBC marcó la serie de hechos donde, el 12 de Junio, Martinelli fue capturado en Miami, y luego, el 07 de Julio, el gobierno norteamericano le negó el derecho a libertad bajo fianza en espera de tramitar su extradición a Panamá.

La Fiscalía Especial Anticorrupción de Panamás identificó al menos 17 imputados entre los que figuraron los hijos de Martinelli, Luis Enrique y Ricardo Alberto, así como su hermano Mario (BBC 2017). (Los presidentes y expresidentes latinoamericanos salpicados por el escándalo Odebrecht, "la mayor red de sobornos extranjeros de la historia", 2017) Al menos el caso de Martinelli nos indica que intenciones de Ricardo Anaya, si quiere sobrevivir en el exilio, no le conviene albergarse en los Estados Unidos de Norteamérica, pues podría padecer las mismas consecuencias que varios ya procesados como Martinelli, que en abril del 2017 tuvo un embargo en uno de sus departamentos de Miami, por parte del gobierno norteamericano, como parte de sus medidas de justicia que operan en el caso Odebrecht.

En el mismo año del 2017, se señaló al actual presidente de Panamá, Juan Carlos Varela de también recibir dinero para su proceso de campaña electoral en busca de la presidencia.
En el Salvador se investigó al ex presidente Mauricio Fuentes. En Argentina se implicó al expresidente Mauricio Macri, a Gustavo Arribas—quien habría sido jefe de Agencia Federal de Inteligencia (amigo personal de Macri); al ex ministro Julio De Vido, al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime (arrestado por corrupción).

Los casos de corrupción de Odebrecht implican la manera en que se operaron campañas presidenciales en varios países del mundo, especialmente en el continente americano. Hay implicaciones de sobornos a presidentes, ex presidentes y funcionarios de gobierno en: Angola, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Mozambique, Panamá, Perú, República Dominicana, Venezuela, México. Pero Anaya y sus amigos dicen que no sabían nada y que son inocentes. México desbordó sus niveles de corrupción con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto y ahora fingen demencia.

Eso es lo que alcanza a implicar a Enrique Peña Nieto y a sus socios, que le estuvieron acompañando desde que se gestó el amasiato; no obstante, Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón cuidan mucho sus palabras cuando se trata de valorar el ejercicio de gobierno en sus respectivos sexenios. Y no obstante, este mismo grupo que estuvo consolidado en los tiempos absolutos del PRIAN, hoy despotrica con rabia con cualquier argumento con tal de hacer desistir y de manchar la imagen del presidente Andrés Manuel López Obrador; porque hoy en Palacio está uno que no era parte del clan del PRIAN; que hoy buscan la impunidad excusados en que “López Obrador es un autoritario”.

Para tremenda desgracia suya, es mejor para López Obrador seguir diferenciándose de sus adversarios, pues así queda más claro que hay dos proyectos de movimientos políticos en el país que siguen en disputa, el régimen que terminó y el que acaba de comenzar que sigue albergando las mayores esperanzas de cambio, transformación progreso para el pueblo mexicano.

Hay que solo ver, cómo Ricardo Anaya llenaba de elogios a Enrique Peña Nieto y a sus colaboradores y primeros ministros. Tan solo a José Antonio Meade, le calificaba como uno de los pocos mexicanos del cual se sentía profundamente orgulloso y le reconocía su extraordinaria calidad humana y su labor en el servicio público ocupando al menos tres secretarías de estado y siendo único por participar como protagonista en dos gobiernos emanados de distintos partidos políticos (que siempre se entendieron).

Su arrojo mediático, en vez de conseguir ser una víctima al nivel de Nelson Mandela o Leopoldo López, que sí estuvieron en prisión; sólo ha conseguido poner mayor énfasis en un caso de importancia no solo para el Estado Mexicano, a través de sus instituciones que hoy Anaya acusa de incompetentes como la UIF y la FGR; sino también es de importancia mayúscula para el Estado norteamericano por lo que ya hemos venido marcando en las implicaciones por resolver un tema que dañó profundamente el ejercicio político en el continente. Y es debido a esto, a este error mediático de Ricardo Anaya, que revela a todas luces lo que ya se le ha subrayado al ejercicio de su labor política: que no tiene pudor, que es cínico, que es chueco, ladrón y corrupto y que por tanto, es inminente su paso por prisión.

Erick Xavier Huerta S.


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