CAUSA JUSTA: «LA RE-DEFINICIÓN POLÍTICA»

CAUSA JUSTA:

 «LA RE-DEFINICIÓN POLÍTICA»

Escribir la historia, narrarla, es fortalecer nuestra conciencia colectiva y conseguir seguir abonando a la franca construcción de nuestra identidad nacional. 

Prácticamente mi juventud la he destinado a la promoción del debate, en una incipiente democracia, hoy vivimos una profunda transformación en México, acentuada más por el profundo cambio que vive el mundo a raíz de la pandemia. Las cosas no volverán a ser igual, nunca. 

Causa justa— «la redefinición de la política», es la historia de Erick Xavier Huerta en el ámbito de la batalla de las ideas, centrado en una lucha que comenzó en 2018 en contra del bipartidismo controlado por el PRI y el PAN en México. La partidocracia vivía una tremenda crisis nacional, cuando de pronto, un movimiento progresista, ciudadano, dio cauce a las mejores causas de lucha social por nuestro cambio y transformación en el país. 

—¿Se podía lograr el triunfo?— Para que uno lograra alcanzar la presidencia de la república, tuvimos que enfrentar varios sacrificios, más en el bastión de Vicente Fox y Acción Nacional, los  principales enemigos públicos del movimiento que ha venido encabezando Andrés Manuel López Obrador. 

En Guanajuato hemos padecido estragos de corrupción e impunidad e ingobernabilidad. Narco políticos, narco juniors entraron a la esfera del poder público apropiándose de partidos políticos, y hoy muchos aún buscan seguir haciéndolo. La única herramienta que tenemos para reconstruir la dignidad de nuestro pueblo, es el lenguaje. 

Con la comunicación, con el diálogo, sólo a través de nuestro lenguaje podemos seguir transformando, logrando el cambio, augurando un mejor porvenir para todos en nuestro pueblo que compartimos y disfrutamos, el que nos da lugar al asentamiento de nuestras familias. 

La mala educación y la ambición del poder por el poder ha pervertido el ejercicio del oficio político. Yo, junto a mi familia, he buscado procurar abonar al buen cambio por la democracia y la justicia; sin embargo, las sombras de la infamia aún han amenazado brutalmente nuestra causa. Pero no nos rendimos, seguimos en el embate, aún contra el infortunio que ha venido atravesando el movimiento en un país cuya política se ha contaminado con gran desgracia.

Contar la historia que transitamos desde aquel momento a mitad del camino en el sexenio de López Obrador, en víspera del proceso de ratificación de mandato en esta nueva fase de la vida pública de México resulta fundamentalmente interesante y una perspectiva imprescindible para la reflexión sobre nuestros nuevos días a raíz de una lucha que acabó por comenzar hace poco.

Desde aquellos días, clase política fue asesinada presa de la violencia en nuestro estado, o también por sus nexos con el crimen organizado. Otros tanto que estuvieron del lado incorrecto de la historia, y acabaron por mostrar humildad y ahora rectificar, según ellos, en su vida y causa política; cosa que no parece digna, sino más bien oportunista y mezquina. Menos mal rectificaron cuando apenas ayer hacían campaña por evitar que Ricardo Sheffield llegara la gubernatura ó Andrés Manuel López Obrador llegara al poder. Hicieron campaña en contra de nosotros, pero una vez en el poder, traicionaron a los suyos, y a los que ayudamos a llegar, nos traicionaron apoyando a los infames traidores. 

MORENA resiste a su perredización, mientras estos actores oportunistas allegados al movimiento insisten en continuar las mismas prácticas infames de la política tradicional priísta mexicana. 

Se rompió con esos partidos por sus prácticas perversas de corrupción y mezquindad en el oficio político. «No mentir, no robar y no traicionar», es el lema del movimiento, uno que lucha en contra de viento y marea para sortear las terribles arenas movedizas que hay en la política mexicana, amenazando hundir por completo a la esperanza por la transformación en México y el cambio en Guanajuato. 

El documental sortea la conversación que he enfrentado desde distintas arenas: el activismo, el periodismo y la política. Y abona, por supuesto, al ideal más bello que aún existe entre nosotros, mayor enseñanza de la historia en las dos máximas demandas del pueblo: 

«la justicia y la democracia».

Erick Xavier Huerta