LA REVOLUCIÓN INSTITUCIONAL «GATOPARDISMO»

LA REVOLUCIÓN INSTITUCIONAL «GATOPARDISMO»



Se denominó “la cuarta transformación” a un asunto “revolucionario”, en orden y a la luz de las revoluciones históricas de México.

Primero, la guerra por la independencia, donde todos los héroes dieron su vida en la guerra feroz por quitar la dependencia de los españoles y su imperio, en orden también de conseguir la justicia social, la equidad, la libertad y abolir la esclavitud. Así pasó también, en la guerra de reforma por Juárez, buscaba el respeto al Estado de Derecho, respeto a la soberanía y por eso declaró la guerra al emperador Maximiliano y luego hizo valer el poder del Estado por encima de cualquier otra cosa, en la mística de la república laica. Y bueno, después vino la revolución mexicana, la lucha por la democracia, y abolir la dictadura que encarnaba Porfirio Díaz. En esos casos no había matices. 

Hoy la clase política habla de polarización, justamente por la “cuarta transformación”, porque la lucha democrática implicó deshacerse del régimen anterior. A pesar de esto, las palabras solo han quedado en palabras, porque en los hechos, “morena” dio entrada a políticos panistas, priistas, perredistas, peñistas, calderonistas, salinistas. AMLO se tragó sus palabras, y finalmente quedó mal ante sus principios. Se decía que no era hipócrita pero acabó pactando con todos los que estuvo criticando. 

Muchas bases del movimiento que respaldó a López Obrador lo admiten y se indignan al respecto. Luchan por un cambio verdadero, no por otra farsa más al estilo Fox. Bueno, y es que he leído todos los libros de López Obrador, me convertí en seguidor y aliado y un comprometido por esta lucha, que al final se ha transformado en un partido más al servicio de la partidocracia de siempre. En los partidos de siempre, PAN, PRI, PRD están los mismos, y en Morena, acabaron los mismos del PRI, PAN, PRD. 

De pronto parecía que esto era una cuestión de unidad nacional, y que pare unificar a los mexicanos, todos debían estar en el mismo partido político, y si no, eras un traidor, un anti-patriota. Esta clase de polarización fue lo que acabó por mermar al país, hundiéndolo en más violencia política. Pero esto fue una mística que se implantó en la competencia electoral y que acabó por ser una farsa de lucha, porque en los hechos, siguen los mismos repartiéndose lo mismo. 

Andrés Manuel López Obrador escribió en su libro del 2012 que “la llegada de Fox a la presidencia de la república sólo sirvió para recomponer el viejo régimen y continuar con la misma corrupción. En realidad se trató del sexenio del gatopardismo, esa maniobra que, en apariencia, todo cambia para que todo siga igual. Fox, desde antes de que tomara posesión de la presidencia, se subordinó a los organismos financieros internacionales, y obviamente, continuó sirviendo a los potentados del país. Es más, no sólo mantuvo inalterable la política económica, sino que se apoyó en el mismo grupo de tecnócratas que venía actuando desde la época de Salinas".

No obstante, la periodista Anabel Hernández escribió en su prológo del libro de su colega, Elena Chávez, “el rey del cash”, que “Andrés Manuel López Obrador pasará a la historia como uno de los símbolos más complejos del gatopardismo mexicano. Es uno de los políticos que, de manera calculadora y astuta, ha puesto en práctica el paradigma de quienes como él impulsan el cambio para que todo siga igual: la simulación. Durante su estancia en palacio nacional ha sido saboteador constante de la verdadera democracia, propagador del caos, la división del pueblo y la propaganda engañosa para abrir camino al autoritarismo y el militarismo”.

Erick Xavier Huerta


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