Laguna del Cacique Guatavita

 Laguna del Cacique Guatavita








Realizamos una expedición increíble en la cordillera oriental de Colombia, en la vereda tierra negra del municipio de Sesquilé. 

Arriba, a más de 3100 mts sobre el nivel del mar se encuentra una laguna llena de historia. Hay una forma perecta de círculo en una depresión montañosa que resguarda una laguna, la famosa laguna del Cacique Guatavita. 

La laguna se habría formado arriba en la montaña justamente por un colapso por la disolución de estratos salinos. Indudablemente, toda esa región es rica en sal.

Esta laguna fue de las más sagradas de la cultura Muisca, y allí se realizaba el ritual de investidura del nuevo Zipa, que, según nos cuentan, este se subía a una balsa y su cuerpo era cubierto con polvo de oro. Alrededor de la laguna habían ofrendas de oro y esmeraldas ofrecidas a los dioses y a la laguna en agradecimiento. Todo esto dio origen a la leyenda del dorado. Como el gran ungido era bañado en oro en polvo, pensaban que era la tierra rica en oro. Pero no. La región era rica en sal y por tanto la sal servía para intercambiar por oro, mismo oro que era ofrendado a dioses en agradecimiento, y a la laguna por la vida y la existencia. Los Muiscas eran una cultura de sabios, cuya educación era tremenda en armonía y paz social. 

Todo este recorrido resultó místico para mí, un encuentro conmigo mismo y una reconciliación profunda con el planeta tierra y con el cosmos. Tuve diversas epifanías en mi recorrido, alimentado también por mi guía que contaba cómo los Muiscas vivían y cuya cosmovisión estaba llena de un portento enriquecedor para el alma y el espíritu. 

Esta leyenda del dorado dio pie a que múltiples saqueadores de España, Reino Unido y demás fueran desesperados a desbastar la depresión montañosa. 

Fue increíble contar las similitudes entre nuestros pueblos latinoamericanos. Nos une la idiosincrasia, la historia, la lucha por nuestras libertades. Coincidimos en mucho, nos refrenda el sentido de hermandad y la esencia de nuestra humanidad. 

La élite gobernante Muisca tenía una avanzada filosofía en materia de la democracia y de la educación, no como ahora en nuestros tiempos. Deberíamos aprender tremendamente de los Muiscas. 

Los caciques Muiscas gobernaban con ayuda de líderes espirituales. 

Hoy más que nunca debemos afianzar por todos los medios nuestra reconciliación con la madre naturaleza, el maltrato que le hemos hecho es proyección del maltrato que hacemos a nosotros mismos. El principio creador que aprendimos en el recorrido se centra justamente en el mensaje esclarecedor de que «la vida se origina en el pensamiento». Antes de cualquier cosa que podamos manifestar, primero necesitamos la comunicación, descubrir lo que queremos y antes de descubrir nuestros anhelos, tenemos que saber quiénes somos. Por esto, nos advierten, debemos tener cuidado con nuestro pensamiento. Si pensamos con amor, seremos creadores de un sueño con verdad, que se integre con la fuerza creadora que rige este mundo. La violencia comienza en el pensamiento y para que la violencia exista, primero debe haber una mente que la concibe, un corazón que la asume y una mano que la ejecuta. 

¿Somos dueños de nuestros pensamientos?

Todos teneos conocimiento pero no todos llegamos a ser sabios. 

Si no podemos controlar nuestros pensamientos y emociones, no podemos ayudar a guiar a nuestro pueblo. 

Toda mi vida me han dicho «guache», término acuñado particularmente en México en la región de tierra caliente. De la tierra caliente son mis abuelos, mi abuelo paterno, mi abuela materna y mi abuela paterna. Por eso me han dicho «guache»; y el término se refiere ahí más a la comunidad de los hijos, de los niños. A mis 35 años descubrí, en mi viaje a Colombia el término que se originó en la cultura Muisca, y que «guache» para ellos, significa justamente «el ser valiente, guerrero, vigoroso, poderoso». Me asombró el significado y me dio portento, orgullo que fuese así bautizado, por esta resonancia que ahora encuentro en este momento de mi vida. Este camino lleno de aprendizaje. 

En mi expedición, también aprendimos sobre los distractores que están siempre latentes a cada paso del camino. Debeos estar centrados en el pensamiento y la palabra, pues esto nos proporciona fuerza para sostener nuestros sueños. La confusión, nos dice el camino de los Muiscas, aparece cuando el orgullo de nuestras pretensiones nos aleja del fuego y del espíritu; así como el guayacán sostiene el mundo—pensamiento, estar centrado nos permite encontrar el camino con nuestro corazón. ¿El camino que recorremos lo hacemos siguiendo el camino del corazón? Recordemos, esta sabiduría eterna, está presente en el propio lenguaje y misión de la biblia, el corazón siempre nos indica el camino correcto.

Hoy más que nunca nuestras sociedades vivían engañadas por la falsa ilusión que perece en las cosas. La ilusión de los pasajero convertido en lo eterno, la mundana vida que confunde amor con miedo. Hoy, las personas viven confundidas pensando que valentía y fuerza es reaccionar siendo esclavo del mundo exterior, de cada impulso de los falsos deseos, como es obtener fama, dinero, poder, éxito, pero sin amor y nunca es suficiente y al contrario de servir, se violenta a la comunidad y a nuestro universo-mundo. Requerimos reconciliarnos con nuestra historia, nuestro universo, nuestro fundamento. Requerimos una cultura de la educación centrada en la tolerancia y el respeto. 

Hoy hay un tremendo conflicto entre las energías masculinas y femeninas, por tanto hay poca armonía en familias y en sociedad. Falta un gran nivel de conciencia de tratar a nuestros semejantes con el mínimo de respeto. Tratar en cada mujer a nuestra madre, esposa, abuela, hermana. Tratar en cada hombre al esposo, hermano, padre, abuelo. Somos hijos de la madre tierra, por eso todos somos hermanos, y gozamos del espacio, cielo, agua, lagunas y mar. 

La alteración del orden ha estribado en su esencia: la profanación. Cuando violentamos, nos dice el camino de los Muiscas, alteramos nuestra vida con rabia, peleas, y envidias. Cuando violentamos con peleas, rabias y envidias traemos enfermedad a nuestro cuerpo y cortamos nuestra energía creadora. Cuando hacemos peleas, rabias y envidias nos deshacemos de nuestra misión como protectores de la vida, y rompemos y quebrantamos el orden, muchas veces hiriendo con nuestra actitud a las personas que más queremos, amamos y que nos aprecian. 

Profanar es violentar y destruir. 

Si tuviéramos educación y cultura no necesitaríamos leyes, nuestra cosmovisión se aplicaría en nuestra vida cotidiana y lo que habría sería respeto, tolerancia y paz. Pero no hay, en cambio, creamos leyes para tapar ese vacío. 

El sol fecunda la tierra. El espíritu fecunda la tierra a través de la tierra. La vida orgánica en la tierra solo tiene conciencia autorreflexiva a través de la conciencia del ser humano, del homo sapiens sapiens, aquel que sabe que sabe. 

La cultura Muisca recuerda nuestra verdadera esencia y misión de nuestra existencia, convertirnos en protectores de la tierra y en ser vehículos de luz en estos mundos de polvo. La cultura Muisca nos recuerda el agradecimiento desde el amanecer hasta el anochecer, armando un ciclo interminable de agradecimiento, agradecimiento todo el tiempo, pues aquel que está agradecido es el ser al cual nunca le faltan las bendiciones. 


Erick Xavier Huerta S. 


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