El evangelio según morena.

En tiempos de descalificación institucional, porque el pueblo dejó de creer en el gobierno. Había que purificar la vida pública y política de México.

Pronto, se institucionalizó la religiosidad y la rendición de culto a una figura purificadora, López Obrador. La virgencita de la partidocracia, morena, invitó a buenos y malos a rectificar el camino y renovar su desgastada fe. Hermanos y hermanas de movimiento naranja, del PAN, del PRD, del PRI se unieron a morena, porque el reino es para todos. 

    La virgencita de la partidocracia se puso por encima de la ley, y el señor López que todo lo perdona y cuida de buenos y malos, prometió solo abrazos y no balazos. Al tiempo, la drogadicción, la desesperanza, la depresión y la violencia comenzaron a esparcirse por el país. Su sexenio, del señor, hijo de la virgencita de la partidocracia, resultó en más violencia como nunca en el país. 

    No parecía tan grave, buscando el cambio. 

    Pero al tiempo, ha resultado totalmente contraproducente, seguir el fervor a un partido, que como en la época de la colonia, buscó colonizar el rencor de los mexicanos, y conducirlo hacia el beneficio del interés de obtener poder de una sola persona, López Obrador. Porque cuando ganó, solo hizo partícipes a cuates y primos y parientes. Porque a los demás, del pueblo bueno que supuestamente participaría por su vocación política en las decisiones de la república, acabó por resultar pura demagogia. Ahí están los resultados. 

Morena, partido que era virgen y puro no podía admitir la corrupción. Pero, con facultad de perdonar a todos y a todo, haciendo uso de estar por encima de la ley por su purificación, aceptó a buenos y malos, y la impunidad y la corrupción creció. Dijeron que no habría partido de Estado, que separaron al poder público del poder económico, que ningún funcionario metería mano en el partido para no convertirlo en partido de Estado, y todo fue mentira. Mintieron los dirigentes, mintieron los representantes, y mintieron porque consolidaron unan nueva mafia en el poder que se reparte todos los puestos y las candidaturas para su grupúsculo, además la misma mafia continua, porque a esos mismos les han premiado en el partido de morena, que conjuntó pecados, errores de los mismos de siempre, se volvió el integrador políticos de las mismas mafias en el poder, aunando a capitales del PAN, PRI, y PRD y de MC. 

Falló la virgen de la partidocracia. Al tiempo, se corrompió más rápido que el PRI y el PAN y el PRD. Lo mismo de siempre. Y eso, desesperanzando las fuerzas de la sociedad, que ya no quieren buscar nada en la política porque parece ser inútil buscar el cambio. 

Erick Xavier Huerta S.