La política y la violencia: «divide a los mexicanos y vencerás»




La política y la violencia: «divide a los mexicanos y vencerás»

La política es el instrumento para lograr el orden en el Estado. Así fue concebido este instrumento desde los griegos. Una manera para ordenar la vida del individuo en el mundo físico; Para que el individuo lograra su trascendencia desde la correcta vida en este mundo. Para que su trascendencia abonara a la armonía en su comunidad, en el conjunto. Con un propósito fundamental: «evolucionar».

En este sentido, el menester del Estado psico—político, es favorecer que la realidad sirva al individuo para su trascendencia. 


Pero, al no haber educación psicológica, espiritual, la política social afecta al individuo, en este contexto y coyuntura, de forma negativa. Solo abona para incrementar el sufrimiento.

Todos contra todos. Mentiras, traiciones, venganzas. Refrenos, reproches, culpas y rencores. Guerras, violencia, fanatismo, proselitismo, propaganda, manipulación. Par de grupos que controlan la información a conveniencia, y todo esto, impide el desarrollo del individuo, impide la evolución del ser humano. Se incrementa la desigualdad, la injusticia y el sufrimiento.

PRI, PAN, PRD se han unido para dar validez al contubernio de facto que ha venido gobernando siempre en México. Es decir, la partidocracia que siempre ha pugnado por el mismo modelo socio político económico.

En la denominada transformación de cuarta, López Obrador prometía un cambio, pero engordó al partido morena con reciclamientos de la clase política de siempre, PRI, PAN, PRD. La clase ciudadana y la vocación política del pueblo han quedado marginados al interés de los mismos de siempre. 

Lo que puede suceder es que en esta época de transición, nuevas generaciones van a tomar las riendas de la administración pública y política para gobernar las próximas cinco y siete décadas. 

El gatopardismo no acaba por terminar. Estas teorías de fraternidades que usan a los partidos a conveniencia y solo cambian de partido a conveniencia por la coyuntura sociopolítica, cobra tremenda relevancia y vigencia. ¿A dónde vamos a ir ante este escenario? La clase política partidaria de siempre quiere que el pueblo les elija sin tener alternativa, sin tener opción alguna. De manera que estamos ante la fuerza del Estado, y ahora en un esquema muy similar al norteamericano, donde el bipartidismo es lo mismo. 

La pobreza se ha incrementado, las pandemias se han incrementado, la violencia se ha incrementado, los homicidios y los suicidios se han incrementado. La crisis se ha agudizado en la denominada cuarta etapa de la república. Bueno, y es que ahora hay más muertos bajo el gobierno de López Obrador que con Calderón y Peña Nieto, y aún más atrás, que por la guerra Cristera o la guerra por la revolución mexicana. Provenientes de la guerra por nuestra independencia perdimos territorio y vidas por esa aspiración. Perdimos vidas y vidas por lo mismo, la lucha y la guerra, guerra por la independencia, por la reforma, por la revolución por acabar con un bipartidismo que hoy sigue vigente. 

¿Qué hacer?

Ante la tragedia, PRI, PAN, PRD, la partidocracia quiere que Morena ya no avance ni crezca ofertando al pueblo regresar a los partidos que hartaron al pueblo. Un desastre lógico, elemental y democrático. 

La incertidumbre y la volatilidad financiera y económica mundial abonan a una burbuja en México de la cual se ha valido el presidente para sortear las crisis tan tremendas que han afectado la calidad de vida de los mexicanos. 

El Estado pareciera un individuo que divide a los mexicanos para poder vencer sobre ellos, y los mexicanos no nos damos cuenta de tal cosa, al contrario caemos en la trampa del Estado, nos dividimos y él controla arbitrariamente y absolutamente, y sin cumplir a menester de la justificación de su existencia: la justicia en el mundo de los hombres y las mujeres. Tal división la encarna el presidente al pronunciar reiteradamente la división, pobres y ricos, españoles y mexicanos, pasado y presente, criminales y buenos, pueblo bueno y gente mala. PRIAN y Morena.

Aquí en Guanajuato, el gobierno panista presume que atiende programas sociales para cubrir necesidades fisiológicas básicas, techo, alimento, infraestructura en pueblos y ciudades, pero esas necesidades básicas no tienen importancia cuando el gobierno no consigue que tengamos nuestro segundo piso de seguridad elemental: la seguridad.

Una persona de pronto ya no está segura ni consigo misma, al punto de tal desconfianza que se hunde en el miedo y comienza a auto-agredirse. 

El Estado, que supuestamente debe garantizar la paz, el respeto a la propiedad privada, y seguridad para hacer nuestras vidas y emprender nuestros proyectos, no ha cumplido, y al contrario han agravado la crisis. Pero el Estado quiere que los ciudadanos sigan contribuyendo para mantener tres poderes que no tienen poder sobre la violencia.

Sin seguridad no hay realización personal ni proyecto de vida social ni disfrute de las necesidades básicas fisiológicas. 

Para poder evolucionar hay que hacer algo al respecto, no lo mismo que produce, agrava y no resuelve las crisis.



Erick Xavier Huerta Sánchez


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