EL VALOR DE NO SERVIR




EL VALOR DE NO SERVIR

PALABRAS LIBRES

Por Ara Morales 


Las prácticas de la evaluación del desempeño no son nuevas, desde que una persona emplea a otra, el trabajo de ésta fue evaluado en función de la relación costo-beneficio. Los sistemas formales de evaluación tampoco son recientes.

Los emperadores chinos de la dinastía Wei, entre 221 y 265 D.C., tenían la figura del llamado “valorador imperial”, persona que debía evaluar el rendimiento y la actitud de los miembros de la Corte. Se trataba de un modo de comprobar su rendimiento, y que cumplían fielmente sus altas funciones, evitando desviaciones e ineficiencias. También se utilizaba para seleccionar a los altos funcionarios del Imperio mediante entrevistas y cuestionarios, como se hace hoy en día, también la aplicaban para evaluar el desempeño de sus docentes y los integrantes del ejército. Tome nota, hace 1800 años.  

En la Edad Media (1534), la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola, ya utilizaba un sistema combinado de informes y notas, de las actividades y el potencial de cada uno de los jesuitas, que predicaban la religión por todo el mundo. El sistema de evaluación de cada jesuita estaba compuesto por clasificaciones que los miembros de la orden preparaban de sí mismos, es decir se autoevaluaban, y además, por medio de informes que cada superior elaboraba respecto a las actividades de sus subordinados. Siga con sus notas, casi 500 años antes de esta fecha.

En el ámbito laboral, el primer sistema documentado lo encontramos en Estados Unidos con Robert Owen, quien utilizó un sistema de evaluación del desempeño para los trabajadores de su fábrica en New Lannark en 1813, él diseñó un modelo evaluador mediante un cubo con distintos colores en cuatro de sus caras. Cada día dejaba el cubo junto al puesto de cada trabajador, para que viera cómo había sido su desempeño el día anterior. Sin embargo, este sistema, denominado silent monitor, fue criticado en su momento al considerarse un procedimiento demasiado personalizado, sin la intervención del propio trabajador y de su superior. Hace 209 años.

En 1842 el Servicio Público de Estados Unidos implantó un sistema de informes anuales para evaluar el desempeño de sus trabajadores, en 1880 el ejército estadounidense adoptó el mismo sistema.  En 1918 la General Motor desarrolló un sistema para evaluar a sus ejecutivos, sin embargo, no fue sino hasta después de la Segunda Guerra Mundial que los sistemas de evaluación de desempeño empezaron a proliferar en las organizaciones y en las instituciones. Hace 104 años.

Hace tres años, en junio del 2019, cuando Celaya tenía  448 años de haber sido fundada (1º. de Enero de 1571), el exregidor Dr. Mauricio Hernández solicitó al pleno del pasado Ayuntamiento, la creación una comisión edilicia que evaluara el desempeño de la administración municipal, ya que en esas fechas de acuerdo a las metas del Plan de Gobierno 2018-2021,  al menos cinco dependencias presentaban rezagos importantes en las metas que habían declarado alcanzar: la Policía Municipal registraba un 38%; Fiscalización un 27%;  INFOPOL, 33%; Oficialía Mayor, 47%, y la Feria con un 47% ¿Ello era por ineficacia, ineficiencia, o ambas?

El 14 de Diciembre del 2021, en esta nueva administración, se integró en el Ayuntamiento la Comisión de Evaluación del Desempeño de la Administración Pública Municipal, conformada por 10 integrantes del Ayuntamiento, presidida por la Regidora Ma de San Juan Espinosa Bolaños, y como Secretaria, la Regidora María Cristina Villalobos Hermosillo, actualmente con licencia debido a que su hijo fuera vinculado a proceso por casos de extorsión, y con todas las representaciones de los Partidos políticos que integran el Ayuntamiento. 

La encomienda de esta nueva Comisión, generaba una gran expectativa para dinamizar, hacer más eficiente e innovar la administración municipal, porque entre algunas de sus atribuciones está: Proponer instrumentos específicos de evaluación del desempeño; analizar y coadyuvar en la mejora continua del sistema de indicadores de evaluación del desempeño de cada una de las dependencias y entidades de la administración pública municipal -que ya se tiene-.

Además, recibir y revisar de forma permanente la información obtenida del sistema de evaluación del desempeño y los elementos que la componen; proponer esquemas de mejora continua a las dependencias y entidades; vincular al Ayuntamiento con organismos e instituciones sociales que tengan la finalidad de evaluar el desempeño de la administración pública municipal.

Solicitar y obtener -mínimo, trimestralmente como lo obliga la LOM-, de los titulares de las dependencias y entidades de la administración pública, la información necesaria para el cumplimiento de sus funciones. Y finalmente, presentar al Ayuntamiento informes de la evaluación del desempeño de las dependencias y entidades de la Administración Pública Municipal, que deben ser públicos, y algo fundamental, garantizar la transparencia y el derecho al acceso de esa información, y no sesgarla u ocultarla, partiendo de la idea que no habrá denuncia de su conducta.

En Febrero del 2022,  la Comisión de Evaluación de Desempeño del Ayuntamiento de Celaya, determinó que se podrían usar los Indicadores de gestión y desempeño contemplado en el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal INAFED, donde se aborda temas como desarrollo social, seguridad, planeación urbana, ordenamiento territorial, ecología, organización, control interno, capacitación, y que los resultados “podrían ser semestrales”, donde además se arrojaría consideraciones para separar del cargo a algún titular de la dependencias que no logre un desempeño satisfactorio. Desde luego, el punto de partida, de la evaluación es de los objetivos, y metas trazadas en el Programa de Gobierno municipal, sin pasar por alto, el derecho humano a una buena administración.

Sin embargo, para abril del 2022, no habían aprobado el programa para evaluar el desempeño de la Administración Pública Municipal, ya que todavía no se contaba con los indicadores de desempeño, pero sí solicitaron a todos los directores su programa de trabajo. La Regidora María de San Juan Espinosa Bolaños, explicó que los indicadores de base los tomaría  del gobierno federal, implementados en varios estados, y con las aportaciones de los integrantes de la Comisión, así  como del Observatorio Ciudadano, IMIPE y la Contraloría, estos últimos los apoyarían, explicándoles cómo se evaluaban los programas del gobierno municipal, antes de la formación de dicha Comisión.

Días antes de la presentación del primer informe de gobierno del Alcalde Javier Mendoza Márquez, la regidora María de San Juan Espinosa Bolaños, dijo a los medios de comunicación, que la comisión de Evaluación al Desempeño recibió los resultados de la evaluación a las 23 dependencias del Gobierno Municipal, aplicada por la Contraloría Municipal, apegados al Programa de Gobierno, y aseguró que estaba satisfecha con los avances del cumplimiento en este primer año de gobierno porque van desde el 50% al 100 por ciento. Aquí cabe la duda ¿los evaluados, también son evaluadores? Si fuera así, hay un conflicto de interés.

La Comisión de Evaluación del Desempeño del Ayuntamiento, como estructura -Comisión- es nueva, pero no la responsabilidad del Ayuntamiento, ni las atribuciones de los regidores, ya que de acuerdo a la LOM, su tarea es: vigilar el cumplimiento de las atribuciones a cargo de las dependencias y entidades de la administración pública municipal, así como los ramos de la administración que les encomiende el Ayuntamiento y los programas respectivos;  proponer al Ayuntamiento, las acciones convenientes para el mejoramiento de los servicios públicos y para el desarrollo del Municipio. 

Como se comprende con lo anterior, los regidores, no tenían impedimento alguno, ya que la LOM también señala, que están facultados para solicitar y obtener del tesorero, la información relativa a la Hacienda Pública, al ejercicio del presupuesto y al patrimonio municipal; solicitar y obtener de los demás titulares de las dependencias y entidades de la administración, la información necesaria para el cumplimiento de sus funciones.

Así que la “satisfacción” de la regidora María San Juan Espinosa, en calidad de presidente de la Comisión, por los resultados presentados, en el mejor de los casos, se puede tomar como una opinión, no como una calificación; jurídicamente, como una falta a su responsabilidad de hacer cumplir la Ley, en el sentido de vigilar el cumplimiento de las atribuciones a cargo de las dependencias y entidades de la administración pública municipal; y en el peor de los casos, desde el punto de vista de la Ética del servidor público, como un acto de cinismo. Alegar ignorancia sería impublicable.

El espíritu de la Constitución y sus leyes menores es el bien común, el bien del pueblo, eso implica que el uso de los recursos públicos debe ser de manera eficiente, eficaz, transparente y responsable, lo que vaya en detrimento es ilegal e inmoral. Quienes entregaron resultados por debajo de sus metas, deben ser retirados de su responsabilidad, y el Ayuntamiento debe hacer un ejercicio público de corrección profunda de su omisión en la vigilancia del desempeño de los servidores del pueblo.

Celaya es la tercera ciudad en importancia económica en Guanajuato, aporta el 15% al PIB a nivel estatal, pero su administración municipal trabajando al 50% o a “las caiditas”, pronto nos llevará al sótano donde se premia el valor de no servir.





AL FINAL

Tenemos un vicio de origen, casi nadie es evaluado por sus méritos y perfil adecuado al puesto, sino por la simpatía con su patrocinador en el Ayuntamiento. ¿Le suena?


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