¡QUÉ BARBARIDAD!

¡QUÉ BARBARIDAD!

Doble o Nada.

Por: José Luis Ramírez 


Guanajuato tiene una importancia que trasciende nuestro territorio, es uno de los tres últimos gobiernos estatales en manos del PAN, por eso la elección del 2024 es vital para ellos.  Imagínese, están en juego diputaciones, senadurías, presidencias municipales, sindicaturas, regidurías, y una jugosa partida presupuestal que sumadas desde la elección del 2018, a la elección del 2024, serán 4 mil 988 millones.

Como lo he documentado, el PAN en Guanajuato está estancado electoralmente desde la elección del 2000, no crece, y todo parece que ahora menos. A pesar de eso, hasta la fecha, el PAN nunca tuvo una oposición fuerte y organizada, la votación con la que creció Morena fue coyuntural, y dispersa como lluvia de temporal. El reto para ambos partidos, no es menor.

He señalado, y las cifras lo comprueban, que León es determinante para ganar la elección estatal del próximo año, y abundo, este municipio concentra el 25.8% de los electores de todo el Estado (1,184,640); votaron 540,585 leoneses, y representó el 26.6% de la elección 2021 de los Ayuntamientos. Para reforzar los datos, el PAN en el 2021, con Alejandra Gutiérrez Campos obtiene 323,452 votos y gana la Alcaldía; pierde Sheffield con 115,308, es decir por 3 votos a uno. 

Para ganar la gubernatura de Guanajuato hay que ganar el municipio de León. Sheffield con un conocimiento público de 30 años, y ahora con una campaña permanente durante 6 años y disfrazado con el hábito de Morena, no ha ganado las dos últimas elecciones en León, la pregunta obligada es, ¿Quién podrá? 

Para responder a esa pregunta, la respuesta hay que buscarla en la casa de su adversario: para asegurar el triunfo en León, el PAN hizo lo lógico, la reelección de su candidata que le ganó por tres a uno a Sheffield. No había que buscarle 3 mangas al chaleco.

En estos últimos meses, se difundió que Sheffield había roto el techo de su pasado electoral, y se dijo que estaba 10 puntos por encima del PAN en la preferencia electoral para la gubernatura, las grandes concentraciones y los eventos fastuosos como su cumpleaños, lo presentaban como el próximo gobernador de Guanajuato. Pero como todos sabemos, por razones jurídicas fue seleccionada una mujer. La simple lógica nos indica que su nuevo posicionamiento triunfador, si le daba para ganar en todo el estado, le da para ganar León.

Si participara Sheffield en este nuevo escenario, la tercera seria la vencida, y se confirmaría la regla de tres para ganar.  Así que Morena, ya tiene el candidato perfecto para ganar el municipio de León, y con ello se abren posibilidades reales de ganar en todo el estado. ¡Pare de sufrir Morena!  Parafraseando a mi admirada Margarite Yourcenar, “abrid las puertas de la gloria”.

Ahora, no estaría de más preguntarle al ciudadano Sheffield, si quiere sacrificarse por la patria chica, o prefiere la Senaduría. Por lo pronto ha lanzado al ruedo de la candidatura municipal a quienes les tiene confianza, porque han desempeñado eficientemente el empleo que les encargó en Profeco, otros por su amistad, y afinidad empresarial. Esos valores, en los entresijos de la política son oro molido.


Así que dos de sus apuestas son: Vanessa Montes de Oca, fue regidora por el PRI en la elección 2018, renunció en enero del 2021 para incorporarse a Morena, y en octubre del mismo año encabezó la Oficina de Atención en Guanajuato de la PROFECO. En enero de este año renunció a Profeco, y para el mes de mayo anunció la “invitación de Morena León, para ser su candidata a la presidencia municipal”. En las listas actuales aparece como aspirante la alcaldía; aspirante a diputada en el distrito IV por mayoría, y a una candidatura plurinominal local.

El otro es Guillermo Medina Plascencia, hermano del exgobernador interino (1991-1995), quien el jueves 14 de diciembre el ciudadano Sheffield, afirmó que sería uno de siete candidatos “que se estudiarán para que represente a Morena”, y desde luego para medirse en las encuestas. Así al estilo del viejo oeste, pasando por encima de la estructura jerárquica de Morena, el ciudadano Sheffield decide poner en tela de juicio el debido proceso marcado por la convocatoria. Hasta donde se sabe oficialmente, él solo es el precandidato al Senado.

Está claro que, para perder la elección en León, cualquiera puede hacerlo. La sensatez que debería traer una historia de derrotas, tendría que imponerse, y si no es Sheffield el candidato, debería ser Bárbara Botello. Extraña coincidencia, pero ahora, Morena abriga a los dos, y sumar sus experiencias y derrotas, podría ser una buena combinación.

Más allá de la hoja de vida de Bárbara Botello, que desde luego sirve para evaluar su experiencia y formación, es la única que ha derrotado al PAN. En el 2009 como candidata a la presidencia municipal, estuvo a 35 mil votos de ganarle a Sheffield, pero tres años después, en el 2012, lo logró, no fue un triunfo menor, descorazonó al PAN, y cortó la ola ganadora del Pan, iniciada desde 1988, con 8 alcaldías una tras otra durante 24 años. Sheffield le entrega la presidencia municipal, a quien se convertiría en la adversaria más acosada y perseguida judicial y políticamente hasta la fecha.

Miente que algo queda, es la máxima más utilizada en la guerra sucia entre los políticos. Con Bárbara Botello, el PAN ejercitó esa habilidad para debilitar su imagen e impedir que llegará a la gubernatura. Había ganado la presidencia municipal obteniendo más votos que los candidatos a presidente de la república, y a gobernador, e incluso consiguió más votos que el propio candidato presidencial, Peña Nieto. Botello ganó con 303,376; obtuvo 56,736 más que Miguel Salim; 29,177 votos más que Miguel Márquez, y 35,165 votos más que Enrique Peña Nieto.


De la propaganda negra en el curso de la elección, montada en espectaculares que decían, “las barbies son para jugar y no para gobernar”, o “las barbies son para jugar, tu seguridad no”, hasta el uso de 59 carpetas de investigación por corrupción que no han prosperado, ha sido la batalla que ha enfrentado, incluso con fuego amigo, que, por cierto, hoy parece que se repite.

Cuando se tienen los recursos para difundir masivamente una mentira, no es tan complicado derrotar a un adversario utilizando lo que hoy es parte de la estrategia de propaganda negra, el “Lawfare”, se traduce del inglés como “guerra jurídica”, consiste en usar el sistema judicial con fines partidistas. Entre las tácticas más habituales del lawfare están la manipulación del sistema legal para abrir procesos sin pruebas, influir y sembrar confusión entre la opinión pública, o bloquear los intentos de los implicados para recurrir las acusaciones y defender sus derechos”.

Eso tiene una explicación que recojo de una anécdota contada por Bárbara Botello. El 16 de mayo del 2013 se realizó en León la asamblea de la Federación Nacional de Municipios de México, (FENAMM), estuvieron presentes más dos mil alcaldes del país, secretarios de estado, y el presidente de la República. Durante la inauguración del evento, rindió protesta Bárbara Botello como presidenta de la FENAMM. Al término de la reunión Peña Nieto, le pide a ella y al exgobernador Miguel Márquez, que lo acompañen al aeropuerto, y en el curso Márquez Márquez, se queja de la alcalde, y entre otras cosas le dice, que es “muy protagónica. Enrique Peña… nos dijo: “Tienen que trabajar juntos, estar muy coordinados, hacer equipo. Si le va bien a León, le va bien a Guanajuato, si le va bien a Guanajuato, le va bien al país”. Y bromeando, nos abrazó a los dos y le dijo: “Que al cabo tú le vas a entregar a Bárbara”.

Si el 2012 había sido el regreso del PRI a palacio nacional, el 2018 sería el regreso al gobierno de Guanajuato, y Bárbara Botello tenía el escaparate nacional idóneo, la FENAMM. Había sido la primera presidenta del PRI, la primera presidenta del Colegio de Abogados, la primera candidata a la presidencia municipal, la primera mujer presidenta del municipio de León, y sería la próxima gobernadora, pero también se convirtió en la primera mujer política, acosada, perseguida, hostigada con los mecanismos preferidos del poder, el Lawfare, o la guerra jurídica. 

Durante su gestión Bárbara Botello (2012-2015) tuvo la capacidad de gestionar hasta 15 mil millones de pesos para obra de infraestructura urbana, eso equivale a más o menos a 10 veces el presupuesto ejercido el año pasado en Celaya. Y siendo pragmáticos, hoy que aspira a ser la candidata de Morena en León, objetivamente, es la única que tiene posibilidades de ganar la alcaldía.

A finales de junio de este año, la empresa “GABINETE de comunicación estratégica” realizó una encuesta entre los aspirantes a la gubernatura: por Morena, en conocimiento, opinión, preferencia, Bárbara Botello ocupa el segundo lugar, y en primer lugar Sheffield; en careos, Bárbara Botello queda con 4 punto menos que Alejandra Gutiérrez; con Libia Denisse está por encima con 6 puntos. En la intención de voto Morena tiene 2 puntos por encima del PAN; el 54% de los encuestados afirmaron que desean un cambio de partido en el gobierno.

De cierto una cosa es lo que quiera el pueblo, y otra lo que ofrezcan los partidos políticos. Para ganar León, solo hay dos opciones objetivas, Sheffield o Botello, lo demás son ganas de perder el tiempo, o ponerles en charola de plata el municipio y el Estado.

Revolcadero.

Hoy Guanajuato es más importante que cualquier otro estado del País. Nuestros jóvenes caen como racimos, son las víctimas de la impunidad, la violencia y el crimen más atroz. Si el Comité Nacional de Elecciones deja en manos de Sheffield la nominación de los candidatos en Guanajuato, estará condenando a miles de ciudadanos a 6 años más de terror e incertidumbre. La responsabilidad en todos sentidos, ya es compartida.


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