Pagos por corrupción.
Pagos por corrupción. Lacayos de la corrupción:
Por una Fiscalía que siga sirviendo al PODER y no al pueblo.
La corrupción y los pactos de impunidad no funcionan para generar cohesión y disciplina política en escenarios que no son viables más que en regímenes de partido hegemónico que hasta 2018 se logró erradicar con el fin del PRI a nivel república, con el triunfo de un partido «outsider» que aglutinó un nuevo pacto social, «morena».
Sin embargo, en Guanajuato es otra historia. Aquí sigue imperando el régimen que permite el PRI y el PAN, desde hace muchos años; desde aquel proceso que gestara Carlos Salinas de Gortari para fingir democracia en la entidad entregando el bastión a Carlos Medina Plascencia e inaugurando el nuevo período del prianismo consolidado hasta ahora. Y justamente de eso estamos hablando, que como tal este sistema de gobernabilidad llegó a servir algunas décadas en México, pero ahora es obsoleto, como se marca de forma definitiva en Guanajuato, evidenciado por la crisis que ha suscitado la imposición del fiscal hasta 2028, operación orquestada y preparada por Miguel Márquez Márquez, hoy disfrutada y defendida por Diego Sinhué.
En tanto, la discusión del sistema nacional anti corrupción puso en la mira de la opinión pública la necesidad de romper los vasos comunicantes entre la procuraduría y el presidente. En esa misma discusión, como diputado federal, Jesús Oviedo Herrera se centró en aprobar esa misiva dentro del pacto por México, aunque cuando regresó a Guanajuato a colocarse en el congreso local, acabó pensando diferente. Se alió al PRD, y en el congreso maquinó el pase automático del procurador del gobernador Miguel Márquez Márquez. Tal cosa la señalamos desde la propia arena política, donde el tiempo nos daría la razón al ser testigos del cinismo con el que actuaron en el congreso que reeligió a Oviedo y que le premió con la coordinación de la bancada panista en Guanajuato. Esto implicaba que el Gobernador en Guanajuato ya no pudiera utilizar el sistema de procuración de justicia para proteger a sus amigos a cambio de su lealtad. Pero no sucedió. Aquí hicieron a su antojo para seguir con el modelo imperante del régimen político del partido en el poder de siempre, el PAN.
Es tanta la impunidad, que en municipios se observa la avidez, de tías, tíos, primos, compadres, amigos, sobrinos y sobrinas antojados de subir al poder para que les den parte del pastel, pues el nepotismo y el abuso de autoridad no son castigados.
Un cambio de este nivel y envergadura supone un nuevo modelo de gobernabilidad tanto en México como se ha estado esperando en Guanajuato, del ejercicio del poder. Pero para nadie ha sido sorpresa la manera en que se han aferrado los enquistados en el poder, manifestando sus miedos, desconciertos y resistencias de este sector de la clase política que ostenta determinar las directrices de la entidad.
La reforma al artículo 102 constitucional aprobada en 2014, por el señor Jesús Oviedo Herrera (que ya es cantado ahora por su obediencia en el congreso, ser ahora puesto en la secretaría de Desarrollo Social y Humano del gobernador Sinhué)—implicaba que la PGR, Procuraduría General de la República, se transformaría en la Fiscalía General en la República y en los Estados, pero como un órgano constitucional autónomo. Esta fiscalía contaría al menos con dos especializaciones: delitos electorales y de corrupción. El fiscal tendría un ejercicio por los siguientes nueve años, nada mal para Carlos Zamarripa, que ahora sumaría dos décadas al frente de tal dependencia.
Analistas advirtieron que esta reforma implicaría que la nueva institución cargaría con todos los vicios de la vieja, diseñada para administrar el mercado de la impunidad. Esta acción solo representaría una vez más la posibilidad perdida de transformar a la institución.
La acción del diputado Oviedo Herrera en Guanajuato, no solo fue contradictoria a las intenciones de la reforma anti corrupción que planteaba el pacto por México, sino totalmente un regalo a la impunidad por la próxima década aquí en la tierra cumbre de los homicidios.
Esta institución quedó congelada, a merced de todo el pueblo Guanajuatense, en cambio Jesús Oviedo Herrera ha sido recompensado con todas las dádivas al interior del Partido Acción Nacional, colocando en diversas instancias a sus familiares, amigos, compadres, sobrinas, y lacayos.
Mientras tanto, Guanajuato sigue sin una fiscalía al servicio de la seguridad pública y la justicia de los ciudadanos. La fiscalía que tenemos sigue sirviendo al poder y no a la sociedad.
Erick Xavier Huerta
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