CRISTAL LA MUERTE ANUNCIADA

 



CRISTAL LA MUERTE ANUNCIADA


Palabras Libres
Por Ara Morales 


El cristal es una  metanfetamina, una  sustancia que no se encuentra en la naturaleza, sino que fue diseñada en laboratorio y producida a gran escala. La metanfetamina se fabricó en Japón en 1919, a partir de la molécula de la anfetamina, y fue utilizada hasta 1938 como descongestivo nasal e inhalador bronquial. Un año más tarde, en el marco de la Segunda Guerra mundial fue utilizada en las tropas alemanas y japonesas, por su poderoso efecto estimulante que inhibía el hambre, el cansancio, el sueño, y para mantenerlos en constante alerta. Al consumirla los soldados mataban eufóricos y morían intoxicados, al punto de sacrificarse como los pilotos suicidas japoneses, nombrados por los norteamericanos, kamikazes (que significa “viento divino”), quienes estrellaban voluntariamente sus aviones cargados con explosivos en contra de objetivos enemigos.  

Las mentanfetaminas ayudaron a los soldados alemanes a conquistar países y avanzar rápidamente durante la Segunda Guerra Mundial, la supuesta “supremacía aria”, era provocada con metanfetaminas. En esa época se le conocía como “Pervitin”, y hoy en día es usada por personas que quieren adelgazar, aumentar su rendimiento, o bien, la usan estudiantes y personas que ejercen profesiones estresantes”.   


Entre las consecuencias más comunes por el uso de cristal, se encuentran estados  paranoides con ideas respecto al peligro de ser vigilado o perseguido; alucinaciones auditivas como  escuchar cosas que los demás no perciben o voces  de  demonios;  alucinaciones visuales, que generan actos de huida, por ejemplo, correr por las azoteas, y actos como suicidio u homicidios,

Esta droga es nombrada como, “La Meta”, “El Foco”, “Speed Yellow”, “Vidrio”, “Tiza”, “Crico”, “Cristo”, “Hielo”  aunque todo el mundo lo conoce como, “Cristal”. Es una droga altamente adictiva y con un poder mucho más destructivo que cualquier otra. Su fabricación es también peligrosa ya que se puede realizar de forma fácil, lo que la hace una droga al alcance de todos. En su forma pura, el compuesto es un polvo blanco como cristalino, inodoro y soluble en agua o etanol. 

Esta droga se fabrica mayormente en laboratorios clandestinos o usando procedimientos caseros donde se combinan sustancias químicas o ingredientes baratos que son altamente nocivos para la salud como: limpiador para desagüe, combustible para linternas,  acetona, anticongelante, aerosoles,  ácido  muriático,  ácido de la batería, acetona, productos para  esterilizar los caballos,  pastillas para matar a las ratas, cabezas de fósforos, y efedrina. 

La sustancia que genera la adicción es la efedrina, ésta es  una amina simpaticomimética de origen vegetal, que actúa de manera similar a una anfetamina, debido a que ambas tienen estructuras químicas similares. De esta manera, la efedrina puede reducir la sensación de fatiga e incrementar el estado de alerta; también puede aumentar el metabolismo en los tejidos. Por ello se ha utilizado en la composición de pastillas para adelgazar. 

La efedrina suele usarse como estimulante, supresora del apetito, descongestionante, potenciadora de la concentración, y para tratar la hipotensión asociada con la anestesia. Esta sustancia en la mezcla de la droga va a producir la sensación de placer, y es la que genera la adicción de los consumidores. El  cristal es una droga barata que se puede inhalar, fumar, tragar e inyectar en las venas. Debido a su fácil acceso y bajo costo, incide directamente en la aparición de otras enfermedades, destacando las que son transmisibles como hepatitis, y el sida.

El Centro de Integración Juvenil de Celaya indica que hace diez años, el 13% de los consumidores referían consumir metanfetaminas, actualmente la consume el 58%, eso significa que su consumo se ha incrementado un 45%. Esta droga es altamente adictiva, uno de los efectos más frecuentes son las alteraciones mentales, que los lleva a tener acciones violentas, su promedio de vida como consumidores sistemáticos  es de 12 meses.

Los consumidores refieren que a los 15 días de consumir el cristal, comenzaron a sentir dolor de huesos, dolor de cabeza y muchos  dolores intensos; no tienen  ganas de levantarse; sienten mucha sed, y entonces se convierte en una necesidad para vivir diariamente, pero su consumo es una espiral que los va llevando a situaciones más dañinas, tanto en la salud,  en su  economía, en sus  relaciones interpersonales y familiares, ingerir más de una dosis  genera un  efecto que  puede durar hasta 12 horas lo que influye directamente en los patrones de sueño y alimentación,  su uso no reconoce clases sociales, edad ni género se detectado que niños entre 9 y 12 años de edad lo han probado.

Especialistas indican que la adicción al cristal comienza con una sola probada, la sensación de sentirse fuerte, que se pueden comunicar mejor, con energía para hacer varias actividades, y mucha confianza en sí mismos, los hace sentir que son capaces de realizar cosas que no imaginaban, entonces, esa sensación los obliga a consumir más droga. Aunque lo que ocurre después de esa acción les cambia la vida para siempre: los consumidores necesitan la droga todos los días, se convierte en el aire que necesitan para vivir.



El cristal ha sido la droga de mayor crecimiento en el Estado de Guanajuato, de acuerdo a la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, “se estima que un 10% de la población de Guanajuato, consume algún tipo de droga ilegal”.  Cifras del INEGI nos refieren  que  existen 6,167,000 guanajuatenses, el 10% representa 616,700 personas adictas, y si el 58% consumen cristal, representa entonces una población de 357,686 guanajuatenses. En los consumidores de cristal su cambio es radical físicamente, pues se demacran, se les adelgaza la cara y  tienden a perder mucho peso.

Su consumo en Guanajuato empezó a cobrar importancia entre 2008 y 2016, en ese período se detectó que el número de adictos a esa sustancia, internados en centros de rehabilitación, tanto en los que cumplen la norma como los irregulares, se había triplicado. De acuerdo a cifras de la Secretaria de Salud de Guanajuato, en el Estado existen:  1 centro de rehabilitación, propiedad de la Secretaría de Salud Pública; 2 del Gobierno de Estado; 10 del Instituto de Salud Local; 11 con permiso de la Comisión Nacional de Adicciones, y 262 son centros de rehabilitación irregulares. El municipio de Celaya cuenta con siete centros de rehabilitación: dos de propiedad estatal, dos sin funcionamiento, dos cerrados por haber sido atacados, y uno funcionado. 

Celaya entre tantos problemas ha invisibilizado el de las adicciones, y ha visibilizado el de la inseguridad colocando toda la energía y el presupuesto en armas y policías sin lograr un horizonte de soluciones a corto, mediano y largo plazo, cuando la mayor causa de la inseguridad es el consumo de drogas y las adicciones. El uso de las armas y policías solo son una herramienta de contención, hasta ahora fallida, de la violencia y la delincuencia, que crece al ritmo de las adicciones.

La diferencia en atacar las adicciones, o la inseguridad, es que, invisibilizando la primera, la segunda seguirá creciendo como bola nieve, mientras que, si se ataca la primera, se podrá en primer lugar frenar su crecimiento, al paso del tiempo disminuirlo, y a largo plazo controlarlo. Si se piensa solo en armas y policías será por siempre un barril sin fondo; si se piensa en rehabilitación, existe la posibilidad real de rescatar miles de vidas, y desde luego nuestra ciudad.

Siguiendo los datos de la Secretaría de Seguridad Estatal, si el 10% de la población de Guanajuato consume alguna sustancia ilicita, eso significa que 53 mil celayenses son adictos y si el 58% consume cristal entonces serían 30,740 celayenses que consumen esa droga ; y si cada centro de rehabilitación puede atender en promedio 50 adictos para su recuperación, desintoxicación y rehabilitación, necesitaríamos en Celaya más de 1,000 centros de rehabilitación, donde se les proporcione techo, comida, medicamentos, curaciones,  atención psicológica, tanatológica, asesoría legal; personal, tanto operativo como administrativo, capacitación académica, en  artes y oficios. 

¿Lo anterior le parece una desmesura? Qué pensaría usted si le dijera que cada preso del Penal de Ocampo Guanajuato le cuesta al gobierno federal $2,638.00 pesos diarios, y al año $949,797.00; la capacidad de este penal es de 1972 reos, lo cual representaba, hasta abril del 2021, un gasto de 1 mil 872 millones de pesos anuales. En los 8 centros penitenciarios privados que albergan 12, 234 reos, hay un gasto de 11 mil 271 millones de pesos al año. Lo anterior no significa que haya una reinserción pacífica y productiva a la sociedad, de tal manera, que una inversión social para el tratamiento a las adicciones es totalmente urgente, necesaria y socialmente rentable. Si no ocurre pronto, corremos el riesgo de perder la vida o la ciudad. Lo demás es perder el tiempo, y la esperanza. 

AL FINAL.
La policía municipal está bajo el escrutinio público, no solo no ha dado resultados, sino ahora se convierte en un brazo represor para ocultar su incapacidad. Mi solidaridad y apoyo para los periodistas, Avelina y Miguel.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Desde la Cuna de la Independencia: «Cuarta Transformación»

MORENA UN CERO A LA IZQUIERDA.

VETADOS DE LA COORDINACIÓN: SHEFFIELD, HERNÁNDEZ Y PRIETO POR SU PROPIO PARTIDO «MORENA».