La Falta de Principios en la Política Mexicana

La Falta de Principios en la Política Mexicana 




La política mexicana ha estado marcada históricamente por una falta de principios ideológicos en la práctica de sus actores. La reciente consolidación de MORENA como partido hegemónico ha evidenciado un fenómeno que, lejos de fortalecer la democracia, refuerza una cultura de oportunismo y pragmatismo extremo. La migración de políticos de distintos partidos hacia MORENA, sin importar su trayectoria ideológica previa, revela una tendencia preocupante: la consolidación de un sistema político que recuerda al viejo PRI, pero con una nueva cara y narrativa.

El Pragmatismo como Norma

El fenómeno del transfuguismo político no es nuevo en México. Sin embargo, en los últimos años ha adquirido una magnitud alarmante. Políticos que en el pasado se opusieron al partido en el poder hoy encuentran en MORENA un refugio para mantenerse vigentes y acceder a espacios de poder. Este pragmatismo desenfrenado desdibuja las diferencias ideológicas y debilita el debate político, pues la lealtad a principios y programas es sustituida por el interés de mantenerse dentro de la élite gobernante.

MORENA y la Reconfiguración del Sistema Político

MORENA, que en sus inicios se presentó como una fuerza antisistémica, ha terminado absorbiendo a gran parte de la vieja clase política, reproduciendo así las dinámicas del PRI de antaño. Su capacidad de integrar a políticos de distintas corrientes ha permitido que el partido funcione como un aparato de control político con una amplitud sin precedentes. Esta capacidad integradora, lejos de representar un avance democrático, recuerda al PRI del siglo XX, cuando todas las fuerzas en disputa por el poder convergían en un solo partido, consolidando así un sistema de partido dominante disfrazado de pluralismo.

Implicaciones para la Democracia

La existencia de un partido hegemónico con una estructura flexible para absorber a la oposición plantea serios desafíos para la democracia en México. En primer lugar, reduce la competencia electoral efectiva, pues las opciones políticas se diluyen dentro del mismo aparato. En segundo lugar, genera un sistema donde la rendición de cuentas se ve debilitada, ya que la alternancia política se convierte en una mera formalidad. Finalmente, fomenta el cinismo ciudadano, pues los electores perciben que los partidos no representan verdaderas alternativas sino redes de intereses personales.

Lejos de fortalecer la democracia, el actual proceso de integración de la partidocracia en MORENA señala un retroceso hacia un modelo político que ya ha demostrado sus fallas en el pasado. La falta de principios en la política mexicana socava la confianza en las instituciones y pone en peligro la pluralidad necesaria para un sistema democrático saludable. La pregunta que queda en el aire es si México podrá generar una verdadera oposición y recuperar la importancia del debate ideológico, o si la historia se repetirá bajo un nuevo nombre y una nueva bandera.



Erick Xavier Huerta S. 

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