¿CUÁL "PODER"?

 


¿CUÁL "PODER"?

Miguel Márquez Márquez entregó un estado ingobernable, desde su tiempo narcos se infiltraron en política.

Su relevo, Diego Sinhué, con la misma estructura del panismo ganó la contienda electoral del 2018. Se convirtió en gobernador con la promesa de que haría y daría “un golpe de timón” a la estrategia de combate a la corrupción, impunidad e inseguridad que habitaba en el Estado. Dijo que se convertiría en el gobernador de la seguridad de Guanajuato y dejaría un estado tremendamente seguro, el más seguro en el país. Pero todo fue mentira.

Sus mismos colaboradores solo han estado mintiendo a la población. Engañaron diciendo que no había fosas clandestinas y sobraban en la entidad. Han buscado pintar de grandeza un bastión en la república que se ha convertido en epicentro de la delincuencia y del crimen; ante esas circunstancias, diputados, senadores, alcaldes y el gobernador del PAN han mostrado indiferencia, se han escondido y huido del tema. Al tanto al gobernador ya no le quedó reparar más que ir poco a poco doblegándose ante el clamor social que busca justicia y seguridad y busca respuestas, porque Sinhué no quería hablar del tema con nadie, y para eso daba injerencia a su vocera Sophia Huett.

Después del fracaso de “golpe de timón”, Sinhué presentó “Guanajuato seguro”, ahora etapa donde se recrudeció la violencia y Guanajuato se volvió más inseguro.
Pasa el tiempo y las autoridades que han comandado el destino de Guanajuato por más de treinta años con su mismo grupo político, quiere hacer ver que aquí es la panacea política de la república, y que haber dado a México al presidente Fox es la promesa de que un día pronto volverán al poder, sin reparar en las consecuencias de las decisiones de sus presidentes panistas donde se potenció el crimen organizado y comenzó el control criminal de territorios. Bueno, y es que al finalizar el sexenio de Fox era tanto el desorden que a Felipe Calderón no le quedó de otra más que declarar la guerra al narco. Desde esos tiempos solo hemos estado advirtiendo cómo el país va quedando bajo el yugo del crimen organizado. El país poco a poco pierde todo lo que le resta de credibilidad institucional, al tanto en que la instituciones son secuestradas y controladas por narcos y criminales.

Con Peña Nieto pareció que las cosas mejorarían, pero ante un momento donde parecían las cifras de homicidio descender, a mitad de su sexenio, a reparo de su propia perdida de confianza y credibilidad frente a la ciudadanía por el tema de corrupción de su casa blanca, el crimen volvió a reparar en recrudecer la violencia. Vino además el asesinato de 43 normalistas en Ayotzinapa. El país ha estado convulso. No repara. El presidente López Obrador se atrevió a decir que en su primer año de ejercicio ya había logrado arrancar el problema de la corrupción de raíz al tiempo en que el país viene estallando en llamas.

Javier Mendoza, después de un trienio perdido con Elvira Paniagua, vino a Celaya a decir que él con el PAN sí podría reparar en hacer mejor las cosas.
Algunos hasta decían que podías estar dentro del sistema panista gobierno para cambiar desde dentro al sistema.

Mendoza en su calidad de líder social, reparó después de haber sido candidato independiente y haber “combatido” al PAN en 2018, pasó en recibir ofertas de todos los partidos políticos para volver a buscar el poder de la presidencia municipal en 2021. La mejor oferta fue la del partido en el poder en Guanajuato, del PAN. Mendoza dijo que haría mejor las cosas que Paniagua.

Mendoza, como López Obrador, como Diego Sinhué han venido diciendo a la población que no pasa nada mientras las extorsiones y amenazas y amedrentamientos ocurren a comerciantes, empresarios, estudiantes, familias y trabajadores.

Pero qué pasa. La gente busca "el poder" bajo ideales de que podrán hacer al por el pueblo con los recursos públicos y así convertirse en los líderes y guías que estaban esperando en la sociedad. Pero lo que pasa es que, una avidez de búsqueda del poder lleva a la gente a eso, pero una vez que llegan y es que quieren experimentar “el poder”, llega un grupo criminal, les da una bolsa de dinero y ahora los convierten en socios y si rompen el pacto entonces adviertan cuidado que asesinaran a los miembros de la familia. ¿Ese es el poder que se busca?

Al comandante supremo de las fuerzas armadas, López Obrador solo le quedó dar su pésame por el asesinato del alcalde Mendoza de Celaya este 18 de Agosto.

¿Por qué matan a los hijos de alcaldes? Ya ocurrió apenas ayer en Junio de este año que asesinaron al hijo y a la nuera de Juan Lara en Villagran mientras estaban en su auto. Fueron atacados a balazos. ¿Por qué? —Diego Sinhué dijo que Santa Rosa de Lima era el epicentro de “golpe de timón”, el lugar donde se desprende la gran seguridad pública en el estado, al menos esa era su intención. Al transcurrir los años desde aquella promesa, solo hay una barda en lo que se prometió como una gran academia de policías.

Mientras compran grandes autos para la policía de las fuerzas de seguridad del estado, refuerzan con equipo, aumentan supuestos salarios, invierten en cámaras, como la farsa del proyecto escudo; mientras ha querido montar el PAN gobierno una gran orquesta de seguridad desde tiempos de Calderón, la realidad les hace caer mentira tras mentira, farsa tras farsa.

El gobierno es el responsable de otorgar seguridad pública y el facultado de usar la fuerza pública, la violencia para garantizar la paz social. En Celaya, el gobierno está de luto porque asesinaron a uno de los hijos del alcalde. Aunque no estuvieron de luto por los hallazgos de fosas clandestinas, ni por los comerciantes, empresarios, estudiantes, familias y trabajadores que han sido asesinados todos los días a manos del crimen organizado. Al tanto, las palabras del propio alcalde Javier Mendoza eran: “Al lugar que gusten, pueden salir con toda tranquilidad y seguridad. Tenemos algunos eventos por ahí, aislados por cierto, pero son temas muy internos de grupos. Celaya está hoy muy tranquilo”  esto apenas ayer finalizando el año 2021.

—Estas palabras aminorando los daños y repercusiones de la violencia fueron haciendo enojar e indignarse más a la gente. La sociedad protestaba en presidencia. Quien aludió a la bandera de “rescatar Celaya” era descalificado cuando iba a los barrios del pueblo y decía que los rescataría y que los comerciantes del tianguis y mercados podían seguir como si nada en esos lugares, al tiempo en que los habían aterrorizado con asesinatos a líderes, administradores y comerciantes del lugar. Finalmente la realidad también ha alcanzado a las autoridades que han empecinado en creer que, con dar un discurso y decir palabras que narren otra realidad, se resolverán las crisis.

El propio alcalde de Celaya dijo que a él no le tocaba evitar homicidios.

El 09 de Agosto, día en que se incendiaron varios municipios en Guanajuato, el mismo día publicaba Romero Hicks, ex gobernador de Guanajuato, hoy diputado federal, que nunca ha dejado el poder político, apenas anunciaba que el trabajo por Guanajuato se nota, que por 30 años el PAN ha obtenido el voto de la gente y la confianza de la gente sigue con el PAN en Guanajuato. Eso en su reunión con amigos gobernadores del PAN de Guanajuato, donde estuvo el actual gobernador Diego Sinhué, Oliva, Márquez, Fox. Después, ese mismo día— grupos criminales incendiaron a Celaya.

Incluso el alcalde de Celaya estuvo involucrado en una nueva controversia luego de que autoridades se portaran de manera agresiva y hostil con periodistas en estos tiempos de la jornada violenta.

Ahora asesinaron al hijo del alcalde Celaya.

Lo alarmante de este asunto es que el mensaje es que el Estado tiene incompetencia y Celaya es una entidad ingobernable que le pertenece a grupos criminales; sin esas garantías de gobernabilidad no hay democracia ni se puede aspirar a la democracia ni a la participación social. El mensaje aterrador hace que siga rehuyendo la sociedad civil a participar e involucrarse en los asuntos de interés público. Ya estos tiempos han sido mayores y suficientes para dar acento en la apatía social por participar y resignarse a estar en el estatus quo. Que nada cambie y que siga el PAN, porque vale más diablo por conocido que diablo por conocer. Poca gente ya querrá participar en encabezar la representación del pueblo, porque, ¿Para qué involucrarse en política si está en riesgo mi familia? ¿Cuánto dinero y “poder” valen para perder la paz de la familia? ¿A qué costo están los ideales y la política si vivimos bajo la orden de la violencia? ¿Cómo encontrar una ruta pacífica cuando se quiere responder con el poder público a dominar con la violencia? ¿Ha valido la pena ser el presidente en Celaya y tener toda la familia estar en riesgo? ¿Cuál poder se ejerce en Guanajuato?

Erick Xavier Huerta

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