Un sexenio de mentiras, corrupción, violencia y traiciones.

El Amasiato.

El pacto secreto Peña—López y otras traiciones morenistas.

«Sobre la impura huella del fraude, la verdad, austera y sola, brilla como el silencio de una estrella por encima del ruido de una ola»

Salvador Díaz Mirón

“Andrés Manuel López Obrador pasará a la historia como uno de los símbolos más complejos del gatopardismo mexicano. Es uno de los políticos que, de manera calculadora y astuta, ha puesto en práctica el paradigma de quienes como él impulsan el cambio para que todo siga igual: la simulación. Durante su estancia en Palacio Nacional ha sido saboteador constante de la verdadera democracia, propagador del caos, la división del pueblo y propaganda engañosa para abrir el camino así autoritarismo y el militarismo”.—Anabel Hernández, pg. 14, “El Rey del Cash”

¿Peña y López decidieron la alternancia partidista en el poder? 

¿Realizaron todos los amarres para la elección presidencial de 2018 y 2024?

El país está en juego, el próximo año es de definiciones. Lamentablemente este gobierno al amparo de las decisiones de López Obrador no arrojó los resultados esperados. 

Hicieron a la democracia a un lado y nació una nueva mafia en el poder. 

López Obrador nos convocó a luchar en contra del régimen del PRI, PAN y del PRD. Pero para 2017 ya tenía bastantes pactos con muchos de ellos. En Guanajuato basta el ejemplo de premios que le vinieron a otorgar a Miguel Ángel Chico Herrera que ya estaba en 2017 haciendo campaña a favor del PRI y a favor de José Antonio Meade, pero pasó a morena por alfombra roja, con todos los privilegios a favor, aún cuando este era acérrimo enemigo del movimiento que representaba López Obrador.

La flexibilidad tiene un límite. No para muchos fanáticos,  porque evidentemente un fanático no piensa; fanáticos que no quieren ver y que no quieren oír que el “líder” del movimiento traicionó a todos. 

López Obrador hizo lo que han hecho los anteriores. Fue neoliberal, dijo que combatía el neoliberalismo pero sus principales obras son en favor del neoliberalismo. Ahora esperan el milagro mexicano con el mismo neoliberalismo, al cual le han cambiado el término por nearshoring, para que evolucione el lenguaje y permanezca la política. 

Andrés Manuel López Obrador prometió justicia, y hubo un movimiento a favor en busca de conseguir justicia con la promoción de juicio a ex presidentes, que culminó en una farsa y López Obrador se lavó las manos, porque él solo busca que haya una nueva historia, historia en la cual solo ha venido a servir para los mismos intereses de siempre. La pobreza y la violencia se incrementaron y Carlos Slim se hizo más rico. 

Prometió la democracia como Madero, pero no hizo nada por reponer los ejercicios por trienios y acabar con la reelección, porque eso les ha servido para su negociaciones con los diputados en turno en San Lázaro, para seguir dándoles dádivas. 

Andrés Manuel López Obrador ha tenido gran fuerza en su palabra para convocar y para sembrar esperanzas, pero en los hechos se acaban sus buenas intenciones. Ha terminado por ser el presidente del sexenio más violento en la historia de México, han seguido asesinando periodistas, y ahora el periodismo ha sido prácticamente y brutalmente asesinado porque estos tipos concentran todo el poder en el mensaje que controla la narrativa nacional «la mañanera», la palabra del señor, con otros datos, con otras narrativas que no concuerdan con los hechos. Y como periodista el Estado busca que tomes partido, a favor de morena, para entonces considerar que eres bueno y si estás en contra, eres malo. Como dicen en sus campañas proselitistas, que están en contra del PRIAN, y que buscan extirpar el tumor de México, pasándolos a morena para limpiarlos de todo pecado. Y ha venido desde siempre premiando a los mismos políticos de siempre. A todo el grupo Atlacomulco lo acabó consintiendo y dando espacios a lo mejor para controlar el partido y para convertirse en candidatos. Esos son sus próceres de la democracia, los mismos que estuvieron en el PRI, en el PAN, y en el PRD. Lo que nos hace pensar que el verdadero político es Peña Nieto que vive al amparo del poder de AMLO, y todo su grupo es consentido, premiado y ahora opera para morena, y para la nueva gerente de esos intereses: Claudia Sheinbaum. Que si a los datos nos remitimos, a los resultados, han fallado, en mucho pero sobre todo con la seguridad. Prometieron que no habría más violencia, y corrupción y se triplicó. El propio presidente de forma simplona estuvo en campaña aludiendo que la violencia y la corrupción se acabarían como por arte de magia. Bueno, hasta operadores de Xóchitl acaban por pasarse a morena, y ahora sí son los mejores. Esta narrativa bidimensional es una estupidez, entre quienes son buenos y quienes son malos dependiendo del color de su partido. En efecto, los que hacen a los partidos son la gente, pero la gente quiere congruencia, ideales, respeto, convicciones, no oportunismo. Pero esta ha sido la política mexicana. Tal vez por eso ahora el pacto de Peña Nieto se consolida en morena, la unión entre todos los políticos, mismos de siempre devenidos del PRI, PAN y del PRD. 

Y son los que han secuestrado al partido, los que han impedido que la gente participe en el partido, y que muchos hayamos logrado participar como consejeros o incluso como candidatos ciudadanos. No, ellos ponen a lo peor de la clase política, con fines a favorecer sus pactos en los sótanos del poder.

Bueno, es que Andrés Manuel López Obrador ha servido como uno de los principales gerentes de la misma política del PRI, del PAN, y del PRD. Y el narco se fortaleció en este sexenio. El país vive bajo el yugo del crimen organizado. Los programas de asistencia social para adultos mayores, para jóvenes, y construcciones de escuelas públicas, han sido políticas del PRD y han sido propósitos y acciones del mismo PRI y del PAN. Al tanto, Peña Nieto se comprometió con enaltecer una red aeroportuaria porque México lo necesitaba para los mismos propósitos de economía y desarrollo que convienen a la relación bilateral que existe con Estados Unidos de Norteamérica, pero López Obrador solo cambió el de Texcoco por el de Santa Lucía. Y López Obrador cambió la gendarmería de Peña por la guardia nacional, que ya era propuesta desde que Fernández de Cevallos buscaba la presidencia de la república por el PAN.  Los programas sociales son los mismos, desde oportunidades, próspera, progresa, etc. Bueno, es que hay más violencia, y hoy asesinan a más jóvenes que antes. Y el presidente dice que asesinan a los jóvenes, a los que buscó rescatar, porque andan con malas compañías, consumen drogas en lugares de alto consumo, aunque el propio presidente bajo su gobierno canceló la encuesta nacional de consumo de drogas. Y la prometedora izquierda juvenil y el relevo generacional fue reemplazado por el grupo Atlacomulco, los intereses de Marín, de Eruviel, y de los Calderonistas, como Luis Fernando Salazar, premiado por Sheinbaum y Mario Delgado, para que ocupe mañana otra vez una curul en el Senado de la República. La hipocresía total. 

López Obrador es un traidor. Estableció la ley de silencio y protección para Peña y Videgaray, y dice que ahora los tiempos son distintos pero sigue marcando su alianza con el Peñismo, de forma total. En Guanajuato no se mete, dice solo que cambien al fiscal y así se acabará la violencia que también ocurre en el resto del país. Claro, aunque su amigo Adán Augusto haya venido a abrazar a Zamarripa cuando buscaba este señor Augusto ser el candidato de morena a la presidencia de la república. Y Sheinbaum en contadas ocasiones ha venido a ser una importante colaboradora de Sinhué, con estas políticas de hermandad para generar festivales “culturales”. Además, el  delegado Mauricio Hernández, “el hombre que es cercano al pueblo”, solo ha servido para que el PAN siga ganando todo y la gente ni agradece las poderosas políticas asistencialistas que impulsa López Obrador desde su Palacio. Esto deja ver que nada impacta con sus programas sociales porque la gente sigue votando por el PAN en Guanajuato. Ah, es que tal vez este señor Obrador tiene contubernios con todo el grupo de Peña Nieto que hoy comanda morena, y se queda con candidaturas y puestos en el gabinete. Hoy todos respaldan a Claudia Sheinbaum a cambio, por supuesto de favores especiales del régimen de privilegios al que están acostumbrados y que nunca culminó con López Obrador. 

Quieren que apoye la gente a un señor y a un partido que ahora concentra a los mismos políticos de siempre del PRI, del PAN, y del PRD. Lo que buscan es que el pueblo no pida rendir cuentas sino que se comporten como lacayos y zalameros.

En Guanajuato siempre gana el PAN, y ahora los ex panistas Alcaraz y Sheffield comandan al partido a través de sus empleados. Pierde morena, pierde Guanajuato y siempre gana el PAN. Y es que ellos se reparten a su conveniencia política. Bueno, hasta el prócer de la democracia, Fernández Noroña ya exime de responsabilidades a todos, y agradece que se una a estas filas Eruviel Ávila, cuyo sexenio fue un fracaso. Además de que Eruviel calificaba a Sheinbaum como incompetente para gobernar la ciudad de México.

  Estamos ante el oprobio de un régimen tecnomafiocrático.

En Guanajuato se han dedicado a estar metiendo como consejeros a priistas y panistas, a nivel estatal y federal, e incluso a lacayos de narco políticos que han resultado en su ejercicio, muchos como regidores como un completo fraude que solo buscan hacer contubernio con el nuevo régimen criminal que comanda en Guanajuato. 

Los empleados de Sheffield esperan un puesto en la titularidad que le lleguen a dar, junto con Alcaraz, y desde ahí aguardarse todos los intereses para repartirse el poder a conveniencia en los años posteriores. Que tal vez vuelvan a saltar de partido como es su costumbre porque viene la implosión de morena. 

“…Ampliarán la exposición de la infame simulación del actual gobierno, que, pese a que desde Palacio Nacional se afirma como distinto, la realidad es que su esencia es similar a la de sus antecesores: otros saqueadores que gracias a él siguen impunes”.—Anabel Hernández, «El Rey del Cash», pg. 20.

Erick Xavier Huerta