Años de Impunidad: «Las víctimas del Plan Colombia»

Para conseguir la paz, fortalecer al Estado, Colombia firmó un acuerdo bilateral constituido con los Estados Unidos de Norteamérica. Algo similar a lo que sucedió con el Plan Mérida. Ya sabemos cómo terminaron los casos y en qué desembocaron los acuerdos.

¿Realmente en Latinoamérica se han conseguido espectros de paz con estos acuerdos bilaterales con los Estados Unidos de Norteamérica? En los hechos, este plan Colombia, concebido a finales de los 90’s, habría. Reunido a los presidentes Andrés Pastrana (Colombia) y a Bill Clinton (USA) en 1999, todo en fin de conseguir objetivos específicos de salvaguardar el bienestar de las naciones, sobre todo de Colombia en materia social y económica, buscando dar fin al conflicto interno en Colombia implementando estrategias de antinarcóticos. 

Fallaron.

Todas estas iniciativas contra las drogas, solo han agravado la violencia como también ha venido pasando en México con el plan Merida en la batalla y guerra frontal contra el narcotráfico. 

EUA ha buscado por todos los medios “políticos” frenar el flujo de drogas “ilegales” a su tierra, pero el consumo cada vez es mayor, y la violencia es mayor, y el continente americano está en una encrucijada que parece no poder resolverse por ninguna vía. 

En Colombia, muchas voces se han alzado a denunciar que este acuerdo bilateral ha resultado en una completa farsa, pues más bien solo sirvió para que EUA tuviera presencia en el territorio, influenciara a toda la zona en fin de cumplir los beneficios que ellos buscan en materia político-económico.

Al tanto, el caso de Olga Castillo es revelador.

Esta es la historia. 

    En un ambiente cuya atmósfera es de esperanza y cambio para el bien común, conversamos con Olga Lucía Castillo—activista en defensa de víctimas de militares del Plan Colombia. El 26 de Agosto del 2007, su hija de 12 años fue secuestrada por Michael Cohen, sargento militar activo en Norteamérica y César Ruiz—contratista mexicano del Plan Colombia. 

Toda la labor durante años de Olga en denuncia de los crímenes de lesa humanidad, —ella nos dice—han quedado impunes, y todos se los han llevado para Estados Unidos de Norteamérica para que nadie sepa y nadie se entere. Castillo explica que los norteamericanos militares van a Colombia y pasan casos como los de las 54 niñas que fueron violadas, y que incluso, norteamericanos han producido videos pornográficos con estas víctimas. 

Castillo nos contó el caso de niñas que han aparecido en bolsas descuartizadas. Otra niña se habría suicidado lanzándose desde un puente a las vías del tren, pues la niña fue violada, y torturada, grabada para producir pornografía; y el video lo habrían vendido en la región de Colombia. Esta niña, al sentir desolación y falta de apoyo emocional, decidió terminar con su vida. También nos refirió casos de niñas indígenas violadas por militares norteamericanos. 

    Olga Castillo reconoció que quien ha sido el único en ayudar su caso, ha sido el actual presidente de Colombia, Gustavo Petro. Sin embargo, señala, que la corriente del Uribismo impidió que estos casos tuvieran atención y resoluciones a la impunidad arrastrada. 

Castillo señaló el tratado que firmara el Presidente Pastrana para dar inmunidad al ejército norteamericano en consecuencia a buscar re-establecer el estado de derecho en el país. 

    Olga nos explicó que está actualmente trabajando en el exhorto para reunir, a través de una mesa de diálogo social, a las autoridades norteamericanas, a las víctimas y al gobierno Colombiano para tratar los casos que ha venido registrando a través de su movimiento en la resistencia Colombiana, justo como su caso particular donde ha denunciado durante años que su hija fue violada por un militar estadounidense y un contratista mexicano.

Castillo nos hizo remembranza de cuatro atentados contra su vida que ha padecido por buscar callar su voz en la protesta que hace en Colombia. De igual forma, Castillo hizo pública su denuncia en ser la primer familia desplazada por militares norteamericanos. 

Después de años de protesta, hoy la voz de Castillo sigue resonando y tiene eco en la capital de Colombia, en las calles del centro histórico de Bogotá. El presunto culpable se llama Michael Cohen, un sargento norteamericano que ha abusado en complicidad del mexicano contratista César Ruiz. 

Desde hace tiempo, desde el recinto del congreso y en calidad de Senador, Petro habría escuchado a Castillo y su denuncia la haría pública y le daría voz en el Senado de la República. Hoy, Gustavo Petro es presidente de la república de Colombia pero el caso de Castillo sigue impune, y continua asegurando que su hija a los 12 años fue raptada, violada, y drogada por Michael Cohen (miembro activo del ejército norteamericano) y César Ruiz (contratista mexicano).

Castillo ha expresado que la fiscalía ha trabajado solo en permitir que se vulneren los derechos de las víctimas de los militares de EE.UU. en Colombia. 

Se han señalado casos en que investigadores norteamericanos logran que víctimas de Colombia firmen papeles en inglés que acaban sirviendo de muestras de presunta justicia y así le explican al mundo que en Colombia no pasa nada.

Castillo nos dijo que tiene cáncer de seno, y las autoridades quieren desgastarla solo cuentan el tiempo para esperar su muerte y que con ello su voz deje de escucharse en Colombia y en el mundo. Al tiempo, Castillo sigue siendo víctima y solo ha experimentado impunidad.

Olga Castillo ha denunciado en múltiples ocasiones que han buscado atentar contra su vida. Castillo habría guardado silencio durante al menos seis años sobre el caso de abuso a su hija, hasta que se cansó. Durante años ha protestado frente a la embajada norteamericana. “Aquí estoy y aquí me quedó”, ha dicho y ahí ha continuado la lucha frente a la impunidad que sigue padeciendo Colombia. 

Castillo está optimista con el nuevo gobierno que encabeza Petro, pues, dice ella, ha visto cambios sustanciales y ha avanzado en tan solo seis meses lo que no logró en los últimos quince años. 

Erick Xavier Huerta