MÉXICO DEPENDE DE SU ENERGÍA




MÉXICO DEPENDE DE SU ENERGÍA



México depende de su electricidad.

En tiempos de pandemia, después de la reforma de Enrique Peña Nieto, todo ha evidenciado y apuntado lo claro que tiene que por hacer el Estado Mexicano en términos de su soberanía energética; es decir, el gobierno mexicano debe recuperar su soberanía energética, porque de eso depende su seguridad nacional, hoy más que nunca, pues de eso depende el progreso del país, su desarrollo como estado benefactor en materias sensibles como es justamente, el sector salud. 

Preguntamos al respecto, ¿Debe seguir la reforma de aquella clase política que ha preferido las leyes del liberalismo del mercado a costa de los que quieren el robustecimiento de la empresa productora del Estado?—Los debates hoy están centrados en cinco ejes fundamentales para tomar la mejor decisión sobre la reforma propuesta por el presidente para el tema energético.

1—El sistema eléctrico creado por la reforma de 2013

2—El papel del Estado en la Construcción del Sistema Eléctrico Nacional

3—Objetivos planteados y resultados de la reforma del 2013

4—Constitucionalidad y legalidad de la iniciativa de la reforma eléctrica

5—Medio Ambiente y transición energética

El principal contenido de la propuesta de reforma del Presidente Obrador, es modificar el esquema que hay para generación y aprovechamiento de la energía eléctrica. En México apenas se alcanza la producción de energía con carbón del 3% de la capacidad de CFE. En China producen hasta 60% de la energía con carbón, en Estados Unidos se calcula un 30% y en Canadá hasta el 18%. México está en vías de transición energética en un momento clave mundial con la ventaja de que aún tiene una empresa estatal que maneja la energía, otros países como España que han privatizado todo el sector han tenido que enfrentar los infortunios de las terribles consecuencias que atrajo esa decisión producto de la moda neoliberal, víctimas de su propia ambición, quedaron los españoles bajo las cuentas de unos cuantos ricos que hoy les producen angustia, estrés a los ciudadanos por no poder subsanar los costos de la energía eléctrica. En México se quiere evitar esa crisis. Aún es tiempo. 

Tan solo hay que valorar unos cuantos datos para ver el jugoso mercado que atrae a las cuentas trasnacionales sobre México. Mire, el mercado eléctrico mexicano tiene una estimación de valor que ronda en los 315 mil millones de dólares. El valor del mercado eléctrico de CFE se calcula en 377 mil mdd. Los privados por su parte, afirman haber invertido 44 mil mdd y a la fecha han recuperado 22 mil mdd. De los 44 mil mdd invertidos, 11 mil mdd se realizaron con capital propio y 31 mil mdd con crédito de la Banca de Desarrollo, Afores y la Banca Mexicana en general. 

Nuevamente viene un tiempo importante, una acción decisiva que cambiará las condiciones para el desarrollo de México. Se trataría de la reforma de la era de Andrés Manuel López Obrador, el eje articulador de la denominada nueva fase la vida pública de México en la concerniente bandera del partido morena de encumbrar la fase de la cuarta transformación republicana. Sí, se trata de la reforma eléctrica, el esquema que busca recuperar la soberanía energética y echar para atrás lo que habría hecho Peña Nieto desde 2013. Sí, la reforma eléctrica va en contra de los monopolios privados. 

A diferencia de la anterior reforma, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha exhortado que el tema se debata ampliamente, y se socialice la decisión de la reforma. Y es que CFE es la empresa más productiva que más energía limpia y barata brinda al país. 

La propuesta de la reforma no es desaparecer las energías limpias del país sino que CFE lidere la transición para establecer las políticas públicas adecuadas a nuestro contexto. México alcanzará las metas internacionales para generar energía limpia no sólo como un compromiso con organismos extranjeros sino fundamentalmente para ofrecer la luz más limpia posible a los precios más accesibles para los habitantes del país. 

México no tiene por qué depender de otros países ni de la iniciativa privada para generar su propia electricidad. La transición debe ser paso a paso, mismo lineamiento ya lo ha expuesto de tal manera el mismo presidente Vladimir Putin en Rusia. 

Por tanto, es importante este debate que apunta que el estado mexicano ahora busca recuperar el sistema eléctrico mexicano para proteger a la población. Este parteaguas, político, económico y energético, vendrá a refundar la república en la nueva fase de transformación que enfrenta México. Hay que mencionar que indudablemente, los privados buscan negocio, no cumplir con el propósito fundamental constitucionalista de garantizar vida digna a toda la población nacional; esta diferencia es crucial y significativa. 

El argumento de siempre es que las empresas del estado no pueden, y es mejor dejarlo en manos de particulares. El esfuerzo colectivo, en vez de beneficiar a la nación, debería beneficiar a una sola persona. Ahora señalan cabilderos de eléctricas extranjeras justamente eso, que CFE no genera suficiente energía, cuando en los hechos, CFE no está operando debidamente ni rindiendo conforme a su capacidad, podría al menos producir 43 mil mega watts, lo que equivaldría a todos los privados juntos. El mismo argumento lo utilizaron para entregar Pemex a trasnacionales.  

Tan solo por algunos pagos que equivalen a 438 mil 300 millones de pesos que se entregan a empresas eléctricas extranjeras, por la reforma de Peña, hoy se podrían pensionar aún más a otros 19 millones de adultos mayores. 

CFE hoy por hoy produce más energía limpia para el país que cualquier otro privado. 

Para despachar el 55% de su capacidad, CFE ha costeado pagar 215.4 mil millones de pesos cada año. Compra energía que no necesita a un costo de 222.9 mil millones cada año y 421 mil millones de pesos han costado 34 centrales que se cobraron al triple, pero no pertenecerán a la CFE, y tienen privilegio para cobrar por energía que no entregan. La CFE carga con más compromisos de reducción de emisiones que los sectores privados, para ahorrarles costos por cuidar el medio ambiente. En 1992 a CFE se le obligó a comprar energía mediante contratos por 25 años a los productores independientes de energía, además inventaron que tenían capacidad excedente y la CRE (Comisión Reguladora de Energía) expidió permisos sin ser verificados bajo el esquema de autoabastecimiento. 

Con Enrique Peña Nieto habitaba un criterio de despacho que hoy se reclasifica. Había criterio de despacho a modo y beneficio del sector privado por encima del interés público. Permiten un despacho fijo creando un mercado paralelo y subsidiado para estas centrales eléctricas privadas; y es que con Peña Nieto había en CFE despacho de capricho. La nueva política energética del país demanda ajustes a la ley de la industria eléctrica.

Y hoy más que nunca, el sistema eléctrico necesita reglas claras y certidumbre de largo plazo. Por tanto, primero definamos que el despacho eléctrico significa el mecanismo en que se decide el orden en el que cada central eléctrica inyecta su energía a la red en un período determinado. Significan que la planta más eficiente es la primera en inyectar la energía a la red. 

La nueva iniciativa de reforma elimina el criterio de obligación de primeramente despachar primero la energía más barata y da prioridad en el proceso, a las centrales generadoras de la CFE. En primer lugar, a las hidroeléctricas, en segundo, a las demás centrales de la CFE, después energías eólicas y solar de particulares y finalmente a centrales de ciclo combinado (centrales que operan a partir de un ciclo de gas y otro de vapor).

Ahora, comencemos un poco remembrando cuando durante en  el Peñato existieron contratos leoninos con productores independientes, contratos de obligación de CFE al menos por veinte años, subsidiando hasta pagos que sumarían 4 veces el pago a la central (ya hablamos que hasta financiaban a estas empresas con afores). Con los contratos de autoabasto, empresas privadas simulaban tener socios con aportaciones de un dólar, y a tales socios, las empresas privadas les venden luz utilizando las líneas de transmisión de la CFE sin pagar nada a la empresa pública. Hasta este año 2021 se han venido registrando al menos unas 239 centrales de autoabasto que han venido a nutrir ilegalmente a unos 77 usuarios (empresas privadas). Esta operación ha venido a favorecer a los mismos empresarios de siempre como Wlamart, Kimberly Clark, CEMEX, Bimbo, Alsea. Hoy, por contratos de energía no despachada, se entregan 222 mil 900 millones de pesos. Se ampararon los privados en intermitencia técnica de difusión de electricidad. Tanto, que el mecanismo que había implementado Peña, aún en operaciones, ocurre de forma independiente por el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), para dar prioridad a las plantas de la CFE. 

Es decir, no se puede continuar con la política de explotación al Estado para el enriquecimiento de unos cuantos particulares, que además de todo, osan vivir fuera del país. Tanto que comenzaron a surgir sociedades de auto abasto ilegales. Han buscado unos cuantos trasnacionales, como en otras situaciones, como en el oro, la plata, el petróleo y demás, hacer lo mismo con el gas y la energía eléctrica.

Se quieren quedar privados trasnacionales con el sistema eléctrico mexicano. Ahora, por tanto, esas mismas trasnacionales intervienen en el debate público buscando desprestigiar a la reforma comprando voces públicas para que trabajen a modo de esos intereses extranjeros. Quieren insistir en el engaño mediático a la población para conseguir los negocios lucrativos para empresas particulares y políticos corruptos, transitando así al apoderamiento privado del mercado eléctrico. 

La CFE debe proveer la electricidad. En México no se puede vacilar con la seguridad nacional que depende fundamentalmente de su seguridad energética. El Estado mexicano debe garantizar la confiabilidad en el sistema tarifario de precios que solo tendría incrementos en razón a la inflación. 

Con Peña Nieto, había la obligación de apertura el mercado a los privados. A CFE le obligaron de forma desmesurada comprar bajo certificados de energías limpias, a privados sin tomar en cuenta un balance; de pronto, entonces ya había carga al menos de cien mil millones de pesos comprometidos de CFE subsidiando pagos, deudas para empresas privadas al amparo de que los mexicanos siguieran pagando esas artimañas con fines de desaparecer a CFE en un breve lapso. Es decir, bursatilizaron el sector eléctrico mexicano con carga a CFE. Y es que el camino político del Peñato apuntaba a que México siguiera la ruta española, quitar el sector eléctrico de manos del estado para entregarlo a trasnacionales y así, hoy viviríamos la crisis de apagones y enormes costos que arrebatarían la mayor cantidad de ingresos de los ciudadanos para costear la luz eléctrica de sus hogares. 

De permisos de autogeneración y autobaasto han surgido casos de ventas ilegales a demás empresarios. Las sociedades de autoabasto no están autorizadas para vender energía, pero 110 de ellas vulneran la ley al agrupar casi 70 mil asociados que no pagan su consumo de electricidad. En todo el mundo tienen los países un órgano regulador, que si bien no está dentro de alguna secretaría, sí llega a pertenecer a ministerios de las repúblicas. 

Con Peña Nieto, al mismo estilo del Salinato, se ha buscado privatizarlo todo, y así transferir empresas públicas a empresas de particulares, lo que en México no ha funcionado, sino más bien ha agravado una crisis de desigualdad y despoja a México de su riqueza, como en casos del petróleo y ahora de la industria eléctrica nacional. El Estado mexicano no puede vacilar en las misivas fundamentales que dan motivo a su existencia.

CFE hoy tiene al menos 191 centrales eléctricas y 69 producen energías limpias. La CFE es en el participante que en 2021, inyectó más energía limpia a la red eléctrica con el 55%, y lo seguirá haciendo de manera sostenida y confiable. La CFE salvó al país del problema de congelamiento de ductos de gas en Texas asumiendo los costos operativos. La CFE es la que garantiza al país la electricidad para todos. Hoy se busca un sistema donde exista el servicio público. 

La reforma busca fortalecer la recotría del estado. El sistema oligárquico impulsado por el Peñato, hoy ve su fin frente a la iniciativa de Andrés Manuel López Obrador, ya indudablemente nombrada como la reforma del sexenio, e indudablemente el eje articulador de la nueva fase política que enfrenta la república en un mundo convulso de importantes cambios. Y es que es una infamia la manera en que el Peñato concretó la reforma energética financiada por intereses de trasnacionales como Iberdrola, prometiendo además luego participaciones de los políticos en empleos como asesores, tantos casos como los de Felipe Calderón o el de José María Aznar. Sí, Felipe Calderón—el flamante secretario de energía de Vicente Fox, logró resultados donde el precio de la luz se disparó al consumidor en hasta un 90%. Y luego de su presidencia Iberdrola le pagó ocho millones de pesos por sus servicios como "asesor". José María Aznar es famoso por su gran acogida que tiene en Endesa. Apenas a tiempo se ha venido a rectificar el camino en México, antes de una terrible crisis que se agrave más en la era de la pandemia COVID19. Ahora sabemos el por qué de las políticas entreguistas. Al tanto, la iniciativa impulsa un esquema mixto dentro de un sector estratégico, apuntando una repartición del mercado donde la responsabilidad mayor la asume el estado con el 54% del mercado y deja un 46% del mercado para la participación de privados. Una idea justa, equilibrada y balanceada. No se desprotege al sector popular y tampoco se priva de la "libre" elección en las participaciones que buscan más trasnacionales. Aunque apuntemos, la grave crisis energética que enfrenta el mundo, donde Reino Unido tiene crisis por falta de abastecimiento de combustibles, apagones en Estados Unidos de Norteamérica y alzas de precios por los cielos de la luz eléctrica en países como España. 

Nada más miremos algunos ejemplos de otros políticos que en España han lucrado desde el poder público para asegurar remuneraciones en las trasnacionales eléctricas, a costa del sufrimiento popular.




Esta economía mixta ha dado mejores resultados que simplemente dejar la opción a desaparecer el estado y entregar todo a privados, los resultados son evidentes a nivel mundial. 

Enfaticemos que la luz eléctrica es un suministro básico y constitucionalmente el Estado está obligado a rendir la cobertura popular de dicho bien y servicio. Hoy más que nunca, el tiempo apremia cumplir con tal obligación, y más en estos tiempos de tremenda incertidumbre y crisis sanitaria. Está en riesgo nuestro sector de salud y nuestra seguridad nacional. Dentro de esta reforma también se incluye que el litio pase a ser dominio del Estado, y más porque es una materia prima estratégica; es un mineral esencial para la transición energética que está habitando en el mundo.

El litio es el futuro del mundo, no puede quedar México a merced de extranjeros nuevamente. Nuestra soberanía es nuestro valor primordial como pueblo del mundo. 

Participemos en el debate. 

En materia energética siempre predominará el interés de la nación. 

Erick Xavier Huerta




Comentarios

Entradas populares de este blog

Desde la Cuna de la Independencia: «Cuarta Transformación»

MORENA UN CERO A LA IZQUIERDA.

VETADOS DE LA COORDINACIÓN: SHEFFIELD, HERNÁNDEZ Y PRIETO POR SU PROPIO PARTIDO «MORENA».