"Del periodismo a la política: Un compromiso con la transformación de México"

"Del periodismo a la política: Un compromiso con la transformación de México"



Han pasado cinco años desde que decidí dar el salto del periodismo a la arena política, convencido de que era mi responsabilidad como ciudadano contribuir activamente a los cambios que eran tan urgentes y necesarios en nuestro país. Para mí, el periodismo siempre ha sido una forma noble de hacer política, y ahora tenía la oportunidad de profundizar en la acción por los cambios que ya eran inminentes.

En aquel entonces, México estaba sumido en la corrupción, la desigualdad y el abuso de poder. Las instituciones públicas eran utilizadas de manera facciosa y arbitraria por una misma camarilla de intereses creados. Los programas sociales eran insuficientes y la pobreza se exacerbaba. La clase política se regodeaba en su impunidad mientras el pueblo sufría las consecuencias.

Fue entonces cuando Andrés Manuel López Obrador se posicionó como líder de un movimiento de esperanza, un movimiento que buscaba un cambio verdadero, una transformación que nos llevara a términos democráticos reales. Era momento de romper con el gatopardismo y la simulación, y trabajar por una sociedad más justa y equitativa.

Mi incursión en la política no fue el final de un capítulo, sino el inicio de una nueva etapa. Desde el periodismo, ejercí mi labor como contrapeso del poder, como gestor de cambios y transformaciones. Pero ahora tenía la oportunidad de trabajar en la arena política de manera más directa, para lograr avances concretos en nuestro desarrollo y en la lucha contra la desigualdad y la violencia que mantenían al país en la parálisis y el miedo.

Sin embargo, descubrí que el gatopardismo no había desaparecido por completo. Los mismos actores políticos seguían moviéndose de partido en partido, ostentando cargos y perpetuando los mismos vicios de siempre. El amiguismo, el compadrazgo, el tráfico de influencias y el capitalismo de cuates continuaban prevaleciendo. Era evidente que la batalla por el cambio debía ser también interna, para erradicar esos vicios y mezquindades que se resistían a desaparecer.

Formo parte de un movimiento que se basa en la congruencia, la coherencia y la firmeza por nuestra democracia. No estamos dispuestos a solapar ni a consentir la perpetuación de las viejas estructuras partidistas del PRI, PAN y PRD. Nos encontramos en la lucha por una auténtica transformación, en la cual cada uno de nosotros sea una propuesta genuina y no una copia barata o una imitación vulgar.

Cada año honramos el legado de luchadores sociales como Ricardo Flores Magón, periodista y político que criticaba valientemente al poder establecido. Nos identificamos con su ideología y practicamos la acción de decir en voz alta y criticar aquello que consideramos necesario, incluso si proviene del propio presidente de la república. Apoyamos a López Obrador para que cumpla los compromisos con el pueblo y haga valer y cumplir la ley, no para darle un cheque en blanco.

En la política, como en la historia, encontramos ejemplos inspiradores de cambio. Pancho Villa, un líder revolucionario sin formación militar ni experiencia política, logró aportar a la transformación del país y ganar batallas contundentes. Siguiendo esa misma mística, nos enfrentamos a los desafíos actuales con principios y convicción, luchando por nuestros derechos y por una auténtica democracia.

La cuarta transformación no puede ser solo un discurso, sino una realidad palpable en la que no se perpetúen las mismas estructuras y los mismos vicios del pasado. Es momento de dar paso al relevo generacional y de hacer valer nuestros derechos como ciudadanos. No podemos generar cambios si seguimos haciendo lo mismo con los mismos.

Hoy, nos encontramos en una encrucijada crucial. Morena, el partido-movimiento que nos llevó al poder, corre el riesgo de ser controlado por infiltrados conservadores que buscan perpetuar el statu quo. Debemos despertar y defender el proyecto con gente de principios y convicciones, no permitir que los mismos de siempre se adueñen de la transformación que tanto anhelamos.

Está en juego el futuro de nuestro país, un territorio que puede ser grande y próspero, donde se garanticen oportunidades y progreso para todos. No somos simples espectadores, somos protagonistas y participantes activos en la construcción de nuestra realidad. Nos encontramos en el movimiento de la congruencia y la firmeza, trabajando incansablemente por una democracia auténtica y una sociedad más justa.

En este camino, honramos a aquellos luchadores sociales que nos precedieron y nos inspiran, recordando que la política es pensamiento y acción, y que depende de nosotros generar los cambios que anhelamos. Juntos, podemos construir un México mejor y más justo para todos.



Erick Xavier Huerta

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