¿Cuál debe ser la prioridad en la agenda gubernamental para combatir la pobreza?

 “¿Cuál debe ser la prioridad en la agenda gubernamental para combatir la pobreza y, por ende, generar progreso en el país que anda en vía de desarrollo?”

Son varios los indicadores que pueden utilizarse para verificar el trabajo realizado para reducir la pobreza, por ejemplo: la cobertura en servicios (médicos, escolares,  entre otros), así como la sustentabilidad que haya en la comunidad.

La agenda gubernamental debe plantear diversos factores que se deben atacar, uno a uno para solventar el problema de la pobreza. Sin embargo, los objetivos deben priorizar cuáles son los factores a los que se debe emplear primero una serie de acciones pues, de otra forma, hallaremos un resquebrajo y una desorganización que no llevara estructura ni tampoco, solventará el problema en su totalidad si no ubicamos, mediante un diagnóstico claro, cuál va a ser la vía más oportuna y necesaria para introducir el primer armamento que batalle contra esta anomalía, una más de todo un organismo afectado.

Se argumenta que para plantear bien el establecimiento de la agenda gubernamental hay que reformular los objetivos; lo que quiere decir, analizar las latitudes y todas las variables que ayuden a construir el fenómeno al cual se va a bordar y, partiendo de allí, priorizar.

La reformulación de objetivos debe basarse en una exhaustiva investigación y un análisis crítico sobre los sucesos pasados, las circunstancias experimentadas para responder tres interrogantes fundamentales para saber cómo abordar el problema que queremos solventar: reducir pobreza. 

Estas interrogantes refieren a saber:

• ¿Qué hicimos?

• ¿Dónde estamos?

• ¿Hacia dónde vamos?

Es decir, en términos claros, la importancia es innovar y trabajar para cambiar las forma de trabajo en la gestión pública. La gestión pública no solamente es un plan y un número en la agenda pública; pues una vez aplicada, los resultados no llegan a ser los esperados y ahí es entonces donde hay que reformular el objetivo, la metodología y el valor público. Pensemos en el programa oportunidades o  en el hecho de haber fomentado un programa para brindar recursos económicos para la ayuda de la educación de infantes y el bienestar de madres en extrema pobreza; obviamente que el problema estriba en cómo brindarles esa ayuda económica. ¿Cómo vas a hacer para que gasten debidamente ese dinero que empleas y das con plena confianza para esperar los resultados en educación y calidad de vida? Hay que tomar en cuenta los factores psicológicos, por ejemplo del patrón de comportamiento que usa el Padre de familia en este estrato de nivel de vida. Preguntemos, ¿sería conveniente darle el dinero al Padre de familia?, ¿lo gastará en bebidas alcohólicas?, ¿cuáles serían las alternativas de realidades que se presentarían si cometemos esa acción?

Son muchos factores y la perspectiva debe ubicarse en los distintos ángulos del problema para cometer la mayor y mejor solución en la acción posible que deba emplear el Estado.

EXHS