Peores que la vieja política.

¿México qué quiere?

¿Nuevo León qué quiere?

Si Paco Cienfuegos hubiese replicado políticas como miércoles ciudadano del PAN, Colosio y Samuel estarían protestando y criticando, y si Paco se hubiera hecho compadre de Adrián de la Garza mientras ejercen el poder en el ámbito burocrático, Samuel y Colosio estarían protestando y señalando el oprobio. 

Dicen que critican la vieja política, pero han salido peor que los antecesores del PRI y del PAN, buscan de hecho hacer lo mismo a través de su grupo compacto que han construido con su padrino político Dante Delgado.

Lo peor de todo, es que se ha solapado el ejercicio político de alguien que se ha convertido en un promotor y publicista de una trasnacional, comandada por Elon Musk. Digo, porque un gobernador debe representar a todos los ciudadanos por igual, a todo el pueblo, a trabajadores y a empresarios pero siempre velando porque se cumpla la ley, no sirviendo para que haya monopolios y favores para quien es un agente económico preponderante en el mundo. 

¿Cuánta corrupción?

Lejos de haber un nuevo Nuevo León, hay un retroceso y una degradación del ejercicio en la política del norte del país, gracias al atropello que hacen a las instituciones a través del autoritarismo y ejercicio de todas las lacras de la política que unos jóvenes prometieron erradicar.

Pues, no a gusto con la cobarde y breve campaña realizada supuestamente por alcanzar la presidencia de la república, Samuel García acabó por regresar corriendo a rescatar su puesto, cuando contradijo lo que había prometido y acabó por hacer el ridículo pues superó con creces a su antecesor el Bronco, a quien había estado criticando de hacer lo que hoy él hizo y peor. García se ha contradicho y ha faltado a todo lo que dice, y ahora ha resultado en un desgobernador gracias a su falta de credibilidad y confianza frente a la opinión pública del norte del país y del pueblo de México. 

    Bueno, es que en Nuevo León, la gente carece de certidumbre ante cómo han usado sus recursos públicos estos representantes que mienten con un discurso demagógico de ser la “nueva política” y todos se cuestionan sobre qué tantos de estos recursos públicos desviaron para la vergonzosa campaña que solo se movía en el perímetro de su base segura, el gobierno de Nuevo León, cuidando no se los arrebatara nadie que no fuera del clan que sabe controlar García, como una empresa familiar, con abuso al amparo del poder. 

Es inaudito que en México se haya venido luchando por erradicar la corrupción, el tráfico de influencias, el nepotismo, y el compadrazgo, y todo eso lo ha venido replicando y ejerciendo muy bien el gobernador de Nuevo León, Samuel García. 

Esta historia comenzó cuando García comenzó yendo a regalarle posiciones a su amigo de apellido renombrado en la clase política por ser hijo de un mártir del régimen de siempre, quien parece tener total inmunidad en el poder político del país. Así pues, García que subió como la espuma en el poder político de Movimiento Naranja porque era un partido de relleno para dividir votos y siempre favorecer el voto duro de quien controla entidades; García logró sus cometidos calculando bien el beneficio político del partido, logrando que Colosio se volviera protagonista y activo de este movimiento, facultando obtener el senado montado en el apellido popular, cosa que ha venido replicando y fortaleciendo con la influencia de su esposa; todo fácilmente gracias a los votos de Colosio en Monterrey. Pero una vez en el poder, el gobernador García y el alcalde Colosio se convirtieron en compadres, para hacer de facto el contubernio a favor de sus intereses para que al amparo del poder resguarden sus intereses de grupo compacto en el Estado. 

Ahora, después del ridículo de campaña, la señora esposa del gobernador, influencer de moda y «fashionista», busca reemplazar a su compadre en el cargo de presidente municipal en Monterrey, al amparo de los intereses de su jefe político, del gobernador en Nuevo León. Esto es el oprobio total. 

Es además un tremendo conflicto de interés. Salieron peor que Peña Nieto, y que otro gobernador en otra entidad. Ahora resulta que el compadre le va a buscar entregar la estafeta de relevo a la comadre y esposa del jefe del ejecutivo en Nuevo León. 

Como dicen los regios, «no tienen madre».

Erick Xavier Huerta S.