La política importa

Las grandes corporaciones, la corrupción, el sometimiento del poder público al capital, hacen que la política importe.

La política busca que el bien común impere por sobre todas las cosas. 

A muchos les ha venido conviniendo que la política no importe. Sobre todo a corporaciones, o a supremacistas blancos. El racismo, el clasismo y la corrupción han impedido que podamos tener una verdadera democracia. 

Solo quienes se sienten superiores racialmente o económicamente osan adueñarse del poder a toda costa, impidiendo que nadie más participe activamente en la vida pública.

La política importa.

Hace tiempo vi una película, «Dark Waters», y no había escrito sobre ella, hasta ahora. 

Trata de un abogado corporativo, que de pronto toma un caso medio ambiental de un caso rural y particular por un hombre granjero que denuncia a una corporación de estar contaminando el medio ambiente de su pueblo y por tanto, su ganado, sus vacas enferman y mueren de forma inusual, no natural, algo pasa. El caso tiene muchos impedimentos, pues gracias a esta gran corporación, la gente tiene empleos, suministros, forma de vida en su comunidad, a costa de perder la salud, de vivir inmersos en la contaminación total. 

Quién hubiera pensado que en el país primer mundo, el agua potable estaba tremendamente contaminada con sustancias químicas tóxicas conocidas como PFAS vinculadas al cáncer y a la baja fertilidad. 

Robert Billot era justamente un abogado corporativo que se dedicaba a defender a estas compañías químicas. La injusticia le hizo rebelarse ante el sistema.

DuPont presumía mejorar la calidad de vida a través de la química, y en cambio, en los hechos, la estaba aniquilando. La política corporativa de DuPont era una farsa. 

Billot sabía que la corporación arremetería contra cualquiera que alzara la voz con todo el dinero, todo el poder y lo usarían sin escatimar recursos. Billot sabía que el gobierno era un rehén de DuPont y buscarían a toda costa de detenerlo.

Billot sabía que el sistema era corrupto y que el gobierno no protege al pueblo, que el pueblo solo debe siempre protegerse, solo.

La película es protagonizada espléndidamente por Mark Ruffalo y Anne Hathaway y Tim Robbins. La película trata sobre un mensaje fundamental «no callarnos, alzar la voz». Trata de valores, sin importar qué, la justicia debe ser más fuerte que cualquier interés económico. 

Indignarse es un valor cuando se trata de buscar la justicia. Además apunta el fundamento del derecho, de buscar la justicia no el lucro de una corporación como se ha culturalizado así la vida de cualquier abogado en América del Norte. Estas injusticias son las que han hecho surgir a los activistas. Las empresas y las corporaciones deben ser honorables, esa es la fe que habita en el sistema, y si no es así, es deber pugnar por hacer valer la ley de la justicia.

Esta lucha no ha sido de un día, es lucha que ha llevado décadas. 

    La lucha de Billot reparó entre otras cosas, en lograr el mayor estudio epidemiológico de la historia.

Se trata de Rob Billot, incansable luchador por la justicia, que se enfrentó a la gran corporación DuPont, contra todo pronóstico, contra todos los obstáculos. Su tenacidad lo llevó a desmantelar la corrupción macrosistémica en los Estados Unidos de Norteamérica, cosa que no solo contaminó al país, contaminó al mundo, y no solo por esta cultura de corrupción, sino por un compuesto químico que encontró, PFOA (un químico eterno que enfermó al mundo), ahora presente en todos los seres vivos, todos los seres humanos tenemos PFOA y este químico provoca cáncer, enfermedades, muertes de seres humanos y animales, así vino ocurriendo durante décadas y nadie hacía nada, hasta que Billot alzó la voz.

A Billot lo quisieron callar de diversas formas, con amenazas, burocracia, sometimiento al poder, presión social, de toda índole. Billot jamás se dejó intimidar, arriesgó todo, por alcanzar un poco de justicia. 

El gobierno y la política sirven porque pueden detener y frenar este tipo de acciones corporativas, a pesar de todo, de sus inversiones y de los empleos que provean. Pues esto inició en un pequeño pueblo donde misteriosamente el ganado de un granjero fallecía y se enfermaba de forma inusual. El hombre granjero conoce a su tierra y a su ganado. Al tiempo, encontraron que más de 3, 500 personas estaban enfermas, muchas tenían cáncer. Se debía a la misma contaminación que había enfermado al ganado, mismas vacas eran consumidas por la gente del pueblo. De ahí, descubrieron que no solo ese pueblo estaba contaminado. Estábamos contaminados todos, y a la corporación no le importaba porque podía facturar miles de millones de dólares, con el gran teflón.

Los químicos de la empresa de DuPont producen cáncer de riñón, de testículos, úlceras en el colón, infertilidad, hipertensión, afectaciones a la tiroides.

El PFOA estuvo presente en artículos de uso diario como el teflón en los sartenes para cocinar. 

Hoy la lucha contra estos químicos es mundial, como el calentamiento global, como las pandemias. Estos químicos, como de DuPont, viajan por aire y agua, los animales la consumen, los humanos lo adquieren. La Agencia Ambiental Europea EEA, dictaminó que estos químicos eternos están presentes en productos de la vida diaria, por eso resulta complicado que cualquier ciudadano los pueda evitar. Este caso además, cobró atención mundial mayormente después de que en 2019, Ruffalo lo hiciera público a través de su producción y protagonismo en la película que narra estos hechos «Dark Waters», justo en tiempos de antesala de la época de la pandemia.

Billot es un ejemplo de lucha y del valor que significa atreverse a hablar, alzar la voz; incluso él mismo ha señalado que ese granjero que se atrevió por primera vez a denunciar el envenenamiento de sus vacas, representa que hablar y alzar la voz ayuda a que las corporaciones dejen de usar estas sustancias y que los legisladores regulen su producción. 

"Una persona que se ponga en pie y hable, puede hacer una gran diferencia".

Erick Xavier Huerta S.