CUBA
Cuba.
Hoy, a raíz de las manifestaciones del once de julio, se alzaron críticas al régimen de gobierno cubano, más por la clase acomodada en los gobiernos de siempre en México, que mucho acostumbran a tratar de quedar bien con el establishment norteamericano.
Toda una vida ha llevado Cuba bajo el bloqueo norteamericano. Y justamente, las protestas se alzaron para hacer un llamado que tiene mucho que ver con ese bloque económico; era la protesta por no poder soportar más esa arbitrariedad impuesta por quienes se creen los policías del mundo y siempre osan con la doble moral política a nivel diplomático internacional.
Los Estados Unidos de Norteamérica hablan de paz pero participan en todas las guerras.
La pandemia y el bloqueo lograron generar la mayor crisis económica en Cuba, lugar que mucho depende del turismo, y que por tanto ocurrió la consecuencia natural de la crisis en su desplome económico. Y a pesar de esta situación, los norteamericanos no cedieron en nada, y mantuvieron el bloqueo; sí, los que presumen que les preocupa la humanidad y la situación de sus hermanos cubanos, no permitieron que se levantara el bloqueo. Y muchos achacan que hasta eso gusta al gobierno cubano porque legitima la permanencia en el poder del partido comunista cubano. Si así fueran las cosas, ¿Por qué Estados Unidos no les deja ver como hipócritas al levantarles las medidas tan severas que tiene contra ellos para subyugar a quienes piensa que se rendirán? —Es que de lo que se trata es la hegemonía en el mundo, no de tratar sinceramente a los asuntos humanitarios.
A pesar de la manifestación del once de Julio y de la campaña mediática del mainstream para politizar el tema en contra de la presidencia de Díaz Canel, Cuba volvió a la normalidad rápidamente y se tranquilizó la población. Esta situación generó rabietas por parte de quienes ya abanderaban la rendición de los gobernantes cubanos.
Aquí, los abanderados de la agenda de George Soros, aplauden y hacen propaganda a que México intervenga en los asuntos internos de Cuba. Pero ningún país tiene derecho a intervenir en sus asuntos internos. También debemos señalar en el debate, ¿De qué Cuba queremos hablar? ¿Queremos abordar a Cuba como nación soberana e independiente, o como los rebeldes que siguen haciendo berrinche por no ser más una colonia norteamericana? —Digo, en Cuba, a través de una asamblea Unicameral se designa al presidente de la nación, pero ese acuerdo democrático no lo consideran democrático quienes señalan que la democracia solo sirve si sirve a los intereses de quienes han controlado al mainstream en América. Y es que denostan los procedimientos de debate local que ocurre en Cuba, donde participan más de nueve millones de cubanos durante meses en alrededor de 130 mil debates; y eso no lo considera dinámica democrática liberal los Estados Unidos de Norteamérica. Y por supuesto que hay situaciones que se deben señalar, y más cuando hemos estado acostumbrados a otro modelo de democracia permitida por los norteamericanos en México, una que consiguió que nuestro país se alzara al mayor ranking de corrupción e impunidad, y uno que poco ha hecho frente a un gobierno en el norte que abastece de armas al gobierno y al crimen organizado. Hemos estado acostumbrados a ser sumisos ante el gobierno del norte que poco respeto y dignidad le brinda a los seres humanos en la frontera que compartimos. Desde aquí juzgamos y algunos buscan intervenir en los asuntos de la isla.
Digo, es que tener una nación independiente y soberana implica sacrificios. Y hay quienes dicen, pero es que el sacrificio de Cuba ha ido a costa de tener una pobreza exorbitante. Y digo, todo es perfectible. Pero la revolución cubana no cayó en abstracto, cayó en un principio de realidad, donde la amenaza norteamericana siempre estuvo latente esperando derrocar a quienes no quisieron seguir sirviendo de sus gerentes. Y esta situación tan tensa y de defensa por la soberanía e independencia de la isla, más allá de admiración causa revuelo en detractores, que apuestan que es mejor declinar a favor de otros intereses extranjeros que de confiar en el propio acuerdo que pueden tener los habitantes de la isla desde los mecanismos de discusión y debate que pudieron implementar allí, con sus propias interpretaciones, ideologías y visión.
Al tanto, México ha tratado de recuperar su modo diplomático, que tenía más inteligencia y relevancia antes del año de 1994 cuando se firmó el TLC con Carlos Salinas de Gortari, pues México en aquellos tiempos había jugado mejor sus cartas, con mayor sapiencia ganando con Moscú y Washington al mismo tiempo y sirviendo útilmente a Cuba como mediador. Hoy, por supuesto la situación ha cambiado, pues Enrique Peña Nieto y sus antecesores se aseguraron de entregarle un país completamente al margen norteamericano al presidente López Obrador, que por más afición que tenga al Che Guevara, se debe a la integración del norte con EUA y Canadá. De cualquier manera, la cancillería, manejada hábilmente por Marcelo Ebrard, condenó el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, pues eso y más en estos tiempos, son impactos y agravios contra esa parte de la humanidad. Este año, en la propia asamblea de la ONU, hubo un consenso internacional votado por 184 países para que se levantara el bloqueo contra la isla.
Erick Xavier Huerta Sánchez
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