El miedo a la política.

Muchos líderes y artistas y figuras públicas en México prefieren no hablar de política. 

Al tiempo, se remiten solo a invitar a votar para que la gente no se queje después de tener que elegir entre una precariedad de opciones que ascendieron en muchos casos a las candidaturas, por tráfico de influencias, nepotismo y corrupción. 

Pero, el tema es relevante. ¿Por qué alguien no tendría qué dar su opinión y reflexión acerca de lo que está pasando? Hablemos. No hay condiciones para participar en la vida pública y política de México. 

Decenas de aspirantes a candidaturas y candidatos han sido asesinados en este proceso electoral bajo la tutela del presidente que encabeza la nueva fase de la vida pública y política de México, denominada la cuarta transformación. Cientos más han renunciado a las candidaturas por miedo. Cientos y miles han sido víctimas de violencia política. 

La verdad es, que por temor a represalias de quienes ostentan el poder, nadie quiere hablar. Y nadie quiere de “enemigos” a esos que por la fuerza y por la violencia toman el poder para ser comandantes supremos de las fuerzas armadas. 

Claro, a la gente le da miedo dar su opinión y participar en política. 

Unos y otros tantos juegan a las noticias sin quererse inmiscuir en el significado de las noticias, la impunidad que se registra, la corrupción que se registra y los abusos de poder de las autoridades para resguardar sus oprobiosos intereses. Muchos otros, quieren ser parte de esos oprobiosos intereses, guardando silencio ominoso ante la calamidad que pasa en el país, en términos de violencia, corrupción y falta de libertades.

Lo que requerimos es una sociedad crítica, pensante, exigente, no aplaudidora con las autoridades en turno. ¿En qué nos han ayudado?

Hay un secuestro colectivo. Morena compite en este proceso con candidatos que vienen del PRI y del PAN para hacerle frente al PRI y al PAN. Ya basta, ¿Y ahora resulta que el crimen organizado vota antes y decide quién puede o no estar en la boleta?

Basta de infamias. 

Erick Xavier Huerta