JORGE ROMERO EL PANISTA VIOLADOR

JORGE ROMERO

EL PANISTA VIOLADOR

El diputado carnal, amigo entrañable de Miguel Márquez Márquez, de Diego Sinhué, cómplice, consejero nacional del PAN por Guanajuato, referente de la política de esperanza en la juventud del pueblo de Guanajuato. Carnal, hermano, socio del PAN,— Jorge Romero que dice que fue dos veces aspirante a sacerdote, es un violador serial de al menos dos mujeres que han enfrentado el escrutinio público para hacer valer su clamor por la justicia, señalando a un operador abusivo para gestar la satisfacción de sus apetencias sexuales, por la fuerza.

El asunto estriba, en que la camarilla que se apoderó del poder público, pues vive al amparo del poder haciendo negocios, política y ahora su permanencia a toda costa en la esfera de gobierno ha permeado en desbancar la credibilidad que tiene la sociedad sobre sus instituciones, al tanto del caso más reciente en que instituyen por otra década de poder a Carlos Zamarripa al frente de la titularidad de la fiscalía del estado. 

El último eslabón para poder sostener una última batalla antes de la derrota final, es el brazo electoral panista que sucede en Guanajuato, donde todavía retienen a su antojo todo el poder público, el mismo grupo que se apoderó del PAN aquí en esta entidad hace más de treinta años para enquistarse en las mieles del poder público. 

¿Cuál es el resultado? ¿Cuál es el nivel de impunidad en el estado cumbre de homicidios? Homicidios dolosos significan los actos deliberados donde una persona planea deliberadamente anular la vida de su semejante. 

El referente panista de la juventud, promesa del grupo enquistado en el poder desde hace treinta años depositaba sus esperanzas en Jorge Romero para ser parte del cuadro que siempre están en el poder. De este grupo elitista de la clase dirigente del PAN en Guanajuato, surgieron Miguel Márquez Márquez y Diego Sinhué, y ambos enaltecieron y encumbraron a un violador serial, Jorge Romero. 

Este caso me recuerda totalmente a la narrativa cinematográfica que hace Ridley Scott en una de sus últimas entregas «el último duelo»—tal película, narra la historia de Jaques Le Gris, joven carismático y educado que logra hacerse del poder público, haciéndose gran allegado y colaborador de la aristocracia, y en tal posición clasista se permite a su antojo disfrutar junto a los dirigentes del pueblo, orgías y violaciones a mujeres, porque con el poder y el dinero podían comprar prostitutas, salvo el caso cuando desea fervientemente a la mujer de quien alguna vez fuera uno de sus mejores amigos. Le Gris apela a que por la vergüenza social y por la nula atención al respeto que existe en aquella época hacia las mujeres, no tendría por qué haber problema si conseguía sostener una relación sexual a la fuerza para satisfacer su antojo y deseo con la mujer, esposa de su amigo. 

Jorge Romero, panista encumbrado en la clase política dirigente burguesa de Guanajuato, dijo a una de sus víctimas después de violarla que ella era muy madura, y que por tanto eso sostendría el resguardo de su comportamiento e imagen impecable pública política, de lo contrario se decepcionaría de su víctima si le denunciaba. Tal era el maltrato y chantaje emocional de este tipo narcisista que estudiaba a la perfección a sus víctimas. Se casó joven con una de las reinas de Irapuato, y ahora sabemos que en la época reciente, cometió violaciones contra otras dos jóvenes que se convirtieron en reinas del mismo municipio, y que poseían también una clase social dentro de la burguesía de ese pueblo. 

María José se aventuró a denunciar después de haber guardado silencio años, después de inspirarse en la valentía de Regina, quien no esperó a callar, y pronto denunció a un tipo que seguía ascendiendo en su carrera política, cobijado por el ex gobernador Márquez y por el actual, Diego Sinhué Rodríguez Vallejo. 

Jorge Romero, no alcanzó a tomar protesta como diputado federal; sin embargo, hay quienes le ponen que tomó licencia, una farsa total. 

Ahora, parece que le regalaron su estancia durante fiestas navideñas para que esté en casa cómodamente, cosa que enardeció aún más el sentimiento de injusticia por las víctimas que parecen quedar marginadas ante el poder público de este grupo de clase dirigente élite del PAN en Guanajuato. Y es que el caso del fiscal de la entidad, que osa ir por dos décadas al ejercicio del mismo cargo en el poder, no ha podido comunicar ningún acto de justicia por las mujeres que han alzado la voz por los atropellos que han sentido y que padecieron a manos de Jorge Romero, un violador serial, que aún con todo esto, parece que vienen más víctimas a hablar, donde ya se registran denuncias anónimas que le acusan que además de todo, que utilizó recursos públicos desde su titularidad en Guanajoven para chantajear a mujeres en otorgarles "becas" a cambio de favores sexuales. 

Un atropello total el de Romero, que estuvo durante años fungiendo en ser la voz emblemática del PAN gobierno en el estado, aludiendo a su liderazgo que prometía inspirar a la comunidad juvenil para andar en "el camino correcto".  Es el emblema de la corrupción que ha habitado en Acción Juvenil. Ahora sabemos, que al puro estilo de Calígula, este tipo estuvo abusando de las mieles del poder, con un chofer además que se convirtió en su cómplice— fiel servil para adorarle y cumplir sus caprichos de violaciones, resguardar y proteger sus actos atroces contra mujeres al amparo del poder. 

El asunto estriba, en que esta camarilla actúa para proteger a Romero. Porque la fiscalía, denuncian víctimas de abusos y violaciones, no les atiende ni en perspectiva de género ni como víctimas, y todo parece apuntar que están al servicio en este caso específico, de proteger al agresor, por obvias razones del poder público que representa este tipo en la federación y en el Estado de Guanajuato. Hemos conocido otros casos de impunidad, y también que hablan de la doble moral de los panistas de Guanajuato, como el senador Cabeza de Vaca que andaba en sesión del senado buscando contratar a prostitutas y manifestando su ardiente deseo de satisfacer su apetito sexual utilizando a la mujer como objeto de consumo; y el asunto, pidieron los panistas, dejarlo en el olvido. También pidieron dejar en el olvido a toda la comitiva élite de la clase dirigente panista en el congreso federal cuando eran los tiempos del pacto por México con Peña Nieto, y estos tipos estaban en una casa de Puerto Vallarta, en tiempos de legislación, en una plena fiesta con sexo servidoras, bailando, bebiendo, hasta lo que pudimos observar por la filtración de la información infame que los panistas jamás osaron considerar en que les descubrirían, y eso es apenas un poco de lo que pudimos llegar a ver. Sin embargo, a pesar de todo esto, a estos cuadros panistas los continúan premiando con puestos públicos en cualquier situación, porque controlan a su antojo los procesos electorales como en los mejores tiempos del PRI dictador del que decían quejarse y que hoy, a todas luces, presumen que siempre nos engañaron porque en realidad siempre estuvieron entendidos asociándose por el poder y el dinero en un montaje democrático donde decían ver por los intereses del pueblo. 

Al tanto, no hemos visto mucho de las congresistas panistas, que han agradado con posar junto a Zamarripa, su fiscal carnal en cuanto evento han podido, pero cuando se ha tratado de las víctimas del señor Jorge Romero, no se ve el mismo compromiso. 

¿Defienden al PAN o al pueblo? 

La respuesta es clara. 





Erick Xavier Huerta