La Contrarrevolución: ¡La Revolución que transa, se suicida!.”

“Si mantienes una idea, otro luchará contra ella. Muy pronto los dos estarán en conflicto con un tercero y, con el tiempo, tu vida se convertirá toda ella en parloteo y contradicción.”

Hua Hu Ching





¡La Revolución que transa, se suicida!.”


"¿Qué ganamos con la retirada de los señores Díaz y Corral? 
Quedarán sus amigos en el poder; quedará el sistema corrompido que hoy combatimos.”

—Venustiano Carranza

La Contrarrevolución: ¡La Revolución que transa, se suicida!.”

    Con Morena se prometió combatir al PRIANRD; sin embargo, la revolución—«la cuarta transformación», evoca un concepto bajo la perspectiva de las guerras antecesoras como la lucha por la independencia, la guerra de reforma y la revolución.

Ahora sería esta nueva etapa denominada así—la cuarta transformación— como causa de lucha en morena para poder alcanzar el poder. Pero esta vez no hubo armas, hay política.

¿Para qué se busca el poder? El proyecto de López Obrador era que el convencía a la población, y la población como tal se sumó y se ha seguido sumando a buscar cambiar las cosas, aunque se tenga que trabajar con los mismos que han ostentado el poder. Varios funcionarios de Fox ahora están con López Obrador, por ejemplo Alfonso Durazo que ya logró hasta convertirse en gobernador.

Pero la gente está harta del gatopardismo, aquella filosofía que implica que cambie todo para que todo siga igual. Por un México igual, pero mejor. En la cuarta transformación, la revolución de las conciencias, aglutinaba a los movimientos sociales, a la ciudadanía, para encauzar la vocación política del pueblo para tomar las riendas del poder. Lamentablemente, ahora, por la defensa del movimiento, se ha erradicado la autocrítica prácticamente, y se divide a la población entre quienes están con López Obrador a pesar de todo y quienes están del lado de quienes trabajaron por México pero no cumplieron con las expectativas y hoy son crucificados.

Ya la prensa crítica es estigmatizada y catalogada de “enemigos” del régimen. Pero los hechos ahí están, la violencia no cesa, los homicidios no cesan, el incremento de la pobreza no cesa y más por la pandemia. Y la corrupción tampoco cesa, porque se evidenció más con los políticos oportunistas que corrompen sus principios y supuesta lealtad de proyectos de nación, ahora con la misiva y objetivo de alcanzar el poder por el poder.

Se ha buscado alcanzar el poder para dar justicia social, igualdad de oportunidades, cerrar la brecha de desigualdad social, erradicar de la pobreza a cincuenta millones de mexicanos al menos que viven en esa terrible condición. Para lograrlo había que convencer a poderes fácticos, a la burguesía, a la clase del poder, y para ello, López Obrador aceptó abrir las puertas a todos, incluso a muchos de esos enemigos y adversarios que en el pasado, estaban en el otro bando gozando las mieles del poder. Sí, esos que ayudaron a Felipe Calderón a triunfar, y que festejaron por encima del fraude orquestado a López Obrador, mismos que estuvieron del lado de Peña Nieto festejando el triunfo por encima de López Obrador. Pero López Obrador los perdono, siempre y cuando se sumaran a su movimiento.

Al tiempo, se han puesto en marcha ya programas sociales y obra para impulsar la infraestructura nacional, las dos cosas debatidas por la oposición.

Después de la revolución de Francisco I. Madero, vino la contrarrevolución que propició las peores traiciones y acabaron impunemente con la presidencia de Madero y con su vida. Luego vinieron las guerras cristeras que alcanzaron hasta el gobierno de Lázaro Cárdenas. Así surgió el PAN, como movimiento y expresión opositora al gobierno de Lázaro Cárdenas, basados en el profranquismo. El PAN se nutrió justamente de grupos políticos religiosos. ¿Y qué pasó?—Se consolidó el PRI, enalteciendo una propaganda muy similar a la que sucede ahorita, enalteciendo figuras mártires de la revolución, promoviendo un discurso romántico de la lucha revolucionaria y aguardando entre las masas una esperanza que duró más de setenta años. Gracias a este sistema, se produjo el clientelismo como forma de operación política para aguardar el poder durante décadas, y este sistema clientelar aguardaba el autoritarismo presumiendo justamente democracia y libertad al mismo tiempo. Es la gran fórmula, misma tradición la asumió el PAN para triunfar y durar apenas doce años en el poder federal.

Un buen día, el mexicano perdió la fe en la revolución y ya no creyó en la farsa de la propaganda revolucionaria; el pueblo se dio cuenta del engaño, el fraude, la estafa y ya no pudieron seguir manipulándolos. Esos mitos de inclusión y promoción de que el pueblo bueno, alegre es dinámico y hospitalario funcionó todo el tiempo con el PRI y lo que le alcanzó con el PAN. Ahora, la revuelta revolucionaria que ocurrió con MORENA pone en peligro al propio movimiento, pues este conocimiento está más extendido de lo que han considerado, y no es el mismo pueblo que aquel de los 70’s, algo más amenazante ocurre, más inmediato, cuando la lucha por el pueblo, por la participación social, han quedado bastante marginados al tiempo en que le dan prioridades y encumbran a los mismos que estuvieron como adversarios; los echaron a la bolsa, como en los tiempos revolucionarios, pero después de eso, viene la contrarrevolución. López Obrador ha considerado que le daría tiempo para culminar su sexenio a pesar de estas amenazas latentes. La guerra se marcó en dos bandos, la asociación PRI-PAN-PRD que acuerdan la unidad en la lucha pero sin perder su propia identidad, poniendo un pie delante de MORENA que aceptó a miembros del PRI-PAN-PRD con la consigna de perder su identidad para sumarse al movimiento aceptado por “el pueblo”. Ahora con la caída de MORENA, partidos relativamente nuevos como Movimiento Ciudadano, han conseguido crecer; las personas están buscando opciones; el sistema de partidos ha colapsado y no dura mucho para MORENA que abarca la gran popularidad en territorio nacional pero que una vez en el poder, comienzan a decaer, más con los premios a ex gobernadores PRIistas, o a ex alcaldes PANistas, que son sumados al movimiento de MORENA con todas las dádivas, les dan candidaturas, les ofrecen premios como delegados y carrera política dentro del movimiento. Pero la gente se da cuenta, se dan cuenta de lo oportunistas y la hipocresía que estuvieron abanderando en los últimos treinta años; verdaderamente no tenían principios, o aguardaban el rencor hasta que pudieron encontrar una vía de venganza por haber soportado el secuestro de partidos que controlaban unas cuantas camarrillas que se enquistaron en el poder.

¿No hay contrarrevolución? Las propias bases hartas de estos actos infames, irrespetuosos y faltos de principios han comenzado a evidenciar signos cuando el pueblo comienza a aventar “huevos” a sus dirigentes que prometían el cambio, y solo han venido a incorporar a las mismas camarillas de siempre que estaban con el PRIANRD, pero ahora con MORENA. Al tanto, la crítica al PRIANRD desde su asociación funcionó hasta este momento, pero ya hay signos muy marcados de la reconfiguración rumbo al 24. Todo puede pasar, y la contrarrevolución ya está en marcha.



Erick Xavier Huerta

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